Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

15 mar 2014

Concierto de Loquillo en Don Benito, gira: "De Vez en Cuando y Para Siempre" (2014).

  Y de nuevo tocó ir a ver a Loquillo, y no había muchas escusas para no hacerlo, primero porque tocaba cerca de casa, en Don Benito, y segundo porque tampoco es que haya muchas alternativas, y últimamente menos aún, en lo musical me refiero, y tampoco en lo personal, así que allá que fuimos una cuadrilla aceptable, de siete elementos.

  Llegamos, compramos la entradas a última hora y antes de entrar en la plaza de toro estuvimos tomando unas cervezas en un par de bares que hay en la parte exterior de la plaza, algo que no entiendo muy bien, porque qué mas dará tomarla dentro y así aprovechar para escuchar al primer grupo en actuar “Perfil Pájaro”, pues nada, el personal se empeñó en estar un rato fuera y para cuando entramos, ya estaban terminando su actuación este primer grupo, así que sólo escuchamos una versión de LeñoManeras de Vivir”, una de Guns N' RosesSweet Child O'Mine” y por último una canción-single de su disco, así que no puedo hablar mucho de ellos, salvo que la canción de Guns N'Roses me pareció un poco floja. Me hubiera gustado haberlos escuchado más para saber cómo y qué tocan, aunque las últimas canciones que sonaron, como la de Leño, sirvieron para caldear un poco al personal que andaba bastante relajado bebiendo cervezas y comienzo pizzas....

  En esta ocasión a diferencia del “concierto de los 80” que se celebró en Mérida y donde además de Loquillo tocaron Danza Invisible y La Unión, el sonido estuvo bastante bien, pudiendo escuchar a Loquillo cantar sin problemas, nítido, sin que su voz, que tampoco es que sea una voz prodigiosa, fuese absorbida por las guitarras o distorsionada o se perdiera en el limbo como ocurrió durante gran parte del concierto en Mérida.

  Ya sabíamos que no íbamos a escuchar al Loquillo de los 80 o de los primeros 90, que es lo que muchos de los que van a sus conciertos siguen creyendo que van a escuchar, pero ¡joder! si un tío lleva ya más de 30 años sobre las tablas y sacando discos y saliendo de gira (esto último entre otras cosas porque debe ser el único remedio para ganarse la vida, con el directo, porque si tuvieran que depender de los discos que se venden hoy en día me parece a mi que nos les iba a dar para mucho...) y seguir siendo genio y figura, y no permanecer anclado en el pasado (porque de lo contrario ya estaría la gente aburrido de ver lo mismo)... pues será por algo, así que tendrá que tocar canciones de sus últimos discos y clásicos de toda su carrera profesional, pero al margen de sus incondicionales, muchos de los que estaban allí iban a escuchar un concierto de rock, a desempolvar sus viejas cazadoras de cuero negro y a pasar una buena noche, y claro, se encuentran por momentos un poco fríos al escuchar canciones que les suena de más bien poco, aunque al final el personal acaba moviéndose al ritmo de éstas y del buen hacer de Loquillo con muchas tablas sobre el escenario, y sobre todo, por la buena cuadrilla que tiene por banda, con siete personajes sobre el escenario, donde además de Loquillo estaban los tres guitarras, el bajo, el batería y el teclista.

  El concierto empezó con un uno de sus himnos, “Rock and Roll actitud” y a excepción de un par de canciones, el resto son las mismas que podéis encontrar en esta lista con sus vídeos correspondientes, donde lo único que cambia es el orden, aunque siempre termina con dos clásicos, dos canciones que quedan para la memoria histórica y colectiva musicalmente hablando, y que sirven para poner un punto y final potente, explosivo y dejar buen sabor de boca al público asistente, y los adjetivos de 'potente' y 'explosivos' nunca mejor dichos, porque sus guitarras suenan fuertes, pletóricas, al unísono, desmelenándose, al tiempo que Loquillo queda en silencio haciendo sus típicas poses: erguido, con la vista al frente, mirada airada, brazos cruzados y rodeado de sus tres guitarras que tocan sin parar.

  Como he comentado antes, las canciones que tocó son las que aparecen en la lista cuyo enlace he puesto antes, a excepción de un par de ellas, que fueron sustituidas por otras como: “Cuando éramos los mejores” que tocó en la parte final del concierto, al igual que un detallazo, un regalo para el público asistente, como el propio Loquillo se encargó de decir, una canción de los inolvidables “Burning” que supo a gloria para los allí congregados (las letras de las canciones que aparecen en lista que os he puesto antes las tengo en un PDF que os podéis bajar desde AQUÍ). 

  El público asistente, como suele ser habitual en estos casos, no creo que bajara de los 35 años  y eso tirando a la baja, porque no es un tío que suene mucho precisamente en las “radio fórmulas”, y porque el Rock and Roll, la música y la cultura en general, tampoco es que estén en su mejor momento, y más con el tema tan cacareado de la crisis y los precios de las entradas, aunque bien es cierto que en este caso el precio de la entrada, 18 euros anticipada, era aceptable, y más aún teniendo en cuenta que más que un concierto aquello parecía un festival de rock, puesto que a parte de la actuación estelar, por llamarlo de alguna forma, o sea, de Loquillo y su banda, también actuaban otros tres grupos, aunque claro, en esto si que tengo que pegar un puya a la organización, o a quien sea, porque el que dos de estos grupos tocaran después de Loquillo y ya a altas horas hizo que gran parte del público asistente, yo diría que casi la mitad al menos, se fueran antes de que comenzaran a tocar los cordobeses de la “Fever Band” y para el último grupo que igual empezó a tocar a las 3:30 de la madrugada, no se yo ya quien quedaría...

  Como he dicho el concierto de Loquillo estuvo bien, sobrio, elegante, acompañado de buenas guitarras, con buen sonido y rodeado siempre de una buena cuadrilla... y hasta ahí puedo leer... (como dirían en aquel viejo programa del “un, dos, tres....”, ¡uf que mayor va siendo uno!), porque al margen de eso y esto ya son ya consideraciones propias, el concierto fue previsible, sin margen a un poquito de improvisación, a más interacción y unión con el público, falto un poquito más de 'caló', me pareció que fue un poco al pim, pam, pum y hasta aquí hemos llegado señores, y hasta el próximo concierto, aunque como digo, son meras consideraciones propias y seguro que muchos de los presentes, incondicionales o no, estarán en desacuerdo conmigo, aunque los de mi cuadrilla me acabarían dando la razón prácticamente con las primeras canciones, y si me apuran mucho, con los primeros acordes de la banda cordobesa de rockabilly que tocó después, la 'Fever Band'.

  Bastante tiempo de espera entre el final de Loquillo y el comienzo de la 'Fever Band', mucho tiempo, algo que a mi se hizo laaaaargooooo, y más aún viendo que los de mi banda mataban el tiempo con alguna que otra cerveza en la mano, mientras yo ya estaba a 'palo seco', que había que coger el carro después...

  Mucha gente abandonó, se largó, unos porque supongo sólo venían a ver a Loquillo, otros por desconocimiento (aunque en la entrada y en los carteles estaban anunciadas las otras tres bandas) o porque después que tocara la 'estrella' no esperaban que fuera a tocar nadie más y sobre todo viendo las horas que iban siendo, otros porque igual tenían que coger coche y hacer desplazamientos largos, o ya sea por otros motivos, pero lo cierto es que al final acabaría quedando la mitad o incluso menos, del público que hubo al inicio.

  Comienzan los primeros acordes de la 'Fever Band', que como he dicho antes, es un trío cordobés que toca rockabilly, swing y puro rock and roll, compuesto por un guitarra, un batería/vocalista y un tío enorme al contrabajo, “el contrabajista más loco del otro lado del Guadalquivir” como dijo su compañero cuando lo presentó, y loco no se si estará pero cuerda tenía para rato, no paraba un momento, lo mismo cogía el contrabajo y se lo ponía sobre su cabeza, que lo agarraba a modo guitarra, que se echaba al suelo sin parar de tocarlo, de rasgarlo o aporrearlo, y acompañado de sus compañeros mantuvieron un ritmo vibrante, intenso, de principio a fin, metiéndose al público en el bolsillo, con una marcha y vitalidad impresionante, que encandilaron a los presentes, moviéndonos sin parar bajo el ritmo del swing, rock y rockabilly de grandes clásicos que han adaptado a su banda y a su forma de tocar, porque además es que se les ve que disfrutan sobre el escenario, que les encantan lo que hacen y joder que lo trasmiten, la verdad es que fue una sorpresa muy agradable, y casi diría que todos los de mi cuadrilla particular coincidiríamos en que disfrutamos más con ellos que con el propio Loquillo, en un ambiente distendido, con canciones de los grandes: Carl Perkins, Chuck Berry, Elvis Presley, o incluso de ese pedazo de grupo que toda la cruadilla conoce de sobra como es la Creedence (Creedence Clearwater Revival) o la adaptación rockabilly del clásico “Runaway” de Del Shannon.... En fin, una gozada verlos actuar en vivo, aunque ya estuvieron en Don Benito no sé si hace un par de años en el “Festival de Rock'n Blues”, y para este año, en su quinta edición, que se celebrará los día 23 y 24 de mayo, volverán a tocar, y además el mismo día que el mismo grupo que tocaron al principio, “Perfil Pájaro”.


  Cuando terminó de tocar la “Fever Band”, no tenía ganas de esperar otro rato a que tocara el otra grupo "La Bruja Roja", si es que tocó, y ya se me hacía tarde, así que la mitad de los colegas que vinimos nos fuimos a casa, donde en mi caso particular llegué a las 4:30 de la noche.

  En fin, que esto es un palito que doy a la organización, las 3:15 o 3:30 de la noche, y todavía en horario de invierno, no es el horario más aconsejable para que toque un grupo, mejor hubiera sido que las puertas se hubieran abierto antes, que los grupos hubieran tocado antes y al menos tener la opción de poder escucharlos a todos, o por lo menos el que quiera hacerlo.... en fin, supongo que si lo han hecho así será porque tienen sus razones, que para eso son promotores y tienen experiencias en este tipo de espectáculos, pero desde mi punto de vista no fue nada acertado.

  Y esto es todo lo que puedo contar... ¡nos vemos en el siguiente concierto!... Aunque antes y como no he visto en la red algo de calidad referente al concierto de ayer o a cualquier otro concierto de la "Fever Band", os dejo un pequeño vídeo de esta banda que forma parte de un documental emitido en su día por Canal 2 Andalucía, sobre el rey del rock, Elvis Presley.


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