Son de sobra conocidos los largos viajes migratorios que realizan algunas aves entre el continente europeo y el africano, incluso resulta sorprendente que aves pequeñas que apenas llegan a los 70 gramos, como el bonito y colorido abejaruco (Merops apiaster) o incluso más pequeñas aún como las golondrinas (Hirundo rustica), aviones (Delichon urbicum) o vencejos (Apus apus), puedan cruzar el estrecho, las montañas, y desiertos para llegar al África subsahariana... pero lo que sin duda me ha resultado sorprendente y prácticamente no daba crédito es al viaje migratorio que realiza la mariposa de los cardos, la Vanessa cardui, aunque sí es cierto que había leído y visto documentales sobre los viajes migratorios de otra mariposa, la Monarca entre Canadá/América del Norte y México, pero no esperaba encontrarme con que una mariposa que puedo ver cerca de casa, porque entre otras cosas está muy extendida por casi todos los lugares, pudiera realizar estos enormes viajes cíclicos, de forma similar a la Monarca, según el estudio desarrollado por investigadores del IBE (Instituto de Biología evolutiva, un centro mixto del CSIC y la UPF), lo que hace que la madre NATURALEZA no deje de sorprendernos una vez más.
¿Cómo es posible que un insecto tan aparentemente frágil, delicado, sensible, liviano... pueda cruzar mares, montañas y desiertos?, ¿cómo puede adaptarse para superar temperaturas extremas?, ¿cómo es posible que pueda realizar viajes migratorios de más de 4.000 km, de ir desde Gran Bretaña o países escandinavos hasta el Sahel africano? ¿cómo pueden realizar el viaje inverso, o sea, poder volver a los lugares donde estuvieron sus ancestros sin haber estado allí antes? ¿cómo pueden orientarse estas mariposas a lo largo de tantos kilométros y salvar las inclemencias climatológicas?... Sin duda algo que parece increíble, pero gracias a un estudio llevado a cabo por investigadores del IBE (con el apoyo de la British Ecological Society, la National Geographic Society y el Ministerio de Economía y Competitividad) y publicado hace algunos meses, se ha podido demostrar que realizan el viaje de ida y vuelta, porque aunque ya se sabía de un estudio anterior que desde finales de verano la Vanessa cardui viajaba desde Europa hacia las regiones del África tropical, faltaba demostrar que los descendientes de las mariposas de los cardos que colonizaban esta zona de África volvían a emprender el viaje inverso, el de regreso, rumbo norte, realizando así un ciclo migratorio regular que supone una adaptación evolutiva increíble, maravillosa y espectacular.
En el caso de las aves, se utiliza el anillamiento para poder estudiar sus viajes migratorios, para observarlas en los sitios de paso, aunque desde hace un tiempo y gracias al avance tecnológico y al abaratamiento de costes, se utilizan dispositivos transmisores gps o similares (en los casos en que es posible) que nos permiten saber la posición del ave prácticamente in situ y tener una certeza exacta de la ruta y de los movimientos que realiza... pero esto es en la aves, unos métodos que no se pueden llevar a cabo con los insectos y menos aún con insectos tan livianos como una mariposa, entonces, ¿cómo es posible afirmar que la mariposa de los cardos realiza este viaje migratorio de ida y vuelta a lo largo de varias generaciones? ¿cómo es posible saber si una mariposa encontrada en primavera en España procede del África tropical, si no podemos ponerles transmisores ni marcarlas como en el caso de las aves?... pues según parece, la respuesta a esto está en las alas, y más concretamente en los isótopos de hidrógenos presentes en ellas.
Para saber si la Vanessa cardui realiza un ciclo migratorio regular “se estudiaron muestras obtenidas en distintos lugares de España, Marruecos, Creta, Egipto e Israel, estudiando los isótopos estables del hidrógeno presentes en las alas de las mariposas, porque los isótopos son formas de un elemento químico que se caracterizan por tener un número diferente de neutrones en el núcleo, o dicho de otra forma, en el agua, la proporción de hidrógeno y de su isótopo varía en función de la localización geográfica, lo que significa que las plantas al absorber el agua, mantienen estas proporciones y más tarde se seguirá manteniendo en las orugas que se alimentan de esas plantas y, finalmente, en las mariposas adultas, por tanto, a partir del estudio de los isótopos de hidrógeno de las alas de las mariposas se puede saber el lugar donde se habían desarrollado como orugas, o lo que es lo mismo, dónde creció una mariposa antes de la metamorfosis” según explican Roger Vila y Gerard Talavera investigadores de este estudio.
La "Cardera" compartiendo espacio con otras especies. Abajo con una Aricia cramera "Morena común" y arriba con una "Manto bicolor" (Lycaena phlaeas).
Sin duda, que esto parece ciencia ficción o sacado directamente de un capítulo de la serie CSI, pero es algo real, científico; un interesantísimo estudio cuyos resultados, publicados en revistas científicas, apuntan a que “el grueso de la población de la Vanessa cardui permanece en África tropical durante los meses de invierno, y que los individuos que retornan son muy probablemente la descendencia de los que han colonizado la región subsahariana durante el otoño, lo que implica que el ciclo migratorio de Vanesa cardui es cerrado, y que recorren miles de kilómetros anualmente durante sucesivas generaciones”.
En palabras de Gerard Talavera: "El caso de la migración de la Vanessa cardui es único entre todos los insectos; es la especie de mariposa con una distribución más cosmopolita y realiza circuitos migratorios por todo el mundo que nos son prácticamente desconocidos"... "Sus habilidades dispersivas son impresionantes. Las migraciones entre África y Europa que ahora conocemos, son sólo la punta del iceberg de entre todas las migraciones que seguramente es capaz de hacer en otras partes del mundo".
Como he comentado al principio, me resulta increíble a la par que fascinante y maravilloso el viaje migratorio de ida y vuelta de esta mariposa, cerrando un ciclo anual en el que aquellas que lleguen a los puntos más lejanos pueden llegar a recorrer hasta 12.000 km, un ciclo en el que forman parte SEIS generaciones de mariposas, porque lógicamente, este recorrido no lo realiza una sola mariposa, entre otras cosas porque su período de vida está en torno a los dos meses, y sin duda que es precisamente esto lo que convierte a esta migración en única, ya que “va más allá del individuo, la colonia o el grupo, englobando varias generaciones”.
Su periplo viajero tiene su punto de inicio y fin en el Sahel africano (una franja de unos 500 km de ancha que cruza toda África de este a oeste, del Atlántico al Índico, una barrera que separa el desierto del África tropical, donde se ofrecen unas "condiciones óptimas para la reproducción" tras la temporada de lluvias) para aquellas mariposas que nacen entre los meses de septiembre y noviembre. Una vez inician su viaje hacia el norte, las grandes cordilleras del Antiatlas y Alto Atlas marroquí, junto a las islas Canarias suponen la primera gran escala en su viaje, marcando el fin de la primera generación, la de aquellas mariposas que antes de morir se aparearán, pondrán su huevos y días más tardes eclosionarán dando lugar, después del proceso de transformación, a una nueva generación de mariposas de los cardos, las cuales tras los primeros vuelos comenzarán a dirigirse de nuevo hacia el norte, para reemprender el viaje que comenzaron sus padres y que finalizaran sus nietos, llevándolas hasta la siguiente escala, el sur de Europa (Andalucía y la cuenca mediterránea), donde morirán y darán vida a una nueva generación, la tercera, que continuará su viaje hacia el norte entre los meses de febrero y abril, para llegar en junio a las islas Británicas, centro Europa y Escandinavia, donde termina la primera parte de este ciclo migratorio, y donde ya la siguiente generación de Vanessa cardui, la cuarta, emprenderá el viaje de retorno hacia el sur, para volver de nuevo a la zona mediterránea, donde engendrarán a la quinta generación que llegará a las montañas del sur de Marruecos, en donde surgirá la sexta generación que completarán el ciclo anual llegando al lugar donde sus ancestros iniciaron este cíclico y largo viaje.
Para realizar estos largos viajes la mariposa de los cardos “utiliza los vientos favorables a gran altitud, implicando a centenares de millones de ejemplares; ascienden entre 200 y 500 metros para alcanzar las rachas de viento, incluso más arriba, lo que les permite desplazarse a velocidades de entre 40 y 50 kilómetros por hora y, en casos extremos, -atravesar tramos del océano de más de un millar de kilómetros en poco más de un día-", según el investigador Constantí Stefanescu.
[NOTA: Las fotos que aparecen en esta entrada del blog están realizadas en la Sierra del Argallén y en la Sierra de los Pollos, sureste de Badajoz, entre finales de abril y primeros de mayo].
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FUENTES CONSULTADAS:
- La migración de la Vanessa cardui, la más larga de todas las mariposas conocidas (publiado por el CSIC- Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 14-06-18).
- La mariposa que necesita seis generaciones para completar la migración del Estrecho de Gibraltar (publicado el 26-06-2018 en la plataforma digital de la agencia EFE: EFEverde.com, una plataforma global de noticias y periodismo ambiental).
- La migración de una mariposa implica a seis generaciones (publicado el 22-10-2012 en 'europapress').
- La migración de 4.000 kilómetros de una mariposa entre Europa y África (artículo publicado en el periódico 'el Mundo', el 22-09-2016).
- La migración de la Vanessa de los cardos (artículo publicado el 3-10-2016 en la revista NT de Binter Canarias, en su Nº 164, páginas 68 y 69).
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