Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

22 ago 2024

Montaña: Circular -larga- por los lagos del Circo de Colomèrs (Valle de Arán, Pirineo leridano).

Para la ruta prevista en nuestro segundo día debíamos dejar el Parque Nacinal de Aigüestortes, al menos en parte, para dirigirnos a una zona periférica por el norte, concretamente al Valle de Arán, en donde se encuentra el Circo de Colomèrs y sus numerosos lagos de origen glaciar, que son emblema, santo y seña, de esta zona.

Aunque en distancia no está muy lejos, unos 50 km desde el camping de “La Mola” en Espot, donde nos alojábamos, en tiempo se tarde casi una hora debido a que el recorrido es por carretera de montaña,  bastante sinuoso, aunque con firme en muy buen estado, subiendo por el puerto de la Bonaigua, bajando a la localidad de  Baqueira (de sobra conocida por los amantes de los deportes de nieve) y por último al pueblo de Salardú, desde donde sale el camino-pista asfaltado que conduce al parking de  Banhs de Tredòs, donde se encuentra un pequeño hotel balneario de montaña que aprovecha una de las surgencias de agua caliente del valle, además de diferentes paneles informativos sobre el circo de Colomèrs, así como la pequeña caseta donde se tramita el pago para coger los taxis-todoterrenos que por pista suben hasta el parking donde se encuentra el desvío para iniciar la subida al lago mayor de Colomèrs… y es que aquí de nuevo, al igual que nos pasó en el día de ayer, en temporada alta solo es posible subir en coche hasta el  parking de  Banhs de Tredòs.

"El circo de Colomèrs debe su nombre a Charles Joseph Colomès de Juillan, un ingeniero francés del siglo XIX, quien exploró varios valles pirenaicos, entre ellos el Valle de Arán, con el objetivo de estudiar e identificar nuevas vías de comunicación entre el lado francés y el lado español de los Pirineos. Uno de los proyectos más destacados que presentó Charles Joseph fue la construcción de un gran corredor ferroviario que comunicaba las localidades de Tarbes y de Huesca a través de un túnel que tenía que pasar por debajo del circo de Gavarnie, aunque este proyecto se abandonó y no se realizó nunca"... por suerte [Fuente: RutasPirineos].

Tuvimos que levantarnos un poco antes que el día anterior para intentar salir del camping dirección Salardú sobre las 8 de la mañana.

Ya en Salardú hicimos una breve parada para buscar un supermercado y comprar pan para la comida de hoy, porque el resto de provisiones ya las teníamos repartidas entre todas  las mochilas que llevábamos.

Desde Salardú al parking, son unos 8 km por camino-pista asfaltado, estrecho, sinuoso y con algunos tramos con fuerte pendiente, en donde en muchas ocasiones cuando se cruzan dos coches hay que parar y seguir con precaución porque apenas hay espacio para que pasen los dos, así que en función de los coches con los que nos podamos cruzar podemos tardar ente 15-20 minutos.

Al llegar al parking vemos que está abarrotado de coches y tuvimos que aparcar más cerca del hotel-balneario que de la caseta que está al principio, donde se hace el pago de los taxis-todoterreno y desde donde se cogen estos.

Llegaríamos sobre las 9:30 o algo más y a eso habría que añadir otra media hora entre coger el taxi y subir hasta el inicio del recorrido, con lo que empezaríamos muy tarde la ruta, aunque teníamos todo el día para hacerla.

Al subir hasta el desvío al lago de Colomèrs en taxi, la ruta prevista se reduciría a unos 12 km, que aparentemente parece poco, pero por lo que habíamos leído previamente y por lo que pudimos comprobar después, es un recorrido que lleva su tiempo hacerlo, no tiene fuertes desniveles, pero es mucho sube y baja, por terreno irregular en muchos tramos y la mayor parte por senda que obliga a ir en fila india, con lo que al ir en grupo la marcha se puede ralentizar, pero la idea era disfrutar.

Existe la opción de realizar el recorrido desde el propio  parking de  Banhs de Tredòs. y en lugar de subir por la aburrida pista por donde suben los taxis, el trazado sube por senda que se introduce en el bosque y que parte desde las inmediaciones del hotel-balneario, pero esto conlleva casi 4,5 km extras hasta el desvío al lago de Colomèrs, o sea, hasta la zona donde suben los taxis, a los que hay que sumar otros tantos kilómetros para realizar el recorrido inverso a la vuelta, lo que en tiempo puede conllevar cerca de dos horas y media… y a esto habría que añadir el recorrido circular largo previsto.

En lo referente solamente al recorrido circular por los lagos de este circo de origen glaciar, existe dos recorridos señalizados, uno corto de unos cinco kilómetros y otros largo de unos 10 km, algo más exigente y en ambos casos, habría que añadir otro tramo lineal de poco más de dos kilómetros, entre la ida y la vuelta, para ir de la zona donde nos dejan los taxis hasta el lago de Colomèrs y viceversa.

Nuestra idea era subir en taxi, realizar el recorrido circular largo y a la vuelta, en función del tiempo y de cómo estuviéramos de cansados... y en definitiva, de las ganas que hubiera, podríamos realizar caminando el regreso de 4,2 km en descenso suave hasta el parking, lo que supondría otra hora extra o bien utilizar un taxi de nuevo para bajar.

El grupo entero, los diez que íbamos, no pudimos subir en un mismo taxi-todoterreno, porque había otros grupos antes que nosotros, así que lo hicimos en dos, pero con apenas 5 minutos de diferencia.

Antes de ponernos en marcha algunos aprovechamos para rellenar las botellas de agua en la fuente que hay justo antes de coger el desvío al lago.

Una vez se coge el desvío, perfectamente señalizado, comienza la fiesta, porque los primeros 300 metros son en fuerte subida para salvar un primer escalón, por senda en zig-zag, con mucha vegetación y arboleda, para después tomar un respiro por una zona más llana, donde a nuestra izquierda podemos ver un pequeño lago, aunque más bien parece una charca  por su tamaño, al menos en esta época estival.

Tras cruzar un pequeño puente de madera para salvar las aguas del Aiguamòg, seguimos una senda en umbría por el barranco, de nuevo en subida, dejando el cauce del río a nuestra derecha, siempre por zona boscosa, en un recorrido  bucólico, entretenido, bonito y con muy buena temperatura a esa hora de la mañana.


Unos metros más adelante, dejamos ya la protección de la zona de arboleda, la vegetación aparece más dispersa, pasando por una zona pantanosa, inundable en épocas de lluvias, en la que para realizar un pase más cómodo han colocado tablones de madera a modo de pasarelas.

Tras un último tramo, pocos metros, de fuerte repecho, logramos llegar a la altura de la presa, por su parte izquierda, ya que el lago mayor de Colomèrs es un lago represado.

Justo antes de girar hacia la presa, nos encontramos con el cruce por donde volveríamos horas más tarde al completar el recorrido circular.

Junto a la presa del lago, hacemos un pequeño reagrupamiento. Hasta aquí poco más de un kilómetro, pero muy intenso y entretenido.

Recorremos pausada y tranquilamente la presa en dirección al antiguo refugio de montaña de Colomèrs, que está  en el otro extremo de la presa pero situado a más altura. Paramos para hacer las típicas fotos, tanto de la zona de lago, que parece encontrase en una cubeta, en una hondonada flanqueada por montañas graníticas en la que vegetación comienza a desaparecer, en un entorno esculpido por la acción de hielo, como de la zona por donde hemos subido, donde en dirección hacia el valle aparecen los bosque de pinos y abetos, mientras que al fondo, hacia el norte, cerca de la frontera con Francia, a mucha más altura, sobresalen las montañas, como el Mauberme con 2.880 m.… en definitiva, las vistas son en 360 grados, ¡todo un lujo!.

Antiguo refugio de Colomèrs, visto desde la presa del lago al dirigirnos hacia él.
 
En primer plano, vista parcial de lago mayor de Colomèrs con el nuevo refugio... y al fondo la cabecera del circo.

Pasamos junto al refugio antiguo, típico refugio de piedra con puertas y postigos de ventanas de color rojo y nos dirigimos hacia el refugio nuevo, a penas a 500 metros, primero por senda pegada al lago, rodeada de vegetación, pero no tarda mucho en ganar algo de altura mientras se va distanciando del lago, aunque poco después, tras una amplia curva a la izquierda llegamos al refugio nuevo de Colomérs, acercándonos de nuevo al lago.

A esa hora, bastante gente en los alrededores del refugio, al igual que en el corto trayecto que hemos realizado y en el que nos quedará por hacer hasta llegar al desvío de la ruta larga/ruta corta… una pequeña romería en algunos tramos.

Reagrupamiento en el refugio nuevo de Colomèr, junto al lago y situada a 2.135 m.

El entorno y las vistas desde este refugio son magníficas, ideales para sentarse allí y contemplarlas durante un buen rato...

Una breve parada junto al refugio, para hacer algunas fotos desde allí mientras los compañeros que no rellenaron sus botes de agua en la primera fuente lo hacen ahora en otra fuente situada junto a este refugio, situado a 2.135 m. de altura.

Vistas desde el nuevo refugio de la presa del lago de Colomèrs con el refugio viejo a la izquierda.

Nos ponemos en marcha de nuevo y en el tiempo que estuvimos parados vimos varios grupos pasar, menos numerosos, que tomaban la senda por la que tendríamos que seguir nosotros ahora y como he comentado antes, se trata de una senda que obliga a ir en fila de a uno, con zonas pedregosas y terrero irregular, con subes y bajas, y cuando el grupo que va delante va a un ritmo más lento se forman los atascos, porque hay pocos sitios donde poder pasar y porque tampoco se trata de meter prisa y estresar al personal, así que hay que tomárselo con calma y esperar bien el momento en que puedas pasar o que amablemente se echen a un lado y nos permitan pasar…

En cualquier caso, nuestro ritmo es más bien tranquilo, así que poco a poco vamos bordeando el gran lago de Colomèrs y al llegar al final de él, lo dejamos a nuestra espalda,  al tiempo que comenzamos a salvar un buen desnivel en pocos metros, como si fuera un gran escalón, para seguir al siguiente nivel del circo donde de nuevo nos espera un tramo más llano antes del siguiente “escalón”.

Ya arriba y mientras esperamos que terminen de subir el resto de compañeros, que aquí cada uno va a su ritmo, podemos resarcirnos de este último esfuerzo contemplando desde arriba el lago mayor de Colomèrs que queda abajo, con los dos refugios, el nuevo y el viejo, a la izquierda, y al fondo la presa… y más al fondo, hacia el norte, las montañas ya en la invisible línea que forma la frontera con Francia.

Lago de Colomèrs, presa y refugio nuevo vistos desde la subida al dejar atrás el lago.

Continuamos recorrido por un trazado mucho más suave, bordeando otro lago que nos queda a la derecha, el Estanh Mòrt, y es que a partir de ahora, ésta será la tónica dominante durante el recorrido, la de ir pasando por un sucesión de lagos de diferentes tamaños, en la que uno acaba perdiendo la cuenta.

Nos vamos separando del lago poco a poco, dejándolo cada vez más a nuestra derecha y tras salvar otro pequeño repecho por zona pedregosa, llegamos al cabo de unos 3 km, al desvío, aquí habría que decidir quién quiere seguir por el recorrido circular largo o quien por el recorrido circular corto… tras un momento de deliberación parece que el personal se encuentra fuerte y todos optamos por seguir por el recorrido largo, así que giramos ligeramente a la derecha.

Continuamos avanzando en ligera subida, adentrándonos de lleno en el circo glaciar de Colomérs, donde el bosque ya ha desparecido para dar paso a un paisaje granítico, con picos de roca desnudos de cualquier tipo de vegetación, salpicados de tarde en tarde por algún que otro blanco nevero.

Tras salvar el cauce del torrente cuyas aguas proceden del desagüe del lago que aún está por encima de nosotros y que van a parar al último lago por el que hemos pasado, tenemos que volver a subir otro corto pero fuerte repecho, para subir otro “escalón” dentro de este circo, viendo a nuestra derecha la cascada originada por el desagüe del Lac des Cabidornats, al que bordearemos por espacio de pocos metros, dejándolo a la derecha y llegando a una zona más plana, salpicada de pequeñas lagunas, creo que son los Estanhets deth Port.

Cruzando las aguas procedentes del desagüe entre lagos.

La verdad es que mirando los mapas uno acaba liándose con los nombres con los que llaman a los lagos, en función del tamaño, o de si están represados o si están escrito en catalán o en aranés… así para lo que generalizando podemos llamar ‘lago de origen glaciar’, en los mapas aparecen como: Lac, Estahn, Estany, Estanhets,... o ibones en Aragón.

En esta zona de pequeñas lagunas con desagües entre unas y otras, a modo de regueros, hay zonas de prados donde algunas vacas pacen a su merced, ajenas completamente a nuestro paso y es que desde que abandonamos el desvío de la ruta corta/ruta larga, ya no nos hemos vuelto a encontrar con nadie, la romería ha optado por el recorrido corto, así que ahora estábamos completamente solos, en absoluta tranquilidad y silencio, momento que aprovechamos para hacer una breve parada, a pesar de que solo llevamos cinco kilómetros,  mientras comemos un plátano y observamos frente a nosotros la cabecera del Circo de Colomèrs, cual si de una muralla se tratara, con sus vigilantes picos a modo de centinelas: Port de Colomèrs, la Creu de Colomers, Tuc Blanc o el Gran Tuc de Colomèrs, entre otros…

Tramo de pequeñas lagunas, creo que son los Estanhets deth Port, donde se ven algunos parches de hierba a modo de pequeños prados donde las vacas pacen a su aire...

Seguimos hacia delante, dejando atrás los pocos tramos que hay con parches de hierba, para adentrarnos de lleno en zonas de rocas graníticas, al tiempo que el recorrido de suave subida se transforma, tras pasar entre los lagos Lac de Pòdo, a la izquierda y el Lac del port de Colomèrs a la derecha, éste algo más alejado, en una subida continua  que va de menos a más, por senda que se abre paso entre las rocas o entre zonas de canchales en los que uno se siente insignificante ante la magnitud de este circo glaciar y entre tanta roca.

Al volver la vista atrás, podemos ver parte del último tramo realizado hasta ese momento, por terreno más granítico, salpicado de parches de hierba verde y de numerossas lagunas y lagos, pero un paisaje desprovisto de vegetación.
 
Paso entre las rocas o entre zonas de canchales en los que uno se siente insignificante ante la magnitud de este circo glaciar y entre tanta roca.

El último kilómetro de esfuerzo hasta llegar al Estanh Gelat  merece sin lugar a dudas la pena, sobre todo si continuamos un poco más la subida tras llegar al lago, para dejar a éste unos metros por debajo de nosotros, porque allí, sobre una especie de roca-mirador se tienen una vistas excepcionales. Por un lado tenemos el Estanh Gelat, algo más abajo, como si fuera una poza, una cubeta rodeada de paredes graníticas entre los que se eleva una especie de peñón a su izquierda, cual vigía del lago, es el Tuc de Pòdo de 2.729 metros, y por otro lado, tenemos frente a nosotros parte del recorrido que hemos estado haciendo por este circo glaciar hasta llegar aquí, contemplando el paisaje modelado por la acción del hielo que ha forjado este circo, con la pared rocosa que hace de cabecera y su gran, amplia y enorme hondonada de roca granítica. Un paisaje rocoso, gris, salpicado aquí y allá por una sucesión de lagos de diferentes tamaños en el que llegan a contabilizarse hasta 50 lagos, aunque claro está, la ruta no pasa por todos ellos, pero si es verdad que uno acaba perdiendo la cuenta entre los lagos más grandes por los que pasamos o los más pequeños a modo de pequeñas lagunas… desde allá arriba uno toma conciencia de la extensión de este circo.

Vista parcial del circo de Colomèrs.... con la parde a la izquierda, a modo de cabecera del circo, y desde allá abajo, al fondo de la foto, es por donde hemos ido subiendo sin fuertes desniveles pero en un recorrido de sube y baja.

Y mientras unos nos dedicamos a la contemplación, otros prefieren quedarse unos metros más abajo, junto a la orilla del  Estanh Gelat para meter los pies en remojo, mientras esperamos a los compañeros que quedan por llegar.

Estanh Gelat, a la izquierda, no se ve en la foto, quedaría el Tuc de Pòdo de 2.729 metros.

En los alrededores del lago vemos algunas personas y en el rato que estuvimos por los alrededores vimos también a otro grupo llegar, pero en sentido contrario al nuestro y viendo que nosotros no nos habíamos cruzado ni visto a nadie desde el desvío de la ruta corta y hasta llegar aquí, me hace pensar que algunos vienen hasta aquí desde el Lago mayor de Colomérs en un recorrido de ida y vuelta, porque tampoco vimos a nadie, mientras estuvimos allí, dejar el lago y seguir descendiendo en un recorrido inverso al nuestro.

Seguimos hacia delante y aún quedan unos metros de desnivel para alcanzar un collado que da a la otra vertiente, dejando atrás definitivamente el Estanh Gelat y apareciendo frente a nosotros, mucho más abajo, el Estanh de Pòdo. Éste es el punto más alto del recorrido de hoy, a partir de ahí y hasta el final todo sería bajada, pero la que teníamos inicialmente hasta alcanzar el  Estanh de Pòdo, era una bajada vertiginosa, vertical, entre canchales por los que nos vamos guiando siguiendo los hitos de piedra y en definitiva, buscando el mejor paso para llegar al lago que es la referencia y que lo teníamos allá abajo, sin ninguna torcedura.

Bajada hacia el Estanh de Pòdo que es el que se ve en el centro de la foto.

La bajada pone a prueba las bisagras (rodillas) y cada uno baja a su ritmo en función de la seguridad que tenga, así que al final el grupo bajó como el rosario de la aurora, desparramado entre las rocas.

Vista parcial de la bajada al Estanh de Pòdo y como se puede ver por los círculos amarillos, cada uno baja a su ritmo, convirtiéndo en el rosario de la aurora, bajando desde el collado que aparece junto arriba, junto a las nubes.

Ya en el lago, buscamos un lugar propicio para comer, que ya iba siendo hora y los deberes estaban ya casi hechos, porque lo que restaba era seguir bajando pero en un trazado más suave y cómodo, nada que ver con esta última bajada.

Las frías y cristalinas aguas del Estanh de Pòdo.

Comiendo, sentados junto a la orilla del lago de aguas cristalinas, con sol aunque con temperatura agradable, al menos para la mayoría de nosotros que venimos del infierno del sur, con buena compañía y mejor conversación, el tiempo pasa rápido y después de unos 45 minutos, nos ponemos en marcha de nuevo, bordeando el lago, dejando a éste a la izquierda y llegando de nuevo a un pequeño collado desde donde se divisa gran parte de la bajada que teníamos por delante, con el Lac Obago en primer término, y tras él, más al fondo, prácticamente juntos, el pequeño Lac Redon seguido del alargado Lac Long, que parece aún mucho más largo por la proximidad de los dos, viendo como ya aparecen los bosques de pinos y abetos en las proximidades del Lac Long.

Vistas desde la bajada, de los lagos que tendríamos que ir bordeando...

Bajamos tranquilamente y ya algo más relajados, aunque el cansancio después de tanto sube y baja y por terrero irregular comienza a notarse, a pesar de ser una ruta más bien corta y sin desniveles excesivos.

Al llegar al Lac de Obago enlazamos con el trazado del GR11 entre la etapa que va desde el Lago de Colomèrs y el Lago San Mauricio, subiendo por el Port de Ratera, que es a donde subimos el día anterior y cuyo desvío señalizado se encuentra en este punto, justo cuando llegamos al Lac de Obago.

Al fondo a la derecha, el Tuc (Pico) de Ratera, con el puerto del mismo nombre a la izquierda de éste.

A partir de aquí seguiremos el trazado del GR11 hasta llegar a la presa de Colomèrs en un paisaje que cambia completamente. Atrás dejamos el paisaje propio de las cabeceras de los circos glaciares, desnudos de vegetación, pura roca, para adentrarnos poco a poco por senda de tierra y lagos que vamos dejando a la derecha, en una zona de pinos y abetos, al principio de forma más dispersa, lo que es sintomático de la pérdida de altitud que hemos idos emprendiendo progresivamente desde que dejamos el  Estanh de Pòdo.

Continuamos bordeando lagos, en esta ocasión al mirar atrás podemos ver al fondo, en el centro de la foto,  el Tuc (Pico) de Ratera de 2862 m.

Sin duda alguna, este último tramo desde el Lac Obago y el Lac Long hasta llegar a la presa del Lago de Colomèrs, a todos nos parece una gozada, bonito y entretenido, y en un claro contraste con el recorrido anterior hasta llegar aquí. Bonitas vistas y pasajes y a nuestra derecha, aunque poco a poco lo vamos dejando atrás, el Tuc de la Ratera elevándose hacia el cielo.

Al bordear por la izquierda el Lac Long, nos encontramos con una senda a la izquierda que es por donde viene el trazado del “recorrido circular corto de los lagos”, empalmando justo en este punto con el “recorrido largo”, por lo que desde aquí y hasta el final, el trazado es común para ambos recorridos.

Los últimos metros hasta llegar a la presa del lago de Colomérs son de nuevo en bajada, con fuerte desnivel, en un recorrido pedregoso que al menos transcurre por la sobra que nos ofrece la arboleda, mucho más espesa en esta zona.

Al llegar a la presa, no paramos,  finalizamos el recorrido circular y emprendemos el poco más de un kilómetro, ahora de bajada, que es ya es conocido porque fue el mismo recorrido que hicimos al principio para subir desde la zona donde llegan los taxis hasta la presa del lago.

Llegamos a la fuente junto a la parada de taxis, donde esta mañana ya habíamos repostado y nos fuimos de lleno buscando el agua fresca esperando a juntarnos todo el grupo y decidir si seguíamos bajando los 4,5 km aproximadamente hasta el parking o cogíamos un taxi para bajar.

Finalmente decidimos coger un taxi para bajar y poder aprovechar la tarde y relajarnos un poco, así que tras coger de nuevo los coches en el parking de Banns de Tredos, nos fuimos a Salardú, donde hicimos la visita cultural de turno para visitar la iglesia de Sant Andreu con elementos arquitectónicos románicos, góticos y renacentistas y en cuyo interior atesora la  talla del Cristo de Salardú, una de las obras más representativas del románico aranés.

Tras esto aprovechamos para hacer algunas compras para la cena de esta noche y relajarnos tranquilamente en una terraza con una cerveza en la mano contando las impresiones de la ruta de hoy, antes de volver a coger el coche para llegar al camping donde nos alojábamos.

El track de este recorrido lo tenéis en ESTE ENLACE.



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