Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

4 oct 2015

Senderismo: La Rivera del Huéznar, sus cascadas y la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla (San Nicolás del Puerto).

Comenzó el otoño y comienza de nuevo la temporada de rutas senderistas, y ASTOLL comienza con una clásica: "La Rivera del Huéznar", una ruta circular con inicio y fin en San Nicolás del Puerto, en plena Sierra Norte sevillana. Iniciamos el recorrido en el bucólico paraje del nacimiento del Huéznar, donde a pesar de pisar sobre un suelo impermeable, una fractura en el terreno (falla vertical) provocó que aflorara el agua del acuífero hacia la superficie, provocando lo que se denomina una surgencia o fuente, información que puede leerse en uno de las paneles informativos incluidos en la ruta.

Desde este punto iremos caminando por una vereda envueltos por una gran arboleda, zonas frondosas, húmedas y sombrías, junto a las aguas del Huéznar que en sus inicios corren tímidamente. 

Pronto llegamos a una bifurcación, donde se puede elegir seguir por la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla, por donde regresaremos, o por la pista que está más a la izquierda, que es la que seguiremos en el comienzo de la ruta.



Disfrutamos de un recorrido por pistas y caminos, en un día sin sol pero con una temperatura muy agradable para la práctica del senderismo, siempre caminando junto al Huéznar, disfrutando de la belleza del paisaje, del bosque de galería, bosque de ribera, rodeados por las suaves sierras verdes de este P.N. de la Sierra Norte, cubierto de encinas y alcornoques principalmente. 

 [Foto del compañero Manolo Rubiales]

Este tramo inicial es lo que se conoce como Vereda de las Moreras, el cual pasa junto al camping del "Batán de las Monjas", situado en un enclave idílico, aunque lo que no fue tan idílico fue el ver cientos de coches por los alrededos del camping, junto al camino, en lo que era una concentración no sé muy bien de qué, pero donde por desgracia una música electrónica, por decir algo, sonaba a todo trapo, destrozando la armonía reinante, sin hablar de cualquier arbusto junto al camino servía de improvisado báter, una lástima que esto suceda en plena naturaleza, porque tanto ruido y basura debe hacer huir como alma que lleva el diablo a cual pájaro o bicho que estuviera por aquí.

Al dejar atrás el camping, pronto nos vemos en la tesitura de cruzar el río por un vado con la suficiente agua como para no poder sortearlo sin mojarse, así que o te descalzas o pasas a las bravas... cada uno lo mejor que puede.

  [Foto del compañero Manolo Rubiales]

Tras un pequeño reagrupamiento, después de llevar escasos 6 km, nos encontramos con una carretera, justo al cruzar el río, y aquí giramos a la izquierda por asfalto, y después de unos metros volvemos a girar a la izquierda, para cruzar de nuevo el Huéznar por un puente de madera en un bonito enclave de vegetación exuberante y gran frondosidad, para poco después coger el carril de la Vía Verde, por el que cerraremos el círculo, entre grandes encinas y alcornoques.

  [Foto del compañero Manolo Rubiales]

Junto a unas mesas merenderos situadas junto a la vía verde, paramos para un pequeño tentempié y hacernos la típica foto de grupo, para seguir desde aquí en dirección a las "Cascadas del Huéznar", aunque para ello tuvimos que abandonar temporalmente el trazado de la Vía de Verde.

  Recorrido por la Vía Verde y una parada junto a las merenderos para reponer fuerzas.
 

Ya en el paraje en donde se encuentran los pequeños saltos-cascadas de agua, tenemos que volver a cruzar las aguas del río, saltando entre piedras, rodeados de una gran arboleda, de nuevo entre zonas sombrías, húmedas y mucho pedregal, divisando pronto una de las cascadas, con el salto mayor, aunque es justo antes de cruzar el río, situándonos sobre un pequeño promontorio, desde donde se tienen las mejores vistas. Unos metros más adelante se encuentra otra zona con pequeños saltos, en las cercanías del claro donde se encuentra la antigua "Fábrica de la Luz", una antigua central eléctrica que junto con sus obras de ingienería hidráulica, ahora abandonadas, son la imagen, la huella en el paisaje, de lo que en otros tiempos fue toda una revolución, impulsando el proceso de industrialización de Andalucía.



Fotos del compañero Manolo Rubiales. Arriba dejando la vía verde para visitarla zona de las cascadas; en la segunda y tercera foto, el grupo accediendo a las zonas de los saltos o cascadas de agua.

Esta zona de pequeños desniveles que provocan los saltos-cascadas de agua,  es conocida como los "Travertinos del cauce de la Rivera del Hueznar", y según se puede leer en un panel informátivo,  "son debidos a una falla sobre un sustrato rígido, donde el deslizamiento de un bloque sobre otro, provoca la trituración de las rocas de los dos labios de la falla, dando lugar a lo que se denomina brecha o falla, por tanto, los desniveles de altura que dan lugar a las cascadas, son la expresión topográfica de las fallas que la originaron". Pero además, en este paraje también podremos observar el proceso de litificación de algunas raíces de árboles, o dicho de otra manera, las raices de árboles convertidas en roca (la "litificación" de restos vegetales que se transforman en roca de carbón).


Algunos de los saltos de agua del Huéznar...


Terminada esta visita interesante y enriquecedora en todos los sentidos (tanto a nivel de naturaleza, como paisajístico o geológico), regresamos de nuevo a la vía verde después de pasar por un estrecho sendero, con una valla a un lado y arbolea y el río al otro.


Cruando de nuevo el Huéznar tras dejar atrás la "Fábrica de la Luz".

Estrecho sendero para acceder de nuevo a la Vía Verde después de visitar la zona de las cascadas.

Lo que resta es ya un tranquilo paseo siguiendo el trazado de la vía verde, llegando de nuevo a nuestro punto de inicio. 

Una ruta agradable, sencilla, fácil de seguir y bonita e instructiva en todos los aspectos, con el colofón del desvío para la visita de los saltos-cascadas de agua del Huéznar, donde si bien es cierto que la lluvia y el agua es algo que ya van haciendo falta, hay entornos como éste que aún conservan su magia, su encanto, aunque claro, hay mucha diferencia, como siempre, después de verlo en una época de lluvias.

Podéis con más resolución algunas de las fotos que hice en ESTE ENLACE, y aquí el track de la ruta.

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