Al igual que ayer, seguíamos con el problema de carreteras cortadas para llegar al punto de inicio de la ruta prevista, que no era otra que la
Ruta de las seis Lagunas, con inicio y fin en el parking situado junto a la presa de
Lagoa Comprida.
Las precipitaciones en forma de nieve y el desplome de las temperaturas nocturnas de estas dos últimas noches han hecho que el tramo de carretera de la zona más alta de la
Sierra de la Estrella, se encuentre con placas de hielo, más concretamente desde
Penhas da Saúde.
Por tanto, y al igual que ayer, tuvimos que tirar de plan-B, y ya que hoy era nuestro tercer y último día en tierras portuguesas y nos tocaba un largo trayecto de vuelta a casa de unas cuatro horas, y algo más en mi caso particular y con previsión de lluvias débiles durante todo el día por la zona donde nos encontrábamos, optamos por hacer un recorrido corto y cerca de Belmonte, donde nos alojábamos.
La ruta elegida fue la circular desde
Sortelha, un
PR por los caminos históricos de esta aldea que nos cogía de regreso a casa, además era una ruta corta de 7-8 km, con lo que tendríamos tiempo de sobra para visitar esta aldea histórica de
Portugal y de comer todos juntos a una buena hora antes que cada uno tomara rumbo a su destino.
De esta forma podíamos tener un “
tres en uno”, sin prisas ni agobios: pequeña ruta senderista, visita cultural y comida habitual de grupo en un restaurante como fin de convivencia.
Sortelha se encuentra a unos 20 minutos de la casa rural en la que nos alojábamos y además se encontraba en la dirección de regreso a casa, así que no perderíamos tiempo a la hora de emprender el viaje de vuelta, todo lo contrario que si hubiéramos realizado la ruta prevista, y además, había que tener en cuenta las previsiones meteorológicas con fuertes lluvias ya avanzada la tarde sobre todo en
España y en dirección sur.
Como he comentado, la ruta es circular y lo recomendable es hacerla en el mismo sentido que la hicimos nosotros, es decir, en sentido contrario a las aguas del reloj, porque así la ruta va de menos a más, tanto en intensidad como en vistosidad.
Dejamos los coches en la misma carretera de acceso al pueblo, junto al restaurante “
O Celta”, fuera de la zona amurallada y desde allí mismo iniciamos el recorrido, como he comentado antes, en sentido contrario a las agujas del reloj, dejando atrás las últimas casitas de esta pequeñita localidad para continuar por una carretera estrecha o camino asfaltado.
La ruta puede dividirse en dos partes, la primera algo más insulsa o anodina para la práctica del senderismo y una segunda totalmente recomendable, transitando por antiguas sendas poco transitadas, cañadas, tramos de bosques, etc., terminando con la guinda al pastel, la llegada a las murallas de la aldea histórica de
Sorthela y el recorrido por esta coqueta, bella y bien conservada aldea medieval, quizás una de las más interesante, o la que más, de las que he visitado en Portugal, sin desmerecer otras como:
Linhares da Beira, Idanha-a-Velha, Castelo Rodrigo, Monsanto o la bella
Piódão...
La primera parte como he comentado antes, algo insulsa, con un primer kilómetro y medio o poco más caminando por asfalto, aunque como estamos en alto, con vistas al valle y a otras sierras circundantes, con poca masa forestal, no se si será producto de los muchos incendios que desde hace años sufre
Portugal. Unas largas líneas de gigantes aspados, parque eólico, coronan estas sierras que vemos al fondo, afeándolas, perdiendo naturalidad, desvirtuándolas.