Continuando nuestro viaje por Chequia, de camino a Praga y después de dejar Karlovy vary, hicimos un par de paradas. Una de ellas para visitar la Reserva Natural Nacional de SOOS y otra para visitar Františkovy lázně, otra de las localidades integrantes del triángulo de los balnearios más afamados de Bohemia occidental, junto a Karlovy vary y Mariánské lázně.
La primera parada fue en la Reserva Natural Nacional de SOOS, a la que llegamos temprano, a muy buena hora, y apenas había público, así que pudimos ver tranquilamente los dos museos didácticos que se encuentran justo antes de iniciar el recorrido señalizado, uno de ellos con exposiciones-paneles sobre la 'Historia de la Tierra' (a nivel geológico), paleontología, reproducciones de gran tamaño de los cuadros de Zdeněk Burian y réplicas de saurios prehistóricos a tamaño natural; el otro museo está relacionado exclusivamente con el mundo de las aves, de la ornitología, distribuido en dos plantas donde podemos ver una gran cantidad de aves disecadas en el interior de vitrinas y distintos paneles informativos.
Terminada nuestra pausada visita a los pabellones-museos, lo siguiente fue visitar un centro de recuperación de aves, siguiendo a continuación con lo que es la visita propiamente dicha a la reserva, la cual nos tomamos también con total tranquilidad, porque el recorrido señalizado, la mayor parte sobre pasarelas de madera, es cortito, entre 1,5 y 2 km, con lo que no hay prisas para recorrer este entorno que en ocasiones parece desolador, como un paisaje lunar o quizás como un paisaje prehistórico, en otras ocasiones hay pequeños tramos en los que la pasarela de madera cruza por zonas boscosas y en otras ocasiones, por contra, se abren grandes claros de turberas... un paisaje ni más feo ni más bonito, simplemente diferente y nada común ni en Chequia ni en el resto de Europa, y dónde ¡cómo no!, podremos ver, y ¡también oler!, lo que en esta reserva llaman “mofetas”.
Recorrido por las pasarelas de madera... lo que se ve alrededor no es agua precisamente...
La reserva Hájek-SOOS fue proclamada en 1964 con un área de 221 hectáreas. Se trata de una turbera y un extenso cenagal en donde emana una cantidad importante de manantiales minerales y de óxido carbónico puro, y es a lo que se les da el nombre de “mofetas” – volcanes palúdicos. El sendero (pasarelas de madera) didáctico (podemos encontrarnos con varios paneles informativos) pasa por el fondo de un antiguo lago salado, ahora seco, en cuyo fondo se fueron depositando las frústulas (pared celular dura y porosa compuesta casi en su totalidad por sílice -óxido de sílice hidratado- proveniente del ácido silícico) al morir las “diatomeas” (un tipo de algas, en las que al morir, su parte orgánica se descompone y la frústula, que es como si dijéramos 'el esqueleto' silíceo, cae al fondo del lago); este tipo de sedimentos, con el paso del tiempo y de diferentes procesos físicos y químicos (lo que se llama diagénesis) son transformados en materiales consolidados, o lo que es lo mismo, en rocas sedimentarias, que en este caso particular, se llaman diatomitas. Y en la reserva natural de SOOS podemos encontrarnos con lo que llaman “escudo de diatomita”, algo que en Europa es una rareza, de ahí en parte, la importancia de esta reserva natural, una de las más importantes de Chequia.
Escudo de diatomita [Foto cedida por los compañeros]
Ejemplo de "mofetas"... el primero en estado natural, el segundo digamos que "canalizado" e insertado en la propia pasarela de madera, para su visita.
Esta diatomita (roca sedimentaria silícea) con un grosor que puede alcanzar los varios metros, fue perforada por manantiales minerales profundos en varios lugares, manifestándose estos en forma de pequeños cráteres con profundidad de 10 - 80 cm. Se trata de fenómenos muy raros en Chequia y a los que se les llaman como hemos comentado anteriormente: 'mofetas' (emanaciones secas de CO2, así que lo del término va asociado al olor que producen) y volcanes palúdicos falsos en los que aparece agua burbujeando y lodo. En cada estación del año los volcanes palúdicos y las mofetas se manifiestan de manera diferente.
Además de la parte geológica, en la reserva también viven una serie de animales protegidos, así como multitud de plantas halófilas (plantas que viven en ambientes con presencia de gran cantidad de sales) entre las que destaca la orquídea corallorhiza trifida, rara de ver (en España sólo existe en algunas zonas puntuales de bosque pirenaico de hayedos, estando considerada en nuestro país como “en peligro crítico”, incluida en la Lista Roja de la Flora Vascular Española).
En nuestro recorrido también hubo tiempo de ver otras cositas, como maripoas y odonatos (libélulas) en zonas más pantanosas, junto al camino. La de la foto parece que se trata de una Aeshna juncea, según me han informado, porque la toma no es lo suficientemente clara.
Todo esto en conjunto, hace que esta reserva natural, sea de una curiosidad y de una rareza única en Europa.
Tras la visita a la reserva natural de SOOS, tocaba otra ven montarse en la furgoneta, aunque ahora el trayecto era corto, porque la siguiente parada en Františkovy lázně, estaba cerca.
Como he comentado al principio de este entrada, Františkovy lázně es unas de las tres localidades que componen el triángulo de los balnearios, y es la más pequeña de todas, un pueblo de algo más de cinco mil habitantes, nada que ver con Karlovy vary, así que dar un paseo por su avenida principal con sus bonitos edificios clasicistas, decimonónicos, resaltando los colores amarillos o crema, envueltos en un gran espacio verde formado por parques y jardines floridos, cuidados con mucho mimo, entre los que se encuentran algunos de sus pabellones y columnatas que atesoran los manantiales de aguas medicinales, resulta relajante, por la paz, tranquilidad y el sosiego que se respira en un lugar donde el tiempo parece que se detiene y donde sus habitantes disfrutan con parsimonia de sus jardines en un día soleado como el estábamos teniendo, nada que ver con la afamada Karlovy vary, donde la afluencia de turistas se deja notar en sus calles en la típica visita-escapada desde Praga con ida y vuelta en el mismo día.
El agua mineral natural de las fuentes-manantiales de Františkovy lázně tiene un contenido relativamente elevado de óxido carbónico diluido, cuya cantidad no obstante varía según la fuente, época del año y otras influencias, oscilando la temperatura de agua de las diferentes fuentes entre 9 y 14°C.
Columnata en Františkovy lázně, algo más alejada del resto, que se situan más en el centro de la localidad.
“Los pabellones y sanatorios de esta localidad atesoran más de veinte fuentes medicinales, especialmente indicadas para el reúma y afecciones cardiovasculares, aunque los problemas reproductivos femeninos siempre fueron la especialidad de la casa, siendo pioneros al utilizar material de turba en sus tratamientos y experimentando con el empleo de gases minerales... Antiguamente, las terapias consistían en tomar estas aguas con alto nivel alcalino, además de ricas en yodo, hierro y azufre... pero según las 'leyendas urbanas', las curas contra los problemas reproductivos se tenían que completar visitando y tocando la escultura del pequeño Francisco, una estatua de un niño sentado sobre una bola del mundo y con un pez en la mano, donde los dedos de sus pies, su nariz, su pene y genitales han tomado un color dorado después de tanto tocarlos... el origen de esta leyenda está en que las mujeres que sanaban solían hacerse una foto con esta estatua de fondo, y el fotógrafo local, muy avispado él, viendo en ello una posible fuente de ingresos, inventó la leyenda según la cual, 'la mujer que tocara el pulgar del pie izquierdo al pequeño Francisco, quedaría embarazada' (aunque al final, no sólo fue el pulgar del pie izquierdo lo que acababan tocando...); la estatua que aparece entre los jardines floridos en una réplica, ya que la original se encuentra en Museo Municipal”.
El pequeño Francisco (foto cedida por los compañeros).
"Los efectos saludables de sus manantiales se conocen desde el s. XV; en un principio, el agua sólo se utilizaba con fines médicos a escala local, pero posteriormente empezó a ser exportada a Alemania, y ya hacia 1700, la comarca vendía más agua mineral que toda la que producían los demás balnearios germánicos juntos. Pero no fue hasta 1793 cuando fue fundada oficialmente la villa, con el nombre 'Villa del emperador Francisco II', y posteriormente, fue rebautizada como Franzensbad (en alemán), y con este nombre fue con el que se hizo internacionalmente conocida". Pero al igual que ocurrió en Karlovy vary y como comenté en un artículo anterior, al acabar la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los habitantes de esta localidad, de habla alemana, fueron expulsados y la ciudad se repobló con población de origen checo y a partir de ahí, el nombre alemán original, Franzensbad, cayó en desuso, en beneficio del checo, Františkovy Lázně.
Al igual que en Karlovy vary, por aquí también pasaron ilustres personalidades como: Johann Strauss, Goethe, Franz Kafka, o Beethoven.
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