En la Sierra de Magacela (Badajoz), donde también se encuentran las pinturas rupestres del abrigo de la "Peña del Águila", podemos encontrrarnos con este tipo de narcisos que según el libro: "Guía de campo de los narcisos silvestres de Extremadura" pueden aparecer descritos en publicaciones antiguas con otros sinónimos como: Narcissus perez-chiscanoi (Fernández Casas); Narcissus hispanicus perez-chiscanoi (Fernández Casas); Narcissus portensis Pugsley; Narcissus pseudonarcissus portensis (Pugsley).
La tarde del viernes, último día del mes de enero, estuve por la umbría de esta sierra con la compañía del amigo Agustín, al cual le habían dado el chivatazo de que ya se veían algunos de estos narcisos florecidos, así que nos plantamos por allí con la ilusión de poder verlos, aunque realmente nos conformamos con ver cualquier cosa que tenga que ver con la naturaleza y esto no es más que una escusa como cualquier otra para salir a la naturaleza.
Pudimos llegar a verlos y fotografiarlos, aunque solo en en sitios muy puntuales y pocos ejemplares, igual es porque en esta zona están empenzado a florecer, y en sitios poco accesibles, sobre grietas de roquedos, a veces precedidos por una muralla impenetrable de zarzas y espinos, lo que obligló a hacer uso del zoom de la cámara; en otras, situados en alto sobre pequeñas repisas, con lo que tuvimos que hacer alguna que otra pequeña trepada para poder acceder a ellos, o al menos a una distancia de metro y medio aproximadamente.
Esperemos que en otra escapada estén más florecidos y podamos verlos en sitios más accesibles para poder observalos mejor y más tranquilamente.
Este es uno de los ejemplos de donde nos encontramos los narcisos, en una grieta en una pared rocosa, a unos dos metros de altura y precedidos por una barrera de zarzas.
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