La Peña del Águila se localiza en la vertiente norte de la sierra de Magacela, a una altura aproximada de 510 metros y orientada al noreste.
El abrigo, formado por dos farallones de cuarcita en ángulo, llega a superar los 15 metros de altura en sus cotas más altas y el nivel de base tiene una fuerte pendiente que descarta la posibilidad de que el yacimiento fuera zona de hábitat; si bien se subraya la personalidad de lugar estratégicco por su privilegiada situación: controla un puerto natural en lo alto de la sierra a la vez que un extenso territorio de llanura.
"La tipología de figuras plasmadas en la Peña del Águila, en todas las estaciones de Magacela y en el resto de la península, se resume en tres conjuntos o grupos: antropomorfos (formas humanas), zoomorfos (formas de animales) e ideomorfos (cualquier modelo que no se asemeja a nada identificabe o que puede seer suceptible de varias interpretaciones).
La función de las pinturas rupestres esquemáticas se relaciona con los factores estratégicos y comunicativos. Las covachas decoradas con este tipo de representaciones definen zonas propicias de control territorial y visual, siempre en espacios de ricos recursos naturales. Hasta hace relativamente poco, eran consideradas únicamente como santuarios, teoría que podría venir a completar la visión de conjunto de las estaciones.
Aunque desconocemos su significado completo, si podemos afirmar que los símbolos pintados en las paredes definirían un lenguaje pictográfico de todo un período cronológico que arrancaría en el V-IV milenio a.C. y llegaría hasta mediados del siglo I a.C., fechas en las cuales las circunstancias históricas, sociales y culturales, imponen otro tipo de necesidades muy alejadas de la shasta entonces estalecidas.
A lo largo del abrigo se pueden ver algunos paneles informativos con los que se intenta destacar las figuras y grupos de éstas que son más representativos, significativos y atractivos para el público, aunque no siempre resulta fácil identificar estas figuras en la roca y menos para los ojos de público no habituado a ello, de ahí la labor de estos paneles.
La importancia de las pinturas de la Sierra de Magacela radica en las especiales características técnicas y estilísticas que reúnen, así como en su aceptable estado de conservación, lo que nos va a permitir observar una serie de singulares superposiciones de motivos y colores, que permiten establecer TRES DIFERENTES PERÍDOS CRONOLÓGICOS en la realización de estas pinturas (con figuras humanas, de animales, ídolos, soliformes, ramiformes, zig-zags, barras, puntos, digitaciones,además de algnunos motivos indeterminados e incompletos): la primera fase está realizada en trazo grueso y con una tonalidad rojo clara con tendencia al anaranjado; en la segunda fase, la menos representativa del conjunto en cuanto a cantidad de figuras, está realizada también con trazo grueso pero de color negro, y por último, la tercera fase, la más abundante en representaciones, está realizada con trazo fino y cuidado y con una tonalidad rojo vinosa". [Texto extraido de uno de los paneles informativos que hay en este abrigo de la Sierra de Magacela].
A continuación dejo una síntexis de las representaciones que se pueden encontrar en cada fase, según el estudio de Hipólito Collado: "Sistematización cronológica de la pintura rupestre esquemática en la provincia de Badajoz: Los abrigos de la Sierra de Magacela", incluyendo algunas fotos que estuve realizando en este abrigo:
"FASE-1: En esta fase se encuentran representaciones en tinta plana, monocromas, de tonalidad rojo anaranjada, realizadas en trazo grueso usando como aplicador probablemente la yema del dedo (entre 1 cm. y 2 cm. de anchura) y con un tamaño medio que oscila entre los 7 cm. y los 10 cm. de altura. Se disponen sobre pequeñas superficies propiciadas por los cuarteamientos o fracturas del soporte, aisladas e inconexas entre si, no llegando a formar escenas propiamente dichas, todo lo más, asociaciones de figuras como la de tipo ancoriforme-zoomorfo que se repite de forma bastante reiterativa. La tipología de las representaciones de esta fase se clasifican en:
- Antropomorfos: La mayor parte del tipo ancoriforme, con un eje más o menos axial que forma el tronco y limitadas sólo por la parte superior (figuras: 3-5-6-8 de la siguiente imagen) o en ambas, superior e inferior (figuras: 1-2-4-9 de la siguiente imagen), por arcos transversales más o menos abiertos que dan lugar a la cabeza y a las extremidades inferiores.
El abrigo, formado por dos farallones de cuarcita en ángulo, llega a superar los 15 metros de altura en sus cotas más altas y el nivel de base tiene una fuerte pendiente que descarta la posibilidad de que el yacimiento fuera zona de hábitat; si bien se subraya la personalidad de lugar estratégicco por su privilegiada situación: controla un puerto natural en lo alto de la sierra a la vez que un extenso territorio de llanura.
"La tipología de figuras plasmadas en la Peña del Águila, en todas las estaciones de Magacela y en el resto de la península, se resume en tres conjuntos o grupos: antropomorfos (formas humanas), zoomorfos (formas de animales) e ideomorfos (cualquier modelo que no se asemeja a nada identificabe o que puede seer suceptible de varias interpretaciones).
La función de las pinturas rupestres esquemáticas se relaciona con los factores estratégicos y comunicativos. Las covachas decoradas con este tipo de representaciones definen zonas propicias de control territorial y visual, siempre en espacios de ricos recursos naturales. Hasta hace relativamente poco, eran consideradas únicamente como santuarios, teoría que podría venir a completar la visión de conjunto de las estaciones.
Aunque desconocemos su significado completo, si podemos afirmar que los símbolos pintados en las paredes definirían un lenguaje pictográfico de todo un período cronológico que arrancaría en el V-IV milenio a.C. y llegaría hasta mediados del siglo I a.C., fechas en las cuales las circunstancias históricas, sociales y culturales, imponen otro tipo de necesidades muy alejadas de la shasta entonces estalecidas.
A lo largo del abrigo se pueden ver algunos paneles informativos con los que se intenta destacar las figuras y grupos de éstas que son más representativos, significativos y atractivos para el público, aunque no siempre resulta fácil identificar estas figuras en la roca y menos para los ojos de público no habituado a ello, de ahí la labor de estos paneles.
La importancia de las pinturas de la Sierra de Magacela radica en las especiales características técnicas y estilísticas que reúnen, así como en su aceptable estado de conservación, lo que nos va a permitir observar una serie de singulares superposiciones de motivos y colores, que permiten establecer TRES DIFERENTES PERÍDOS CRONOLÓGICOS en la realización de estas pinturas (con figuras humanas, de animales, ídolos, soliformes, ramiformes, zig-zags, barras, puntos, digitaciones,además de algnunos motivos indeterminados e incompletos): la primera fase está realizada en trazo grueso y con una tonalidad rojo clara con tendencia al anaranjado; en la segunda fase, la menos representativa del conjunto en cuanto a cantidad de figuras, está realizada también con trazo grueso pero de color negro, y por último, la tercera fase, la más abundante en representaciones, está realizada con trazo fino y cuidado y con una tonalidad rojo vinosa". [Texto extraido de uno de los paneles informativos que hay en este abrigo de la Sierra de Magacela].
A continuación dejo una síntexis de las representaciones que se pueden encontrar en cada fase, según el estudio de Hipólito Collado: "Sistematización cronológica de la pintura rupestre esquemática en la provincia de Badajoz: Los abrigos de la Sierra de Magacela", incluyendo algunas fotos que estuve realizando en este abrigo:
"FASE-1: En esta fase se encuentran representaciones en tinta plana, monocromas, de tonalidad rojo anaranjada, realizadas en trazo grueso usando como aplicador probablemente la yema del dedo (entre 1 cm. y 2 cm. de anchura) y con un tamaño medio que oscila entre los 7 cm. y los 10 cm. de altura. Se disponen sobre pequeñas superficies propiciadas por los cuarteamientos o fracturas del soporte, aisladas e inconexas entre si, no llegando a formar escenas propiamente dichas, todo lo más, asociaciones de figuras como la de tipo ancoriforme-zoomorfo que se repite de forma bastante reiterativa. La tipología de las representaciones de esta fase se clasifican en:
- Antropomorfos: La mayor parte del tipo ancoriforme, con un eje más o menos axial que forma el tronco y limitadas sólo por la parte superior (figuras: 3-5-6-8 de la siguiente imagen) o en ambas, superior e inferior (figuras: 1-2-4-9 de la siguiente imagen), por arcos transversales más o menos abiertos que dan lugar a la cabeza y a las extremidades inferiores.
Antropomorfos de la Fase-1 (imagen extraída del estudio de Hipólito Collado).
- Zoomorfos: Hay tres figuras que presentan ciertos rasgos naturalistas, con clara indicación de la cabeza, cornamentas u orejas, cuerpo, extremidades y rabo. El resto de los motivos presentan un alto grado de esquematismo, estando dos de ellos en posición invertida lo que ha sido interpretado como representación del animal ya muerto. En los demás esquemas podemos advertir como se repite la particularidad de un excesivo alargamiento de la zona del cuello lo que nos da pie a pensar en la intervención de una únicamano a la hora de plasmar los grafemas sobre la pared.
[Haz clic en la fotos para ampliarlas]
Zoomorfos de la Fase-1 (imagen extraída del estudio de Hipólito Collado).
Figuras 12 y 14 de las imágenes del estudio de Hipólito Collado. Abajo, zoomorfo con rasgos naturalistas; arriba, zoomorfo con alto grado de esquematismo.
Figuras 13 y 15 de las imágenes del estudio de Hipólito Collado. Zoomorfos de la Fase-1 con alto grado de esquematismo en posición invertida, lo que ha sido interpretado como representación del animal ya muerto.
Figuras 10 y 11 de las imágenes del estudio de Hipólito Collado. Zoomorfos de la Fase-1 con rasgos naturalistas, con clara indicación de la cabeza, cornamentas u orejas, cuerpo, extremidades y rabo.
- Soleiforme: Una sóla figura.
Soleiforme de la Fase-1
- Ramiformes: Una sóla figura.
- Barras y puntos: Las barras aparecen en la mayor parte de los casos de forma individual. Es difícil dar significado a estos motivos ya sea de forma individual o colectiva pues suponen el culmen del proceso de abstracción a que se ha visto sometida la figura original. En cuanto a los puntos, a pesar de localizarse en agrupaciones, han sido tomados como elementos individuales y su interpretación, al igual que sucede con las barras, resulta totalmente incierta, se podría tratar de esquemas constructivos, o piedras (entendidas como armas arrojadizas), o significaciones simbólicas o sistemas de contabilidad...
- Motivos incompletos: restos de figuras, grafemas incompletos o restos de pigmentación, todos muy degradados por la acción de los diversos agentes erosivos (antrópicos o no) lo que hace prácticamente imposible su clasificación tipológica.
FASE-2: En esta segunda fase se encuentra únicamente cinco motivos de unas características y un grado de esquematización similares al período anterior en lo referente al estilo, tipología, grosor del trazo, tamaño de las figuras y distribución sobre el soporte, PERO se diferencia en la tonalidad empleada en todas las representaciones (el NEGRO) y por la aparición de un nuevo tipo de motivo que no se da en la fase anterior: un ídolo oculado.
Las dos figuras más representativas de esta segunda fase, son por un lado:
- Antropomorfo de tipo ancoriforme, representados por una barra vertical sobre la que se dispone un arco transversal más o menos curvado.
[Haz clic en la fotos para ampliarlas]
- Idolo oculado: Es excepcional la aparición de este motivo, tanto por su fisonomía, al redondear los arcos superciliares cerrándolos bajo los ojos hasta completar el círculo, algo que parece corresponder más a la zona de Sierra Morena que a la extremeña, donde las representaciones de ídolos oculados marcan de forma ostentosa los arcos superciliares, restando importancia a las líneas bajo los ojos, como por el color con que ha sido plasmado sobre la pared: el negro, lo que singulariza nuestro ídolo no sólo respecto al resto de ídolos oculados localizados en los abrigos extremeños, sino también respecto a los demás ídolos oculados representados en los abrigos de la Península Ibérica en una amplísima gama cromática de ocres y rojos.
Idolo oculado de la Fase-2 pintado con tonalidad negra (puedes hacer clic en la foto para ampliarla).
FASE-3: Esta última fase pictórica es la que aporta mayor número de motivos, constituyendo además, un sustancial cambio con respecto a las fases precedentes tanto en técnica como en estilo y con una clara superposición de motivos de este período sobre dos representaciones zoomorfas de la primera fase. En este momento el autor sí va a preocuparse por la disposición y distribución de las figuras en espacios de pared amplios con la intención de componer escena. Surge el deseo de jerarquización, figuras de las mismas características aparecen en tamaños diferentes y con colocaciones prioritarias para las de mayor tamaño. Técnicamente se impone el uso del trazo fino y cuidado y el gusto por el detalle, plasmando las figuras en tonalidades rojo vinosas muy marcadas. Por último, el estilo naturalista se adueña de las figuras frente al esquematismo imperante de fases anteriores.
Ejemplo de un panel donde se muestra la clara superposición de motivos (antropomorfos) de esta FASE-3 sobre dos representaciones zoomorfas de la FASE-1. Abajo, en el círculo, y ampliado a la izquierda, otro antropomorfo de la FASE-3, portanto un ¿arco? entre las manos, y en donde se muestra a diferencia de las otras fases, una perspectiva lateral, además del intento de conseguir dar movimiento (haz clic en las fotos para ampliarlas).
La tipología de las representaciones de esta fase se clasifican en:
-Antropomorfos: Las pinturas con esta tipología presentan características similares en esta fase:: cabeza y tronco alargados, piernas abiertas y brazos superpuestos. Hay un intento por parte del autor de romper con la tradicional frontalidad y el hieratismo predominantes en la pintura rupestre esquemática, buscando la perspectiva lateral, de ahí que los brazos aparezcan superpuestos y consigue dar movimiento a las figuras, flexionando la pierna trasera y levantando la delantera o acortando la pierna de atrás y alargando la de delante.
Antropomorfos de la Fase-3 (imagen extraída del estudio de Hipólito Collado).
En general las figuras no suelen mostrar diferención sexual, salvo en un par de ellas, o sea, que aparecen asexuadas, sin poder defnir con seguridad si se trata de motivos masculinos o femeninos.
El detallismo con el que han sido representados los motivos permite apreciar elementos de carácter etnográfico tales como los tocados de alguna de las representaciones, con plumas ornamentales o casco con cuernos similar al que porta el guerrero representado en la "estela de Magacela", adornos relacionados con el ropaje (plumas o flecos que se distribuyen a lo largo de las dos mangas), o armas (portanto un arco), etc.".
Figura-2: Antropomorfo tocado con cuernos (figura sujeta a varias interpretaciones, como jinete a caballo, chamán, brujo, etc).
Figura-3: Antropomorfo femenido, con cabeza redondeada, bien individualizada del resto del tronco. Se encuentra en la misma escena que el antropomorfo masculino de la Figura-4.
Figura-4: Antropomorfo masculino que porta un objeto alargado entre us brazos que podría conserarse como un arma o un bastón de mando en función de su mayor tamaño en relación con el resto de los antropomorfos que aparecen en la escena de la que forma parte y de su posición privilegiada dentro de la misma.
Figura-5: Antropormofo portando entre sus manos un objeto, posiblemente un arco.
"Las características de estas figuras los singularizan con respecto a otros motivos antropomorfos representados en Extremadura, así pues, los paralelos con otras estaciones de arte esquemático únicamente se podrían establecer en función de los objetos portados por los personajes, como el arco que lleva entre sus manos una de las figuras o el casco de cuernos representado en otra de ellas.
- Zoomorfos: Al igual que sucedía con los antropomorfos, han sido plasmados de forma minuciosa, empleando el trazo fino y marcando con detalle las diferentes parte anatómicas del animal (orejas, hocicos, pezuñas, rabos, cuernos). Así, en función de las características somáticas de los mismos podemos distinguir tres perros con las orejas y el hocico bien definidos al igual que las patas (similares en las tres figuras) y la cola levantada y curva; otra figura se puede identificar con una cabra, siendo sus características diferentes a la de los perros: hocico más alargado, cola sin curvar y pezuñas sin marcar. Todos estos animales aparecen de forma más o menos aislada exceptuando uno de los motivos que los que el animal aparece representado unido al hombre a la altura de su mano como si estuviera tomando algo que el hombre le ofrece en un gesto evidente de docilidad hacia su dueño.
[Haz clic en la fotos para ampliarlas]
Arriba , antropomorfo con 3 zoomorfos de la Fase-3 (imagen extraída del estudio de Hipólito Collado). Abajo las fotos de esta escena, sin pasar el filtro a la izquierda, y pasado el filtro a la derecha.
En la parte superior de esta escena, un animal que con muchas reservas se puede interpretar como un perro, se une a la mano izquierda de un antropomorfo masculino de cuyo brazo izquierdo, igual que del derecho, surgen una serie de plumas o flecos que podríamos considerar como adornos de la vestimenta con la que se le ha representado y de la que ha querido destacarse también un objeto indeterminado de forma rectangular que nuestra figura porta a la cintura.
Justo debajo del antropomorfo, un animal que ha perdido la parte anterior de la cabeza y una de las patas delanteras, y por debajo de la figura anterior y a su izquierda se localiza la parte anterior de un zoomorfo que únicamente conserva las dos patas anteriores completas y parcialmente una de las posteriores. En este caso el autor del conjunto pictórico lo ha representado en una postura forzada, como si estuviera rampante en relación con el resto de los animales de la agrupación.
En la imagen, otro zoomorfo, en este caso una cabra dentro del círculo amarillo, mientras que en el interior del rectángula en blanco, lo que se aprecia es una figura en zig-zag.
Al contrario de lo que sucedía con los motivos antropomorfos, para las figuras zoomorfas de los abrigos de Magacela sí encontramos numerosos paralelos como por ejmplo los existentes en la "Cueva de los perros" (Zarza Capilla).
- Zig-Zag: Un único motivo de estas características, trazado en línea gruesa y relativamente aislado con respecto al resto de las figuras de su grupo. Su relación más directa se establecería con una serie de motivos actualmente incompletos que no ayudan a clarificar su significado (en la imagen anterior aparece esta representación dentro del rectángulo blanco).
- Barras, puntos y digitaciones: En relación a las barras en esta fase, es muy difícil optar por algún tipo de interpretación, máxime cuando estos grafemas no aparecen asociados de forma clara a ningún otro motivo y tampoco presentan ningún tipo de indicación mediante la cual pudiera atribuírseles un carácter antropomórfico o etnográfico. En cuanto a los puntos, comentar que son el tema más reiterado de este tercer período apareciendo de forma conjunta estableciendo alineaciones horizontales o verticales. Sus posibles interpretaciones son las mismas que las expuestas para la FASE-1, aunque en esta tercera fase habría que destacar una alineación de diez puntos en horizontal asociados de forma clara a una figura humana y que podrían ser considerados como el rastro de algún animal (sangre, huellas, etc.) que está siendo seguido por el cazador. Por último están las digitalizaciones, que se diferencian de las barras por su menor longitud y por su mayor grosor, y también sepresentan de forma aislada, sin establecer ningún tipo de asociación con otros motivos.
[Haz clic en la fotos para ampliarlas]
- Motivos indeterminados: A pesar de conservarse completos nos ha sido imposible darles una significación coherente.
- Motivos incompletos: Han llegado hasta nosotros de un modo fragmentario, a causa de su lamentable estado de conservación, no pudiendo ser incluidos en ninguna clasificación tipológica".
Una vez vista esta síntesis del análisis de las tres fases o períodos, veamos las CONCLUSIONES a las que llega Hipólito Collado en el estudio sobre estas pinturas y cuyo docuento completo he puesto en el enlace al principio de esta entrada para los que tengan más interés en profundizar más sobre los distintos grupos de figuras que aparece en este abrigo:
"El arte es producto de la sociedad que lo produce, una sociedad cuyos preceptos culturales, sociales y religiosos, van a evolucionar con el paso del tiempo. Es lógico pensar que el arte, tomado como medio de expresión y comunicación válido para transmitir ideas, bien sean materiales o espirituales, sufra la misma evolución aunque se mantengan, en mayor o menor medida, similares medios de expresión artística con el transcurrir de los siglos. Partiendo de esto, se puede intentar analizar la evolución que sufre la pintura rupestre esquemática de los abrigos de Magacela en base a los tres períodos o fases antes descritros (determinados a partir de las superposiciones de motivos y a los distintos colores y tonalidades con que fueron plasmadas las pinturas en cada momento).
En la primera fase los motivos de tonalidad rojo anaranjado son de alto contenido esquemático, prácticamente sin ninguna concesión al naturalismo (exceptuando tan solo tres figuras de zoomorfos). En esta fase, el autor de estas pinturas busca pequeñas superficies proporcionadas por los cuarteamientos de la roca para disponer sus grafemas, pero nunca compone escena, todo lo más, asocia motivos tipo como la unión antropomorfo-zoomorfo, conjuntos de puntos o agrupaciones de barras. El tamaño de las figuras es muy regular, estando todas realizadas con trazo grueso y en ningún momento el autor trató de establecer o transmitir la ¡dea o concepto de jerarquización, porque todas las figuras humanas, animales y esquemáticas, presentan similar escala, sin destacar ninguna por encima de otra. Mediante estos esquemas se reflejan elementos propios de una sociedad igualitaria, comunal, con una clara dependencia de los animales, ya sean los domésticos, o los proporcionados por la caza, y es que analizando la tipología de las figuras de esta fase, los porcentajes de figuras humanas y de figuras animales son similares, a lo que hay que añadir las asociaciones hombre-animal citadas con anterioridad. Todos estos rasgos nos conducen a una sociedad de corte neolitizante donde prima la idea del común sobre el individuo y en la que la dependencia respecto a los animales es aún prácticamente total.
Estos son los tres únicas figuras, todas zoomorfos, de la Fase-1 con rasgos naturalistas y que se escapan al patrón general que siguen todas las figuras de esta fase, más esquemáticas (puedes hacer clic sobre las fotos para ampliarlas).
En la segunda fase se mantiene los mismos rasgos estilísticos que en la anterior, en lo referente al tamaño de las figuras, grado de esquematismo y disposición de los grafemas sobre el soporte. La novedad viene introducida por el uso exclusivo del color negro a la hora de plasmar los esquemas sobre la roca y sobre todo, por la aparición de una nueva figura inexistente tanto en la fase anterior como en la posterior. Se trata de un ídolo oculado que viene a indicar la asunción por parte de las gentes autoras de estas pinturas, de nuevas ideas y conceptos sociales y religiosos llegados del mundo mediterráneo. El ídolo supone ese aire nuevo y revitalizador que la importada tradición calcolítica impone a la pintura esquemática de raigambre indígena ya presente en la primera fase.
Idolo oculado con tonalidades en negro (puedes hacer clic sobre las fotos para ampliarlas).
En la tercera y última fase hay un cambio radical, tanto estilística como conceptualmente. Se abandonan las pequeñas superficies para buscar amplios espacios en la roca donde plasmar las pinturas. Prácticamente se acaba con el uso del trazo grueso en la realización de las mismas para pasar a utilizar casi exclusivamente el fino, aplicado por medio de pequeños punzones de madera o hueso o finos pinceles de pluma de ave o pelo de animal, permitiendo al autor un mayor detallismo a la hora de dibujar los motivos sobre la piedra. Las pinturas conservan una tonalidad rojo vinosa mucho más intensa que los grafemas de fases anteriores. El tamaño es sensiblemente menor que los motivos de fases precedentes, aunque no uniforme para todas las figuras, intentando plasmar el concepto de jerarquización en función del tamaño y de la posición de dichos motivos.
Escena donde se muestra la diferencia de tamaño de antropomorfos, indicando jerarquización, no sólo por el tamaño sino también por la posición. También las figuras aparecen laterales y dando la impresión de movimiento (puedes hacer clic en las fotos para ampliarlas).
El autor juega con la superficie para buscar la composición de una escena, algo impensable en las fases precedentes y además, con grafemas que no son hieráticos, sino todo lo contrario, intentando dar vida a sus figuras, buscando la lateralidad (casi constante en el arte levantino) y el imprimir movimiento utilizando para ello diversos recursos técnicos (como el flexionar las piernas y colocarlas a distinto nivel, la delantera más alta que la trasera).
Por otro lado, si en la primera fase la figura humana y animal priman por igual, en esta tercera fase, es la figura humana la que domina claramente sobre los motivos animalísticos. Es el hombre el dominador de una sociedad fuertemente jerarquizada. Se busca el individualismo frente al resto de los personajes. Es por ello que se representan como elementos diferenciadores de los personajes, objetos de marcado valor etnográfico asociados a ellos (vestimentas, armamentos, tocados). Estas representaciones de figuras humanas tocadas con cascos de cuernos no son únicamente exclusivas de la pintura rupestre esquemática, una importante muestra aparece grabada sobre las numerosas estelas de guerrero encontradas en el suroeste peninsular. En ambos casos, ya en pintura rupestre, ya en estelas, nos enfrentamos a una misma sociedad cuyos preceptos elitistas, guerreros, personalistas e individualizadores, van a ser expresados por medio de un sistema de comunicación pictográfico accesible a todos aquellas personas o grupos humanos que tuvieran acceso a los abrigos donde se plasman las pinturas o a ios lugares donde se implantaran las estelas.
Figura humana tocada con cascos de cuernos. Arriba, la imagen de la escena donde se encuentra englobada (puedes hacer clic en las fotos para ampliarlas).
Por tanto, la cronología para el último período pictórico de Magacela correría paralela a la establecida para la vigencia de las estelas, centrada en el Bronce Final y cuya desaparición vendría motivada, por la reorientación general que sufre económica y socialmente la Península con la llegada de los elementos colonizadores. A partir de estos momentos la implantación y la difusión de la escritura hará innecesario el tradicional medio de expresión y comunicación pictográfico que hasta entonces había supuesto la pintura rupestre esquemática".
Podéis ver EN ESTE ENLACE, los croquis-calco de las figuras y grupos más representativos en el documento PDF realizado por el Ayuntamiento de Magacela, y que básicamente aglutina los distintos paneles informativos colocados junto al abrigo de la Peña del Águila, en la Sierra de Magacela (el fallo de este documento es que las figuras aparecen en escala de grises, no aparecen con sus tonalidades, donde se podría ver más claramente las fases o períodos en que fueron realizadas).
Y en AQUÍ un enlace a las fotos que aparecen en esta entrada, en más resolución y tamaño.
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