Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

20 ago 2025

La Edelweiss o Flor de las Nieves (Leontopodium Alpinum).

La flor Edelweiss o ”Flor de las nieves” (de nombre científico: Leontopodium alpinum, que deriva del griego y viene a significar algo así como “Pie de León de los Alpes”) puede engañarnos porque tras la apariencia de una sola flor esconde en realidad un conjunto de diminutas flores que han evolucionado y crecen agrupadas para sobrevivir. Sus elementos o partes centrales están formados por un conjunto de entre 2 y 12 cabecitas amarillas (llamados “capítulos”), que es donde se agrupan las flores, tanto del género masculino como femenino, y están rodeadas por entre 5 y 15 hojas blancas aterciopeladas (brácteas) dispuestas en forma de estrella, cuya función es la de proteger a las flores durante su desarrollo.

Parece ser que esta flor migró desde Asia a las cordilleras europeas durante la Era de Hielo. Hoy se la puede encontrar en Europa en los Alpes, Cárpatos, Pirineos y algunas otras cadenas montañosas a cotas elevadas, a partir de los 1800 m., entre roca, hielo y  nieve, y es que a pesar de su aspecto delicado, cada una de sus partes está diseñada para soportar condiciones climáticas extremas.  Florece de julio a septiembre en rocas expuestas, pero también se la puede encontrar en los bordes de las praderas, aunque no es fácil dar con ella.

En los últimos años del siglo pasado se consiguió cultivar esta flor a menor altura, principalmente en la zona suroeste de Suiza, en uno de sus cantones, utilizando  semillas seleccionadas y realizando la cosecha, que viene a durar unos ocho días,  a mano, flor a flor.

Los esfuerzos por “domesticar”/cultivar esta flor vienen fundamentados, sobre todo, por su utilización en la elaboración de productos de cosmética, ya que contribuye a ralentizar el envejecimiento de la piel, con propiedades: antiarrugas, antioxidantes y antiinflamatorias; también es diurética y ayuda a paliar los problemas digestivos.

Son muchos los nombres que ha tenido esta flor hasta que a mediados del siglo XIX se popularizó el nombre de Edelweiss, cuando varios botánicos famosos de habla alemana comenzaron a usar el nombre, si bien el primer registro escrito con dicho nombre  aparece en un estudio de 1785 del naturalista austríaco Karl von Moll. Antes ya había tenido otros nombres comunes como: Wollblume (‘Flor de lana’), Klein Löwenfuss (‘Garra de león’), Étoile du glacier (‘Estrella del glaciar’), Étoile d’argent (‘Estrella de plata’) o Immortelle des Alpes (‘Inmortal de los Alpes’).

El nombre alemán de esta flor, "Edelweiss", significa "blanco noble" o "blanco puro" (‘Edel’=Noble + ‘Weiss’=Blanco), y simboliza: nobleza, pureza, valentía, amor eterno y verdadero. Esta flor, también conocida como "flor de las nieves" (por crecer en las altas cumbres), se asocia con el valor de los hombres que trepaban a las montañas para conseguirla como prueba de amor (como reza su leyenda).

En la segunda mitad del siglo XIX se volvió un objeto de culto en Suiza, donde atrajo la mirada de admiradores y críticos a lo largo de los años y aún hoy en día, sigue siendo una de las imágenes más icónicas de Suiza, elegida para adornar desde aerolíneas a monedas o como logo de la oficina de turismo de Suiza. También es un símbolo en Austria, donde es la flor nacional y está protegida ya desde 1886, y es la que aparece en la moneda de 2 céntimos de euro de este país. 

También es un símbolo en Pirineos y sobre todo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y en España ¡¡su recolección está prohibida para poder preservar sus poblaciones!!.

Como curiosidad, comentar que esta flor tiene también una canción con su nombre que aparece en el musical y posteriormente en la película: The Sound of Music (en español se tradujo por: “Sonrisas y Lágrimas”) película de 1965 galardonada con cinco premios Óscar, incluidos el de mejor película y mejor director. 

Esta flor ha ido desapareciendo de varios sitios de Europa, motivo por el que está protegida y considerada en algunos lugares en peligro de extinción.

Encontrarnos con esta flor en la montaña es una alegría inmensa para cualquiera que ame y disfrute de la montaña y de la NATURALEZA en general, además de por ser cada vez más rara y escasa encontrarla en su hábitat natural, por lo que hay que contribuir en su conservación, así que si os encontráis  con esta flor, símbolo del valor y coraje, recordad: ¡No la arranques!, ¡No les causéis daño a la planta!, ¡Su recolección está prohibida!.

En  mi caso particular, después de llevar tiempo detrás de ella, el verano pasado sin ir más lejos, en Pirineos, por la zona del Valle de Arán, Vall de Boí o el propio GR-11, no había conseguído verla, otros en cambio, para los que simplemente ven en ella una flor más o no la saben apreciar, se las encuentran sin querer en zonas de Ordesa, por ejemplo. Por suerte este año, sin pensar en ella, la he podido ver y disfrutar de cerca, aunque mucho más lejos, en los Alpes, mientras realizaba el trekking del Tour del Mont Blanc, y en dos ocasiones, una en Francia y otra en Suiza.

LA LEYENDA DE LA FLOR “Edelweiss”.

Cuenta la leyenda que una estrella se quedó maravillada al fijar su mirada en la Tierra; absorta por la forma de las montañas, los valles, y los ríos, logró por unos instantes ver atónita la explosión des colores de la vida que se sucedían durante el día y más aún cuando llegó la primavera y brotaron las flores en los campos, momento en que la estrella no pudo más y se fue a hablar una noche con la diosa Luna.

La estrella le confesó a la Luna que tenía mucha envidia de todo lo que vivía en la Tierra y que deseaba abandonar el firmamento para convertirse en flor. Dicen que la Luna, despechada y enfadada, decidió vengarse de ella enviándola a las más altas y alejadas cumbres, en los lugares menos habitados, alejándola de toda la vida que ella deseaba conocer y compartir, haciendo que aquellos que deseasen verla tuvieran que esforzarse por llegar hasta ella, obligados a subir a lugares recónditos y peligrosos.

​Allí, la osada estrella, aislada y rodeada de roca, hielo y nieve, se transformó en una de las flores más bellas, con forma de estrella y pétalos blancos como el manto de nieve, PERO lo que no sabía es que siempre estaría sola, que sería casi invisible para los humanos al hallarse en lo más alto de la montañas.

Mucho tiempo después,  los lugareños continuaban con la leyenda, como si de una segunda parte se tratara, transmitiéndola de padres a hijos para que no se perdiera con el paso del tiempo, contando que hubo una vez un apuesto joven que se encontraba  enamorado de una mujer, de la que decían que tenía una belleza comparable al de la pureza de la nieve que cubría las altas montañas, de cabellos blancos, ojos grisáceos y rasgos finos y suaves… una joven albina extremadamente hermosa cuyo nombre era: “Edelweiss”.

Un día el apuesto joven la cogió de las manos y titubeando se declaró:  “No podía esperar más tiempo amada mía, en confesarte lo que por ti siento. Sufro día y noche de dolor por dentro, cada instante que cierro los ojos, que ni una tempestad podría llevarse un solo ápice de mi afecto. Ni siquiera toda la nieve de las altas montañas sería capaz de apagar el fuego que hace latir mi corazón. Vengo a deciros mi bella -Edelweiss-, que os amo con todo mi ser”.

Sorprendida pero halagada, la joven apartó sus manos, recorrió su rostro silenciosamente, y con una tierna sonrisa le habló:  “Amado mío, abrumada me hallo ante tus hermosas palabras con el dulce mensaje con el que las proclamas. Pero, no te parece que una declaración de amor debe ir acompañada de una gran hazaña?”.

El joven enamorado abrió los ojos aturdido, y con firmeza volvió a apresarla entre sus manos, mientras dijo convencido: “Hermosa -Edelweiss-, ¿qué es lo que queréis?… porque os aseguro que conseguiré todo aquello que deseéis, si así consigo demostraros el amor que os profeso”.

La hermosa joven le contesta:  “Enamorado mío, os tomo la palabra. Este es el momento de que huyáis, porque el reto que os vengo a proponer no está al alcance de miedosos ni cobardes… Cuenta una leyenda que una estrella a la tierra llegó, convirtiéndose en la más bella flor que habita donde el hielo y las nieves esculpen las altas montañas. Si es verdad que por mi mueres, ve a buscar esa flor y tráemela… y ya te aviso, que si no la consiguieras, tampoco mi amor tendrás”.

El joven palideció ante tal afrenta, sus mejillas se encendieron y apretando  los puños juró: “Por tu amor -Edelweiss-, yo traeré esa flor”… y se marcho con un firme caminar.

Dicen que pasaron muchos, muchos días, años, y que el apuesto joven nunca regresó. También dicen que aunque ella reía todas las mañanas, por las noches, cuando las estrellas cubrían el firmamento, cuando nadie la veía, lloraba amargament, y rogaba que él volviera junto a ella.

Finalmente, con el paso de los días y el tiempo, acabó perdiendo el juicio. Sin salir de casa sollozaba amargamente todas las noches, mientras contemplaba las altas montañas.

Su pena acabó una de esas frías y largas noches de invierno, en la que según cuentan generación tras generación los vecinos del lugar, a las montañas salió, totalmente desnuda a buscarle, gritando su nombre hasta desgarrarse la voz, y nunca más se la volvió a ver.

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FUENTES CONSULTADAS:

- Mágicos Pirineos.

- House of Switzerland

- Leontopodium_alpinum (Wikipedia).

- Atrochando, la web de montaña y viajes.

- Blog de Grandvalira Resorts - ANDORRA.

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