Circular por Gredos: Garganta del Pinar - Cinco Lagunas - Laguna Grande - Garganta de Gredos (II).

Para terminar el recorrido circular que teníamos previsto por esta zona de Gredos Central, habría que realizar el descenso desde el refugio de la Laguna Grande por la Garganta de Gredos hasta el parking de Navalperal de Tormes donde habíamos dejado el coche.

La bajada por la Garganta de Gredos es relativamente cómoda y resulta muy entretenida en todos los aspectos, tanta a nivel visual por las panorámicas, como a nivel de naturaleza por la flora, aves, anfibios, mariposas, etc... que pueden verse, además de encontrarnos durante el recorrido en bajada con tramos diferentes, cambiantes que hacen que el trazado no resulte para nada monótono, sobre todo porque es una garganta larga y el último tramo final pudiera resultar cansino, sobre todo en días calurosos.

El día amaneció ideal, soleado aunque con algunas nubes y nada de viento, con fresco matutino como es normal en los alrededores del refugio de la Laguna Grande, donde el termómetro indicaba los seis grados a las 7:30 de la mañana, si bien es cierto que el día anterior creo que comentaron que estuvieron bajo cero o rondando los cero grados.

Poca gente en el refugio, algo normal por aquello de ser un día laborable, excepto para los madrileños que eran la mayoría de los que estaban por allí aprovechando el puente de San Isidro y algunos más como nosotros que también estábamos de puente; en cambio, la noche anterior estuvo a tope, al igual que el sábado anterior, sin posibilidad de hacer reserva porque estaba todo ocupado, aunque como nuestro plan para el sábado era hacer noche en el refugio de La Barranca, esto no nos afectaba en nada.

El desayuno entre 7:30-8:00 de la mañana, para después prepararnos, rehacer las mochilas y emprender  el regreso, finalizando la última parte del recorrido circular, bajando por la Garganta de Gredos, sin excesivas prisas, disfrutando del momento, del entorno, saboreando hasta el último minuto junto a Laguna Grande.

Salimos bordeando la laguna por la parte donde se encuentra el refugio, buscando el desagüe de ésta hacia la Garganta de Gredos. Esta es la primera parte del recorrido, donde se pierde altura más rápidamente, en la zona más estrecha de la garganta y donde se transita en fuerte bajada por zona de roca, la típica y característica de Gredos, con grandes bloques y paredes de piedra entre los que el agua, ahora escasa, se abre paso.

Mirando atrás, antes de entrar en el segundo tramo del descenso, el correspondiente al tramo plano (por debajo de la zona de los Barrerones), se puede ver la parte final del tramo rocoso de la bajada desde el desagüe de Laguna Grande.

Solo es cuestión de dejarse llevar y bajar, pero si vamos siguiendo la hilera de hitos de piedra, perfectamente visibles ahora, sin nieve que los oculte, todo resulta más fácil y así pronto comenzamos a salir de esta zona rocosa y más estrecha, dirigiéndonos poco a poco hacia la parte derecha de la garganta, por debajo de la zona de los Barrerones, cruzando un arroyo sin problemas al utilizar sus incontables piedras como apoyo, ahora que lleva poca agua y salir a lo que es el siguiente tramo del recorrido, totalmente diferente, ahora toca un zona prácticamente llana, con una inclinación muy suave, en una zona donde se ensancha la garganta, formándose en toda su parte central una especie de pradera/borreguiles surcado por numerosos regatos de agua, sobre todo en épocas precedidas por lluvias más abundantes  o nevadas más copiosas, que forman una especie de meandros en los que caminar por ellos puede resultar una trampa, por eso para atravesar esta zona lo suyo es ir por los laterales de la garganta y el más cómodo para avanzar es el de la derecha.

Poco antes de entrar en el segundo tramo en el descenso por la Garganta de Gredos, el tramo llano tras el descenso rocoso desde la Laguna Grande.

En esta zona totalmente diferente a la anterior, podemos volver la vista atrás para seguir despidiéndonos del Circo de Gredos, cuyas cumbres aún sobresalen por encima del tramo de fuerte desnivel que hemos bajado, alzándose altaneras, bañadas ya por los rayos de sol matutinos, por encima de la Laguna Grande que ya no volveremos a ver desde ningún punto en el recorrido por esta garganta, aunque las panorámicas de los picos que rodean el Circo de Gredos las tendremos durante gran parte del recorrido, aunque con su picos cada vez más lejanos.

Aquí también podremos disfrutar, sobre todo al inicio del tramo, de la brecha que el agua deja en la roca después del fuerte descenso desde la Laguna Grande, para abrirse paso e ir perdiendo fuerza en este segundo tramo más llano, de borreguiles y meandros. En el otro lado de la garganta, por donde bajé mi última vez, se puede ver la grieta en la roca, a modo de cicatriz, por la que baja el agua desde la zona del Gargantón, en lo que creo que llaman la Cola de Caballo.

 Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Tarabilla (Saxicola rubicola)

A esta hora de la mañana, el sol comienza a inundar de luz la garganta, aunque por el lado derecho por el que descendemos, aún transitamos entre sombras, haciendo algunas paradas para ver y fotografiar a la Collalba gris (Oenanthe oenanthe) o alguna Tarabilla (Saxicola rubicola) entre retamas y piornos, o para asomarnos y fotografíar las ruinas del antiguo molino de los Pinarejos, ente zonas de canchales, prácticamente en el centro de la garganta, mientras al fondo, ya se divisa el siguiente tramo, de nuevo con un descenso más pronunciado con un recorrido más largo que permite tener vistas de un horizonte más lejano.

Ruinas del antiguo molino de los Pinarejos en la Garganta de Gredos.

 

Ruinas del antiguo molino de los Pinarejos en la Garganta de Gredos, en el tramo plano de borreguiles, donde comienzan a desaparecer para dejar paso a la roca, a la zona de grandes lanchares, y  al fondo, ya se puede apreciar un escalón, un desnivel de bajada mayor al tramo de meandros y pequeña pradera.

 Tras las fotos y pequeñas paradas, mientras echamos la última mirada atrás para volver a contemplar la cabecera de la garganta, con el Circo de Gredos presidiéndola, cruzamos sus aguas  para continuar por su margen izquierda, por la que seguiremos ya hasta el final. Cruzarla no resulta complicado porque lleva poca agua, así que saltando entre las piedras de su cauce nos ponemos en el otro margen en un visto y no visto.

 

En una de las muchas veces que echamos la mirada atrás, volvemos a contemplar el Circo de Gredos al fondo y la grieta que abre en la roca fracturada el agua procedente de la Laguna Grande, a la que se le unirán las procedentes del Gargantón, para continuar abriéndose paso garganta abajo. 

 

Pronto comenzamos a tener más conciencia de lo larga que es la garganta, sólo basta con levantar la cabeza, mirar hacia delante y contemplar como se extiende hasta el horizonte sin casi poder divisar su fin. A nuestra derecha vemos como el tramo relativamente llano que acabábamos de atravesar termina y de nuevo comienza una fuerte desnivel, una fuerte y precipitada bajada que más adelante se acaba suavizando, sin embargo, en este nuevo tramo, no tendremos que hacer descensos vertiginosos, seguiremos bajando suavemente por la margen izquierda, pero ahora en un tramo dominado por enormes lanchas de granito, canchales redondeados donde resulta fácil caminar y avanzar, sobre todo porque la piedra no está mojada, resbaladiza, porque sino todo sería más complicado, continuando de hito en hito, esos pequeños montículos de piedra que facilitan enormemente el camino a seguir de la forma más cómoda.

 

En las zonas rocosas es fácil encontrarnos con las inseperables lagartijas... en este caso no estoy seguro de si se trata de la ¿¿Lagartija roquera (Podarcis muralis)??.

 

Sin duda este tercer tramo se caracteriza por caminar durante gran parte del recorrido por zona rocosa, enormes lanchares, algunos convertidos en improvisados balcones a la garganta en los que conviene hacer alguna parada para contemplar el recorrido de ésta hasta fundirse en el horizonte o ver/intuir por la margen izquierda, por la que transitamos, el trazado por el que tendríamos que continuar.

Si en este tramo nos movemos por la roca, por los lanchares, de hito en hito pero sin camino, senda o nada que se le parezca, sin vegetación por aquello de caminar entre grandes zonas de piedra, el tramo siguiente que nos espera es totalmente diferente, desaparece la roca para dar para a una estrecha senda envuelta en un mar de piornos floridos, que dotan a este margen de la garganta con una clara tonalidad amarilla, en un trazado en suave descenso, un disfrute, una gozada, un recorrido que se hace de forma muy cómoda y que acaba por dejarnos en una zona de prados divididos por cercados de piedra que antiguamente se utilizarían para el ganado pero que ahora en desuso, una zona entre la arboleda a nuestra izquierda y el cauce de la garganta a la derecha.

Más adelante dejaremos el puente de Roncesvalles que da acceso a la ruta hacia el Puerto de Candeleda pasando por el Prado de las Pozas y un poco más adelante, de nuevo, un delicioso tramo de senda entre abundante vegetación y arboleda, con frondosos helechos que acaba llevándonos al paraje donde se encuentra el refugio de los Labradillos.

Todo este último tramo y lo que resta hasta llegar al parking junto al río Tormes es una auténtica gozada en esta época primaveral para los amantes de los lepidópteros, o sea, de las mariposas, ya que podemos encontrarlas de forma abundante a lo largo de la senda, bien asoleándose o bien libando sobre flores o bien persiguiéndose entre ellas, aunque en esta ocasión me da la sensación de ver menos mariposas de las pequeñas y “azulitas” (porque al verlas siempre en vuelo y no poder fotografiarla no pude conseguir saber de cuál se trataba) que  hace diez años cuando realicé este mismo recorrido.

Euphydryas aurinia (Doncella Ondas rojas).

 

Issoria lathonia (Mariposa "Sofía").

 

Lasiommata megera (la "Saltacercas"). 

 

Fabriciana niobea (Nacarada Niobe)

Odezia atrata (Mariposa "Deshollinador"... supongo que por el color). Ésta es realmente una polilla de hábitos diurnos.
 

En el recinto empedrado exterior del refugio de los Labradillos, junto a sus bancos y mesas de piedra pegados a la pared, hacemos una breve parada para un pequeño piscolabis, aunque estamos ya prácticamente acabando, porque desde este punto podría quedar hora y cuarto u hora y media a lo sumo, hasta la zona del parking, pero íbamos bien de tiempo y sin ningún tipo de problema físico, así que aprovechamos también para curiosear por el interior de este refugio, algo más grande que el de "la Barranca, inmerso en una zona de arboleda y abundante vegetación, cercano al cauce de la garganta y desde donde mirando garganta hacia arriba, podemos ver al fondo, muy lejos ya, algunos de los picos que rodean el Circo de Gredos, en lo que será la última panorámica de ellos que tendremos en el recorrido, además del Mogota del Cervunal que tenemos más cercano.

Una breve parada junto al refugio de los Labradillos para un pequeño piscolabis.

Nos ponemos de nuevo en marcha para afrontar el último tramo, por un recorrido similar al que habíamos traído hasta el refugio, senda entre vegetación abundante, aunque ahora predominan más las retamas que los helechos, llegando hasta el mismo cauce donde el poco caudal deja al descubierto grande bolos de piedra, de un blanco deslumbrante, que han sido erosionados y arrastrados hasta aquí por la fuerza del agua.. ¡quién lo diría… viendo el escaso caudal que lleva ahora la garganta y lo mansas que bajan sus aguas!.

Pasamos de nuevo por zonas arboladas que ponen en sombra pequeños prados, de nuevo separados por derruidas paredes de piedra y por los que es una gozada caminar por ellos.

Los último 20 minutos, hasta llegar a la bifurcación de las Cinco Lagunas o de la Laguna Grande resultan algo más tediosos, pesados, porque si bien es cierto que se continúa por senda, entre grandes retamas que a veces se apoderan de la estrecha senda y en las que en alguna que otra ocasión hay que andar apartándolas con las manos, también es verdad que se sale de la protección de la zona de arboleda, estando más expuesto al sol, con la que la zona es más seca, dando paso a una senda arenosa, polvorienta que acaba teniendo su punto final en la bifurcación antes comentada, porque a partir de aquí, terreno y recorrido conocido, tramo común en el inicio y en final del recorrido, de unos 2,5 km, aunque por suerte este tramo de camino ya es en parte, entre la arboleda que forma el bosque de galería que rodea los cauces de la Garganta del Pinar, la Garganta de Gredos y la unión de ambas cerca de esta bifurcación de caminos, acabando desembocando en el propio río Tormes apenas unos metros más abajo de la zona del parking.

Hacemos rápido este último tramo común del recorrido circular, pensando en el merecido homenaje que nos esperábamos dar y en la cervecita de turno, pasando de nuevo por los tres puentes (el de las Tenadas, el de las Ranas y el que cruza el Tormes) para llegar al parking, donde al ser lunes, el número de coches se podía contar con los dedos de las manos, nada que ver con lo que había el sábado, donde las dos terrazas del parking estaban a rebosar de coches.

Tras asearnos un poco, cambiarnos y organizar de nuevo las mochilas en el coche, nos fuimos directos hacia el Barco de Ávila, que además nos pillaba de paso en el camino de vuelta a casa, para darnos allí el merecido homenaje. 

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Podéis ver a más tamaño y resolución algunas de las fotos de este recorrido en ESTE ENLACE.

El track de esta prima parte de la ruta que utilizamos com referencia está AQUÍ.