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" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

16 mar 2020

Los Menhires de la Cuenca del río Ardila.

El texto que aparece a continuación, acompañando a las fotos, está extraído del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de los Menhires de la Cuenca del Ardila según resolución del 13 de noviembre de 2018, y publicaco en el DOE el 28 de noviembre de 2018.

INTRODUCCIÓN

Los Menhires de la cuenca del Ardila se localizan en el suroeste de la provincia de Badajoz, en las estribaciones de sierra Morena y en la cuenca hidrográfica del Guadiana y se distribuyen por los términos municipales de Fregenal de la Sierra y Valencia del Ventoso, en un paisaje donde la dehesa adquiere un notable protagonismo. Ambos municipios poseen una ubicación privilegiada entre la llanura de Tierra de Barros y las estribaciones montañosas de Sierra Morena.

El estudio del fenómeno menhírico en Extremadura es relativamente muy reciente. Estos singulares elementos arqueológicos se han dado a conocer a partir de las publicaciones realizadas en las últimas décadas.

Desde el punto de vista histórico-cultural, los menhires forman parte de lo que se conoce como Megalitismo, fenómeno constructivo cuyo carácter peculiar es el uso de grandes bloques de piedra denominadas megalitos. Esta denominación recoge, por un lado, los monumentos megalíticos con una clara finalidad funeraria (dolmen), y de otro lado, alude también a un tipo de construcciones no funerarias, entre las que se encuentran los círculos, alineamientos y los menhires. De todas estas construcciones megalíticas, el menhir es la forma constructiva más sencilla y de mayor antigüedad. Se trata de una pieza monolítica de piedra destinada a estar hincada en posición vertical, en la que suele desarrollarse grafías en su superficie, presentando, en la mayor parte de los casos, elementos grabados como cazoletas, surcos, etc. El origen de estas construcciones se ha buscado tradicionalmente en un único punto basado en la expansión de los colonos mediterráneos. Hoy se plantea que no tienen un único origen, que no se restringen a la Europa occidental, sino que se encuentran en partes muy dispersas del mundo ya que ha sido una característica recurrente de la actividad humana en diferentes períodos y en diferentes lugares.

Los Menhires de la cuenca del Ardila guardan una cierta homogeneidad. Formalmente se trata de ortostatos, fabricados en granito, que tienen una altura que oscila entre los 1,65 m del menhir de "La Pepina" a los 4,15 m de altura del menhir del Rábano. No obstante, hay que indicar que la altura original del menhir del "La Pepina" debe ser superior, ya que parte de su base está oculta bajo tierra. La anchura aproximada de estos menhires es de 0,52 m. a 1 m. Las piezas tienen en común el tratamiento de su superficie y las formas redondeadas. Presentan en su superficie sencillas decoraciones de cazoletas, una de las grafías más comunes y abundantes en el panorama del arte megalítico, cuya técnica se realiza con un piqueteado previo, posteriormente abrasionado, que muestra distintos diámetros y profundidades. Muestran un apuntalamiento en su extremo distal e incisión, que remarca el glande, lo que le imprime un carácter fálico a la pieza. Los Menhires de la cuenca del Ardila se presentan completamente tallados, a excepción del llamado menhir del Lagarto, en el que la interpretación de la pieza se asemeja más a un bloque natural antropizado por la existencia de representaciones gráficas (cazoletas) pero, sin duda, posee el mismo valor simbólico que el resto de los menhires.

Los terrenos donde se implantan los menhires son graníticos y los suelos son actualmente de vocación ganadera salvo el caso de menhir del Rábano, que se encuentra en una zona de explotación agrícola. Con respecto a su ubicación, ninguno de ellos parece encontrarse en su posición original, aunque su lugar de origen es muy posible que no distase mucho del paraje que ocupan en la actualidad. Se sitúan en líneas generales en el seno de paisajes de altitudes medias entorno a los 490 y 370 m de altitud, al pie de numerosos cerros que jalonan uno y otro lado del Ardila, o afluentes de este río en una zona entre valles y montes desde donde se domina el entorno próximo. Los menhires no parecen tener visibilidad entre ellos, sin embargo, tienen una gran inserción en el paisaje donde tendrían gran visibilidad y en el que estarían en conexión con áreas de hábitats y funerarias, conformando una red de manifestaciones culturales generadas por los pobladores neolíticos y calcolíticos.

Sobre la función de estas piezas, existen diversas interpretaciones atendiendo a su significación social, ideológica y religiosa en el contexto de las primeras sociedades agrarias. Una teoría comúnmente aceptada es que servían para marcar un territorio o delimitar campos de cultivo, todo ello vinculado a poblaciones pequeñas y dispersas con una economía agropecuaria. Se las relaciona con el culto a las creencias en la vida de ultratumba o bien con la señalización de centros de cultos o astronómicos. Con frecuencia, estas manifestaciones incorporan una simbología sexual (representaciones fálicas, muy común en los menhires alentejanos), que los relaciona con creencias relativas a la fertilidad humana y natural. Sin duda, en esta dimensión simbólica, los menhires se relacionan con otras representaciones de arte megalítico y rupestre que tiene temática igualmente sexual. Por otro lado, los menhires ofrecen, a menudo, una dimensión antropomórfica que los coloca en el inicio de la compleja evolución de las representaciones de bulto redondo asociadas al megalitismo, conocidas con el nombre de estatuas-menhir, estelas-guijarro y estelas antropomorfas, o, simplemente, estelas.

En cuanto a su adscripción cronológico-cultural, su datación resulta complicada ya que estos ejemplares no están en su preciso lugar de implantación, si bien su lugar original no distaría del lugar donde están actualmente ubicados. A falta en la actualidad de estudios que permitan asociarlos a patrones de asentamiento, su aproximación cronológica y cultural tan sólo puede ser realizada a través de paralelos formales. Existe cronología para determinados menhires en el otro lado de la frontera portuguesa, en el río Guadiana, en el Norte de Alentejo, donde se han datado algunos ejemplares. La fecha ahora obtenida para el Menhir del Patalou, en el Alto Alentejo, es Cal BC 4340 a 4235 y para el Menhir de la Meada es Cal BC 4810 a 5010, colocándose de esta forma en los momentos más antiguos de la neolitización.

Podemos decir que, aunque la cronología de estos monumentos sigue siendo uno de los grandes retos, se acepta que estas construcciones perviven cronológicamente desde el Neolítico al Calcolítico. No obstante, estos monumentos siguieron formando parte destacada de un paisaje donde se desarrollaron otras sociedades que debieron asimilar e interpretar los megalitos de distintas formas, incorporándolos en sus propias estructuras ideológicas y sociales.

DESCRIPCIÓN DEL CONJUNTO DE MENHIRES:

Los menhires de la cuenca del Ardila forman un conjunto de seis piezas monolíticas de granito, conocidas con los siguientes nombres: menhir "El Rábano", menhir "El Lagarto", menhir "Fuente Abajo", ubicados en el término municipal de Valencia del Ventoso, menhir "La Pepina", menhir "La Palanca del Moro" y menhir "Tres Términos", ubicados en el término municipal de Fregenal de la Sierra.

— Menhir del Rábano (Valencia del Ventoso)
: El menhir, colocado en posición vertical, se emplaza en un terreno dedicado al cultivo de cereales, a doscientos metros de un camino vecinal. Éste se asienta sobre una zona amesetada que presenta una altura entre los 450 y 480 m, divisándose desde este lugar los cerros de San Pedro y de Castrejón, donde se ubican yacimientos arqueológicos, y desde donde se controla visualmente una parte del valle del río Ardila, en dirección oeste y noroeste.


La zona está rodeada por diferentes corrientes fluviales, la más importante, el río Ardila al Norte, y el arroyo de El Galgo, de cauce estacional, al sur. Al sur del territorio, atraviesa la Cañada Real, denominada en algún tramo “Camino Viejo a Fuente de Cantos”.


Se trata de una pieza monolítica de granito de color crema, con vetas rojizas de 2,75 m de longitud y 1m de anchura. Trabajada en todo su contorno, presenta los lados redondeados y sección circular, tendiendo a ser más ancho en la base para ir estrechándose hacia el extremo terminado en punta, hecho que realza su marcado carácter fálico.



El menhir presenta la superficie llena de cazoletas, a excepción de un lateral, estando algunas de ellas en la parte superior unidas entre sí por líneas incisas bastantes profundas. En la parte superior del menhir, hay una gran cazoleta, de mayor tamaño que las del resto de la pieza.



En la actualidad, el menhir está en posición vertical, aunque debió estar tumbado, a juzgar por la coloración y por la menor erosión de una de sus caras.


— Menhir "El Lagarto" (Valencia del Ventoso):
El monolito se encuentra en posición vertical formando parte de un cercado de piedra, muy próximo al cauce del río Ardila, en un terreno bastante fértil para la explotación agrícola y ganadera. Según los autores de su descubrimiento, el bloque está calzado para guardar su estabilidad y podría estar situada en su emplazamiento original.


Se trata de un bloque monolítico de granito de forma irregular. Sus medidas son de 3,65 de longitud y 0,80 m de anchura, con una sección trapezoidal. Se puede considerar que es un bloque natural de piedra, prácticamente sin trabajar. La pieza presenta un lado cubierto por numerosas cazoletas, lo que muestra la acción antrópica sobre el bloque.

 
— Menhir "Fuente Abajo" (Valencia del Ventoso):
El menhir se encuentra situado en la parte trasera de La Casa Fuerte de la Encomienda de Valencia del Ventoso, denominado popularmente como "El Castillo", en el Oeste de la localidad, en la zona conocida como "El Piojo". La pieza está ubicada en un desnivel de aproximadamente 500 m. y formando parte de la Fuente de Abajo, uno de los numerosos manantiales con los que cuenta la población actualmente. El menhir aparece reaprovechado como abrevadero para el ganado, adosado al pilar principal, de donde surgen los dos caños.



Pieza monolítica, realizada en granito, de 4,15 m de longitud y 0,80 m de anchura. Trabajado en todo su contorno, presenta lados redondeados y sección circular. El bloque es bastante homogéneo en toda su superficie, si bien se adelgaza ligeramente hacia el extremo, realzando la forma fálica de la pieza. Éste está colocado sobre uno de sus costados, y el lado superior está vaciado, siendo el lugar por donde actualmente corre el agua y bebe el ganado. La pieza en su cara anterior presenta numerosas y profundas cazoletas y en uno de sus extremos una incisión vertical que está marcando el glande; la cara posterior no tiene cazoletas sino que, aparentemente, es lisa, aunque tiene grabados. La pieza no fue identificada como menhir hasta momentos recientes (Prada Gallardo, A. 2007), aunque no pasó desapercibida como parte singular de la Fuente de Abajo para algunos autores como Tomás López, Pascual Madoz, incluso algún autor llega a mencionar el carácter fálico de la pieza.



 
— Menhir de "La Pepina" (Fregenal de la Sierra): El menhir se encuentra en la finca denominada “La Pepina”, al pie de la ladera sur del cerro Mocael (459 m), sobre un terreno llano de 400 m de altura, ligeramente inclinado hacia el Este donde discurre el arroyo Pedruégano, afluente del río Ardila. En el entorno abundan los afloramientos graníticos. Tiene un amplio dominio de visibilidad hacia el sur y el este.



Bloque monolítico de granito, hincado en la tierra, en posición vertical, dentro de un cercado de piedra. Sus medidas, actualmente visibles, son 1,65 m de altura y 0, 52 m de anchura. El menhir posee una sección cuadrangular en su base y lados redondeados, sensiblemente más ancho en la base, que se adelgaza hacia el extremo superior que se presenta redondeado. La pieza muestra, en su tercio superior, un surco horizontal en la cara anterior que le confiere un cierto carácter antropomórfico; la cara posterior carece de surco.






Alrededor del menhir, aparecen dispersos materiales graníticos trabajados, así como una estructura formada por una serie de piezas de granito reutilizadas. Entre las piezas que se encuentran en las inmediaciones, se distingue, semienterrado, lo que algunos autores han indicado que pudiera ser un segundo menhir, aunque dicho extremo no se puede corroborar al estar la mayor parte de la pieza oculta por la tierra.

La estructura que rodea al menhir puede proceder de una posible villa romana que se encuentra en el lugar. Así, al otro lado del arroyo Pedruégano, se encuentra la construcción romana de "Las Navas", con la que posiblemente tenga una directa relación.



— Menhir Palanca del Moro (Fregenal de la Sierra): El menhir se sitúa en una llanura de 490 m. de altitud, muy próxima al río Ardila por el Este. La pieza se encuentra en posición horizontal formando parte de una cerca de piedra que hace de división entre la finca de Tudela y el camino de acceso al cortijo "Nuevo de Tudela". El lugar donde fue descubierto, antes de ser arrastrado por un tractor para su reutilización en la cerca, estaba en las proximidades de ésta, en el interior de la finca, donde se encontraba tumbado. Desde el cortijo “Nuevo de Tudela” hay contacto visual con las sierras del Castrejón de Valencia del Ventoso y con el campo del Sesmo, donde se encuentra situado el menhir del Rábano.



La cara anterior, orientada hacia el sur, mira hacia el camino.

Bloque menhírico de granito de 3,15 m. de longitud y 0,95 m. de anchura. Éste está trabajado en todo su contorno, con los lados redondeados y sección circular, tiende a ser más ancho en su base para ir adelgazando hacia el extremo superior. El menhir presenta dos caras bien definidas, con sus superficies alisadas. La cara anterior, orientada hacia el sur, mira hacia el camino y, la posterior, hacia el interior de la finca y con orientación norte.



La cara posterior, orientada hacia el interior de la finca y con orientación norte.

Se aprecian gran cantidad de cazoletas repartidas por su superficie. A unos 85cm del extremo superior se advierte un surco tallado o acanaladura, realizada de forma intencionada, en sentido transversal al eje principal que podría interpretarse como un glande, lo que confiere al bloque un cierto aspecto fálico.

Cazoletas y surco tallado o acanaladura en sentido transversal al eje principal.

— Menhir de Tres Términos (Fregenal de la Sierra): La pieza está situada a unos 15 m del cambio de vertiente del Cerro del Moro, enclave que junto al Cerro del Castillo, encajona el río Ardila. Entre estas dos elevaciones destacadas, el Cerro del Moro y el Alto del Rincón, su posición es elevada, 381 m de altura, sobre la que se domina el curso del río Ardila. Es interesante destacar que, detrás del Cerro del Moro, se encuentran la mina de La Berrona, dedicada a la explotación del hierro, y al otro lado del Alto del Rincón, el Vado del Ahijón sobre el Ardila. La dedicación actual del terreno es la ganadera. Desde el yacimiento se establece contacto visual por el sur, con "Las Arquetas", emplazamiento donde se encuentran la necrópolis de cistas y el dolmen que llevan el mismo nombre. Ambos enclaves se sitúan a una distancia de 500 m aproximadamente del menhir.

Pieza monolítica de granito con unas medidas de 1,82 m y 0,70 m y sección cuadrangular. La pieza presenta sus lados trabajados, de forma que su adelgazamiento notorio en un extremo y su desarrollo longitudinal contribuyen a marcar su aspecto fálico. El menhir se encuentra tumbado, con orientación N-S, hacia el extremo apuntado.

En su cara superior, presenta dos cazoletas y numerosas líneas incisas a modo de decoración; en la inferior, son apreciables algunos círculos incisos, además de una superficie pulida en el extremo inferior.

De este menhir no tengo ninguna foto ya que no tuve tiempo de poder acercarme hacia él, porque es el que me coge más lejos... será en otra ocasión...

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