Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

23 feb 2020

Senderismo Extremadura: Ruta de los Tres Menhires (Valencia del Ventoso, Badajoz)

Los menhires de la cuenca del río Ardila entre los términos municipales de Valencia del Ventoso y Fregenal de la Sierra (Badajoz) han sido declarados como Bien de Interés Cultural (BIC) en 2018 bajo la categoría de “zona arqueológica”, y la ruta senderista que tenía previsto realizar, una circular con inicio y fin en Valencia del Ventoso, pasaba por tres de los seis menhires que han sido catalagados como BIC, así que antes de iniciar la ruta, decidí visitar los otros tres, aunque al final solo pude ver a dos ellos por problemas de tiempo, ya que al ir a ver el Menhir del Rábano me encontré que en sus alrededores había muchos bujardos de pastores, algunos muy bien conservados, incluidas sus correspondientes majadas, y como me encanta este tipo de arquitectura tradicional, un rico y variado patrimonio que deberíamos intentar conservar y que por desgracia ha caido en el olvido, en gran parte por el desuso de antiguas tradiciones, usos y costumbres, lo que conlleva a un estado de abandono que acaba con el deterioro y derrumbe de muchos de estos antiguos chozos de piedra, si bien es cierto que en esta zona donde hay una numerosa representación, muchos  tienen un estado de conservación bastante aceptable... así que de un chozo me iba al otro más cercano y desde éste al siguiente y así hasta un total de ochos chozos, de entre los cuales solo el que está más próximo al Menhir de la Rábano es el que está en peor estado, con la entrada tapada a consecuencia del derrumbe de parte de la cúpula.

Con  la visita a los chozos, algo que no esperaba, se me fue parte de la mañana, así que después de visitar los menhires de la “Palanca del Moro” y el de “la Rábana”, me fuí directo a Valencia del Ventoso, y a la tarde, en función del tiempo que dispusiera, acercarme a ver el último y quizás el más distante del conjunto de los seis menhires, el de los “Tres términos”.



Menhir del Rábano.



Menhir de la "Palanca del Moro", en posición horizontal, formando parte de un pared de piedra delimitadora de fincas, con mucho labrado de cazoletas en la cara que da hacia el camino, y con las marcas del arado que lo arrastró hasta aquí para hacerlo formar parte de la pared.

La ruta la comencé bastante tarde, en un día primaveral a pesar de estar en invierno. Dejé el coche cerca de la “Fuente Nueva”, y tras tomarme una cerveza para reponer líquidos, emprendí la ruta, aunque antes me pasé a visitar por fuera la iglesia de esta localidad y lo que en el pueblo llaman “el Castillo”, que es la “La Casa Fuerte de la Encomienda de Valencia del Ventoso”, muy restaurada, junto a la cual se encuentra la “Fuente de Abajo”, donde se encuentra el primer menhir de esta ruta, en posición horizontal, estando su interior vaciado porque se reutilizó como abrevadero, adosado al pilar principal, de donde surgen dos caños, e integrándose perfectamente en el conjunto de la fuente.

La Casa Fuerte de la Encomienda de Valencia del Ventoso..."el Castillo".

Pieza monolítica, realizada en granito, de 4,15 m de longitud y 0,80 m de anchura. Trabajado en todo su contorno, presenta lados redondeados y sección circular. El bloque es bastante homogéneo en toda su superficie, si bien se adelgaza ligeramente hacia el extremo, realzando la forma fálica de la pieza. La pieza en su cara anterior presenta numerosas y profundas cazoletas y en uno de sus extremos una incisión vertical que está marcando el glande; la cara posterior no tiene cazoletas sino que, aparentemente, es lisa, aunque tiene grabados”.




En los alrededores del “Castillo” sale un calle en claro descenso y al dejar atrás sus últimas casas continuo por un camino flanqueado por paredes de piedra. Al  principio el firme es de hormigón, pasando por huertas y pequeños olivares, dejando a la izquierda la “Casa Huerta de Salguero”, en donde a la casa que tuvo que tener mejores momentos de gloria, se le suma un bonito cenador, zona de palmeras y una ruinosa noria.

Cenador y noria en la Casa Huerta de Salguero.

Siguiendo por este camino hormigonado, el “Camino de las Mayas”, creo que se llama así, cruzo un pequeño arroyo y al poco desaparece el hormigón, por suerte, para continuar caminando por camino de tierra, siempre flanqueado por paredes de piedra, comenzando una subida suave que conduce a un alto, la Collada de Monteagudo, nombre que recibe del cerro que se eleva a un poco más de altura a la izquierda.

A partir de aquí se dejan atrás  las huertas y pequeños olivares y al frente aparecen una vastas vistas con suaves sierras alfombradas ahora de verde, bonitas panorámicas con un camino  en claro descenso, en dirección al Valle del Ardila, por camino más irregular, más viejo, caminando siempre entre paredes de piedra y teniendo a la vista ejemplos de arquitectura tradicional, como son las majadas de piedra circulares o la bujarda blanca, encalada, del cortijo del Torno, de ahí que éste sea el “Camino del Torno”.


Al poco de iniciar el descenso desde la Collada de Monteagudo, dejo a la izquierda la casa-cortijo de Monteagudo, y continúo en línea recta, por este antiguo camino, donde a la izquierda y algo más abajo puedo divisar claramente la presa del embalse de Valencia del Ventoso, por donde pasaría más tarde, mientras al fondo y a la derecha, como he comentado antes, contemplo una bonita postal de arquitectura popular: majadas y chozo de piedra, lo que para mi es una gozada, al igual que me ha pasado esta mañana con todos los bujardos que me he encontrado junto al "Menhir de la Rábano", algo que no esperaba.



Continuo por este camino antiguo, de firme irregular, de los que me gustan, siempre en ligero descenso, dejando atrás el camino a la izquierda que conduce hasta la presa, y por el que regresaré en la última parte de la ruta.

No tardo mucho en llegar al cortijo de la finca del Torno, justo a la izquierda del camino, y a partir de aquí el camino es invadido por la vegetación, estrechándose para convertirse en una senda por la que voy adentrándome en zonas de dehesas, de explotaciones de ganado vacuno principalmente, disfrutando del paseo porque el recorrido es entretenido, y porque el campo está espectacular, aunque se nota la falta de agua.

La paredes de piedras que flanqueaban el camino desde el principio desaparecen y en su lugar aparecen las feas y frías alambradas que afean el entorno, restándole mucho encanto al recorrido.

De nuevo, a la izquierda del camino, me encuentro con un nuevo ejemplo de arquitectura vernácula, se trata en esta ocasión de un conjunto de cinco construcciones: una bujarda y cuatro zahúrdas. No me lo pienso,  salto la alambrada y me dirijo a esta bujarda para observarla de cerca y hacerle algunas fotos, situada entre encinas y sobre una alfombra de hierba y flores.

Tanto la bujarda como las cuatro zahúrdas están construidas con la técnica de la "Piedra Seca" (a direfencia de la anterior, ésta no está revestida ni encalada) y su techo está realizado con el sistema de "Falsa Bóveda", pero por desgracia, la bujarda tiene derrumbada parcialmente la pared en la que se sitúa una ventana, y en el techo-bóveda aparece con un agujero fruto de un desprendimiento, en la zona donde confluye la falsa cúpula. Exteriormente también se observa un hueco para la salida de humos.

Al lado de la buajarda aparecen las zahúrdas, cuatro construcciones unidas ente sí, en línea, y delante de ellas un recinto-corral, también construido con piedras aunque parcialmente derruido. Las zahúrdas tienen la misma estructura que la bujarda, aunque con las puertas más pequeñitas y aunque las paredes están en buen estado de conservación, las "cúpulas" de las zahúrdas de los extremos se han derrumbado en parte.

Lástima que no se pongan más en valor este tipo de construcciones tradicionales, fiel reflejo de otro modo de vida, quedando relegadas ahora al olvido, al abandono, al paso del tiempo, aunque algunas de ellas se siguen conservando en un estado aceptable.



Bujarda tradicional construida con la técnica de la "Piedra Seca" y techo en "Fálsa Bóveda".

La bujarda tiene derrumbada parcialmente la pared en la que se sitúa la ventana mayor.

Conjunto en línea de cuatro zahúrdas


Las zahúrdas de los extremos tienen la cúpula-bódeva derruida.

Me vuelvo a incorporar al camino para seguir con el recorrido, y pronto me topo con una cancela y al cruzarla veo como lo que debería ser el camino que seguiría en línea recta, se encuentra totalmente sembrado. Frente a mi, sobre un promontorio, se encuentra el cortijo de Berrugate, y tras él, en la parte más alta, otro bujardo de piedra tan característicos en esta zona, y entre ese punto y donde me encuentro, justo en el medio, una vaguada por donde transita el camino, así que para no pisar el sembrado, lo que hago es bordearlo por la derecha para después seguir en perpendicular a él, para a continuación tomarlo a la izquierda, en un giro de 90 grados, dejando el cortijo y el chozo de piedra a mi derecha, mientras yo me dejo llevar por el camino, continuando en ligero descenso, sin más desviaciones, en línea recta, siempre inmerso en un bonito entorno.


Cortijo de Berrugate y chozo de piedra junto a él.

Llego a una puerta-cancela que abro y cierro sin ningún problema, y al dejarla atrás me encuentro con uno de los hitos importantes de esta ruta, un bonito paraje, al que llaman “la Junta”, donde se unen las aguas del Ardila y el Pedruégano, en un entorno alfombrado de hierba y margaritas por donde discurren las aguas mansas aportadas por los dos cauces, con su suave arrullar, a los pies del cerro Mocael (459 m), continuando a partir de aquí serpenteando por zonas más encajonadas, entre sierras de suave perfil.



Según el track que llevaba, tenía que cruzar el río en línea recta hasta llegar a la puerta-cancela que tenía frente a mi, por la que me adentraría en la finca de "La Pepina", de donde toma su nombre el menhir, pero el problema es que por donde tenía que cruzar es una pequeña pradera inundada, en la que te hundes al poner el pie, así que giro hacia la derecha para salvar esta zona encharcada utilizando el paso que hay dispuesto para ello, pasando por encima de grandes bloques de piedra colocados a modo de puente o pasarela, y seguidamente girar unos metros a la izquierda y dirigirme a la puerta-cancela, para después seguir bordeando el cerro Mocael, dirección sur, entre matorral bajo, acebuches  y ganado vacuno, hasta llegar a la explanada ligeramente inclinada hacia el arroyo Pedruégano donde se encuentra el Menhir de la Pepina, junto a otros  bloques graníticos, desperdigados  dentro de un recinto cercado de piedras, con amplias vistas hacia el Pedruégano, antes de desembocar sus aguas en las del río Ardila.

"Bloque monolítico de granito, hincado en la tierra, en posición vertical, dentro de un cercado de piedra. Sus medidas, actualmente visibles, son 1,65 m de altura y 0, 52 m de anchura. El menhir posee una sección cuadrangular en su base y lados redondeados, sensiblemente más ancho en la base, que se adelgaza hacia el extremo superior que se presenta redondeado. La pieza muestra, en su tercio superior, un surco horizontal en la cara anterior que le confiere un cierto carácter antropomórfico; la cara posterior carece de surco".



Cerca del menhir se encuentra prácticamente enterrado lo que algunos creen que puede ser un segundo menhir, algo que de momento no está claro puesto que el bloque se encuentra casi enterrado, como he dicho antes. Pero ademas, hay también a escasos metros, otros “materiales graníticos trabajados, así como una estructura formada por una serie de piezas de granito reutilizadas”, que quizás provengan  de la antigua construcción romana de Las Navas, al otro lado del arroyo Pedruégano.



Posiblemente no sea éste el lugar original del menhir, que es lo que sucede también con el resto de menhires, pero a mi me resulta un sitio interesante, junto al cerro Mocael, en una explanada, con buenas vistas hacia el sur  y hacia el este, con vistas al  Pedruégano y a "la Junta" de sus aguas con las del Ardila y con el Menhir de La Pepina como acompañante, así que era un buen lugar para hacer la parada y comer algo, en un día soleado y con una buena temperatura, echando la imaginación a volar, preguntándome como serían las personas y la sociedad en general que crearían estos menhires, como sería los ritos que practicarían juntos a ellos... y retrocedo a una situación parecida a la que en ese momento me encontraba, cuando hace ya 15 años... ¡uf! ¡cómo pasa el tiempo!,  en mi recorrido en bicicleta por Portugal, acabé también descansando y comiendo en el interior del Crómlech de Almendres, aunque apenas un kilómetro antes, había pasado también por el menhir del mismo nombre, aislado, solitario con más de cuatro metros de altura...¡buenos momentos y recuerdos acuden a mi memoria!...

 Menhir de Almendres (Portugal, 2005)



Crómlech de Almendres (Portugal, 2005)

Me pongo en marcha de nuevo, deshago parte del camino andado, y cruzo de nuevo las aguas del Ardila por los bloques de piedra dispuestos para ello y al llegar a  “la Junta”, en lugar de seguir por el camino que había estado viendo desde el lugar donde había parado a comer, sigo en dirección hacia la "Piedra del Perro", para continuar desde este punto y hasta la presa de Valencia del Ventoso, por una senda sinuosa que transita por la orilla izquierda del río Ardila, o dicho de otra forma, camino siempre entre el río a mi derecha y una alambrada a mi izquierda, que delimita la finca del Torno, con mucha vegetación de ribera, en un recorrido muy entretenido y ameno, viendo como los galápagos que toman el sol sobre las rocas que sobresalen del río se introducen rápidamente en el agua al verme, o como las cigüeñas y garzas reales levantan el vuelo a mi paso, ¡con lo tranquilas que estaban ellas metidas en el río buscando en las aguas algo que llevarse al pico!, en medio de un silencio relajante y enriquecedor, roto tan solo por el trino de algunos pájaros que están entre los arbustos de la ribera o el ronroneo del agua en algún pequeño desnivel, porque en otros tramos aparece en calma, serena...

No tardo mucho en llegar, después de algún que otro encajonamiento de la senda, a la pared en la que se encuentra el Menhir del Lagarto o Cabeza del Lagarto, en posición oblícua y formando parte de dicha pared de piedra, a unos metros del cauce del río Ardila. Se trata de un “un bloque monolítico de granito de forma irregular, cuyas medidas son de 3,65 de longitud y 0,80 m de anchura, con una sección trapezoidal, y se puede considerar que es un bloque natural de piedra, prácticamente sin trabajar”...  aunque las cazoletas que aparecen en uno de sus lados son indicativas de la huella de la acción humana ejercida en este bloque granítico.



Tras la observación de este menhir, continuo la senda hacia delante, siempre con el Ardila a mi derecha, y tras dejar atrás la depuradora de aguas residuales a la izquierda, llego a la intersección con el camino (Cordel Mesteño de Fte. Romero) por el que hubiera llegado hasta aquí si en lugar de venir por la senda hubiera cogido el camino que salía desde “la Junta”, aunque creo que el recorrido por la senda es más entretenido y bonito, al margen de poder ver otro de los menhires de la cuenca del Ardila.

Desde aquí me dirijo a la presa del embalse del Ardila y a una caseta desde donde poder divisar a las aves, junto a unas mesas merenderos.

Se hacía tarde, así que no me quedaba más remedio que hacer un recorrido corto para llegar al pueblo, bien por pista asfaltada (el "Camino de Fregenal"), en un recorrido insulso pero cómodo y quizás más rápido, o por el camino que sale a la izquierda de esta carretera y que llevaría al camino por donde había empezado el recorrido, justo a la altura desde donde se divisa claramente la bujarda encalada del Torno y sus majadas. Éste último es el que quería hacer, para evitar el aburrimiento del asfalto, pero aunque había una cancela que se podía abrir y cerrar fácilmente, me echaba para atrás que había bastante ganado vacuno en el inicio del camino y ocupando parte de éste.

Al final me decidí por el camino, aunque con mucha intranquilidad. Abrí la cancela, la cerré y fui bordeando con bastante cautela al ganado vacuno que había suelto, con algunos terneritos mamando de sus mamás, en una bucólica estampa.

Tras dejar atrás al ganado, prosigo más tranquilo el camino en clara subida, con una pared de piedra a mi izquierda, y al poco, a escasos metros de esta pared, me encuentro otra típica bujarda, y es que hoy es un buen día para gozar de este tipo de arquitectura vernácula.




Junto al camino me encuentro bastantes lirios chicos ya florecidos, y es que la primavera parece que se está adelantando con estas atípicas temperaturas, aunque cada vez van siendo menos atípicas y más típicas...


Prosigo camino en subida y pronto llego al camino por el que salí del pueblo esta mañana, así que lo vuelvo a coger, ahora en dirección contraria y en escasos dos kilómetros llego de nuevo al “Menhir de la Fuente de Abajo” junto al “Castillo”. Desde aquí sólo me resta callejear para llegar a donde tenía aparcado el coche.

Vista parcial de Valencia del Ventoso desde la Collada de Monteagudo.

Antes de ponerme en marcha me paro a tomar un café. Por la hora que era descarto ya el poder acercarme a ver el último de los menhires, el de los “Tres términos”, porque me llevaría mucho tiempo, así que otra posible alternativa era la de acercarme a Calzadilla de los Barros para ver lo queda del aeródromo utilizado en Guerra Civil por los dos bandos, y desde donde salieron aviones para bombardear posiciones en La Serena, una vez que dicho aeródromo estuvo en manos del ejército franquista...

Todo esto es porque son contadas las ocasiones que puedo escaparme para poder ver o investigar sitios, y cada una de estas escapadas intento aprovecharlas al máximo, pero viendo la hora que era, y que aún me quedaban hora y media de vuelta a casa, se hacía complicado el tomar cualquier desvío, así que lo dejaré para otra ocasión.

Al final acabé llegando cerca de las siete de la tarde a casa, después de un día muy completo, con una excelente temperatura, en el que he podido disfrutar del campo, de la arquitectura vernácula con los numerosos ejemplos de bujardos y majadas que me he encontrado por el camino y por supuesto, de los menhires de la cuenca del Ardila que han sido el objetivo principal de esta escapada.

Próximamente crearé una nueva entrada dedicada únicamente a los Menhires de la cuenca del Ardila (podéis leerla AQUÍ) así como otra dedicada a los bujardos de Valencia del Ventoso, pero de momento, si queréis ver las fotos que aparecen en esta entrada, con más calidad y resolución podéis hacerlo haciendo clic en ESTE ENLACE.

Y aquí dejo algunas fotos de algunos de los chozos visitados a primera hora de la mañana en los alrededores del Menhir del Rábano:











2 comentarios:

  1. Me encantó encontrarme con tu publicación.Decirte que me tienes a tu disposición para cualquier actividad relacionada con Valencia del Ventoso. Sea Bujardas, Menhires o Rutas Senderistas. Me llamo Tomás Santana, y soy el presidente de la Asociación Senderista La Bujarda.

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    1. Muchas gracias Tomás por ofrecer tu ayuda y sin duda que me lo apunto para consultarte cualquier cosa relacionada con vuestro patrimonio cultural. Creo que hemos coincidido en una de las Rutas del Rey Jayón, donde estuvimos hablando durante un rato, ya que formo parte de la asociación senderista ASTOLL. Creo que fue a raíz de esta entrada cuando la asociación se puso en contacto con la vuestra y organizastéis la ruta de "Los Tres Mehires" para hacerla entre las dos asociaciones. En esa ocasión no pude asistir. En cualquier caso, muchas gracias de nuevo por ofrecer tu colaboración, y me lo apunto sobre todo para el tema de las Bujardas, porque solo visité una mínima parte de todo este bonito, aunque desconocido/olvidado, patrimonio que tenéis. Un saludo.

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