Cada uno de los árboles aquí es conocido por su nombre, lo que demuestra el profundo respeto que la propiedad les tiene. El ejemplar más destacado, que podemos considerar actualmente como el castaño más importante de Extremadura, es el «Castaño Hondonero», llamado así por situarse en la parte más baja de la finca. Con una altura total de 25 metros, presenta un perímetro de tronco de 7,80 metros. Este árbol tradicionalmente fue utilizado para la obtención de vigas para las viviendas, mostrando una típica arquitectura en cruz de la que surgen varios cimales verticales, que eran desmochados para obtener las vigas. Este árbol se encuentra en un aceptable estado de conservación, mostrándose vigoroso.
El ejemplar más viejo de este conjunto, «El Castaño del Arroyo», con una edad estimada en 700 años, presenta un tronco hueco dividido en dos. Gran parte de una de estas dos mitades se encuentra completamente muerta. Árbol en plena fase regresiva, presenta vigorosos rebrotes basales que están ayudando a que el castaño mantenga su vigor. Su estática aparece muy comprometida por su tronco abierto.
Situado por encima del «Hondonero», encontramos al ejemplar con mayor «personalidad» de este conjunto, se trata del Castaño «El Bronco». Su tronco macizo, formado por paquetes de fibras en espiral que le confieren un aspecto muy característico, da paso a una copa muy desorganizada, que no pudo ser guiada, con ramas que se apoyan en el suelo y otras de distintos calibres surgiendo por numerosos puntos del tronco. Alcanza una altura total de 18 metros con un perímetro de tronco de 5,63 metros.
Tras el «Castaño del Arroyo», ladera arriba, nos encontramos a un curioso ejemplar de tronco retorcido helicoidalmente, lo que le ha valido el nombre de «El Retorcío». Presenta el tronco completamente hueco, que debe soportar todo el peso de la copa, lo que compromete su estática, biológicamente se encuentra en aceptable estado. Su altura ronda los 18 metros y su tronco, alcanza un perímetro de 5,70 metros.
El castaño más alejado del arroyo, situado en la parte más alta de la finca, es el que tradicionalmente ha tenido menos aportes hídricos, lo que ha provocado que sus castañas fueran las de menor calibre, por lo que recibe el nombre de «El Menuero». Mantiene un estado de conservación regular, con numerosos problemas estructurales y ciertos síntomas de decaimiento.
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