Tenía ganas de regresar a la Sierra de Aracena y desde que salió el calendario de rutas de ASTOLL (Asociación Senderista Tomillo y Orégano de LLerena) tenía marcada esta fecha, y con toda seguridad que no defraudó, todo lo contrario, una bonita ruta que estuvo acompañada de un día de sol y una temperatura agradable, que ya tocaba, a lo que hay que añadir que el campo está en todo su esplendor, con intensos colores verdes que bien parece una alfombra que cubre toda la sierra.
La salida la teníamos prevista a las 7:30 desde Llerena, aunque como siempre, un pequeño retraso, lo que no impidió que para antes de la hora prevista de salida de la ruta, sobre las 10 de la mañana, ya estuviéramos en Encinasola, y concretamente en los aparcamientos cercanos al hostal “El Rincón del Abade”, donde se estaba organizando el tema de las acreditaciones y donde ya de paso, el personal aprovechaba para desayunar, así que colapso en el bar a primera hora ante la avalancha de senderistas (entre 400 y 500 personas según la organización).
Tras un buen desayuno y los saludos previos con conocidos de diferentes lugares y a los que a algunos hacía ya tiempo que no veía, partimos en masa por las calles de esta localidad.
Mucha gente, ya que es otra ruta de fiesta y encuentro de senderistas que se desplazan de diferentes partes de nuestra geografía, y así de Extremadura, tomamos parte de esta fiesta senderista diversas asociaciones a parte de la nuestra, como los de Guareña oVillafranca, aunque también participaron en esta ruta compañeros de Quintana y Badajoz, entre otros...
Es una ruta multitudinaria, y esto es lo bueno y lo malo de este tipo de rutas en plena naturaleza, o sea, por un lado está el buen ambiente que se respira en la salida, durante el recorrido o en la fiesta que se organiza al finalizar la ruta, pero por otro lado prefiero, al menos en mi caso, estar siempre en estos entornos naturales (en este caso concreto el del P.N. de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche) más tranquilo, ir a mi bola, mis paradas, mis momentos de contemplación, hacer algunas fotos, escuchar el sonido de todo lo que me rodea, etc... aunque al final, y a pesar que la multitud de senderistas, pude ir casi toda la ruta en “tierra de nadie”, con dos o tres compañeros de ASTOLL al principio, después en compañía de uno de los nuevos socios de esta asociación, y finalmente, el último tramo, el de subida, en solitario y “a mi bola”, y siempre con poca gente a nuestro alrededor.
Una ruta que como he dicho, ha sido muy entretenida, agradable y bonita de recorrer, con unas buenas y vastas vistas al principio de la Sierra de Aracena, en la bajada hacia la ribera del río Múrtigas; sierras de cerros suaves, de poca altura, y con la vista al fondo, colgada de la sierra, como si de un balcón se tratara, de la localidad portuguesa de Barrancos, y es que Encinasola es una localidad fronteriza con la vecina Portugal, y la primera parte del recorrido aprovecha el GR48, que atraviesa toda Sierra Morena y llega hasta Barrancos (primera localidad portuguesa tras la frontera), tal y como nos indica el cartel informativo que se encuentra situado a la salida del pueblo.
Los primeros kilómetros son por camino cómodo, en suave bajada, entre olivares al principio y después zonas algo más desarboladas, hasta que se inicia una bajada más fuerte para alcanzar la ribera del río Múrtigas, y en dicha bajada es donde se pueden contemplar unas buenas y amplias vistas de este espacio natural, como ya he comentado, cubierto todo de una alfombra donde resaltan los diferentes gamas y tonalidades del color verde.
Tramo inicial de bajada hacia la ribera del río Múrtigas.
Tramo inicial de bajada hacia la ribera del río Múrtigas.
Llegando a la ribera del río Múrtigas (abajo), con la localidad portuguesa de Barrancos al fondo, en lo alto de la sierra.
Al llegar al río Múrtigas es donde comienza la parte más bonita de la ruta, y más aún después de dejar el puesto de avituallamiento, siguiendo el camino con el río a nuestra izquierda, cuyas aguas puras, frescas y cristalinas bajan raudas y caudalosas después del período de lluvias que hemos tenido desde navidades. Caminamos por un manto verde a la vera del río, entre el ronroneo del agua y el hilo musical de los pájaros, entre bosque de ribera y olivos centenarios de enormes troncos.
El sendero primero, y después camino, transita junto al río Múrtigas.
Chozos tradicionales junto a la ribera del Múrtigas.
Olivos centenarios con troncos de gran diámetro.
Este tramo, desde que acompañamos a contra corriente al río Múrtigas, y hasta llegar al punto álgido de la ruta, el hito que le da nombre, me refiero al “Puente de los Cabriles”, es el tramo más interesante y bonito de la ruta, una gozada caminar por él y más aún en este buen día que tuvimos, en lo que a la climatología se refiere.
El “Puente de los Cabriles”, que da nombre a la ruta, y a la asociación senderista de Encinasola, es “puente centenario sobre el río Múrtigas, artería fluvial de alto valor ecológico dentro del P.N. de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche; originario de los siglos XV-XVI, con una longitud de 68,90 metros se configura con sus cinco vanos y sus tajamares, recibiendo el nombre de “los cabriles” en la atención a la representación de aquellos en forma de cabeza de carneros. La construcción de este puente sirvió para comunicar las poblaciones de Encinasola y La Encomienda. Actualmente, constituye un hito de parada obligada, formando parte de diferentes rutas turísticas, entre ellas el itinerario enlace para la promoción y dinamización turística del Patrimonio Cultural y Natural de la región trasnfronteriza del Bajo Guadiana (Algarve, Alentejo y Andalucía)”.
Cruzamos el puente y al poco comienza la subida que comentó el personal de la organización a la salida de la ruta, y que nos llevará hasta el conocido como “Abrevadero de Acá” (porque también está el “Abrevadero de Allá”), utilizando el “Camino de la Encomienda”, coincidiendo el último tramo con el camino que conduce hacia la Ermita de Roca-Amador, cuyo desvío a nuestra izquierda dejaremos a un lado durante la subida.
Desde la fuente-abrevadero, giramos a la izquierda en dirección al pueblo, a tiro de piedra, por un callejón empedrado desde donde tenemos buenas vistas del pueblo, blanco inmaculado, situado un poco más arriba.
Una vez en el pueblo, todo es cuestión de dejarse llevar por sus calles hasta llegar a la iglesia y a la Plaza Mayor donde está situada, donde hay varios bares-mesones que acogen ya a el personal que ya ha ido llegado y que está dando buena cuenta de unas cervezas mientras hacen tiempo para que llegue todo el mundo y comiencen a servir la “garbanzada” en la mesas portátiles que han colocado por toda la plaza.
Encinasola, vista desde la zona del "Abrevadero de Acá".
Monumentos de interés en Encinasola.
En definitiva, un agradable recorrido en el que por lo que he podido ver durante el trayecto, se han mezclado varios caminos, así al principio utilizamos el GR48, en dirección hacia Barrancos, la vecina localidad portuguesa, para después abandonar este camino, girando a la izquierda y siguiendo por la ribera del Múrtigas hasta el Puente de los Cabriles, donde finalmente se enlaza con un tramo del cordel entre Encinasola y La Encomienda, parte el cual coincide también con el camino hacia la ermita de Roca-Amdaro, como ya he comentado.
En definitiva, una ruta bonita y entretenida en una época en la que la sierra, después de las aguas caídas, está espectacular y el río va cargado de vida, de agua que corre limpia y juguetona, y un buen rollito entre senderistas que se respiró durante toda la jornada, así que sólo queda agradecer a la organización, al club senderista “los cabriles” el trabajo realizado y comentar que da gusto ver como un club de una localidad pequeña es capaz de organizar un evento de este tipo.
Dejo unas imágenes de esta agradable ruta por las cercanías de Encinasola:
Aquí os dejo la presentación de la ruta en el programa local de "Ser Viajeros" de la Sierra de Aracena:
Muy bonita la ruta,tengo pendiente esa parte de la sierra de Aracena.Saludos
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