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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

4 feb 2024

Senderismo Extremadura: Cabeza la Vaca (Badajoz), ruta circular.

Tocaba ruta por la zona de Cabeza la Vaca,  ya conocida por ASTOLL por haber estado allí  en varias ocasiones: desde distintas rutas en la celebración organizada de la “Feria de la Castaña”, a otras en las que se ha ido de forma independiente o incluso haciendo rutas lineales como la que va entre Arroyomolinos de León y Cabeza la Vaca con subida a los Altos de la Buitrera. En esta ocasión íbamos a realizar una ruta circular, de unos 21 kilómetros aproximadamente, que no habíamos realizado antes, aunque sí algunos de sus tramos y es que esta ruta circular lo que hace es precisamente eso, enlazar varios tramos/rutas cortas de la zona.

A grosso modo, el recorrido sería: Cabeza la Vaca – Parque Periurbano de la “Pisá del Caballo”  - Camino que enlaza con la subida a la Buitrera – Collado Garrido (merendero) – Camino de Arroyomolinos de León  – Camino de Cabeza la Vaca – Puerto de la Media Legua – Zona de los cortinales – Camino del Castañar – Camino del Regido – Cabeza la Vaca.

Tras el desayuno en uno de los bares de la plaza del pueblo nos ponemos en marcha, en torno a las 9 de la mañana; en esta ocasión un grupo numeroso, algo más de 40 personas y eso que había que desplazarse en vehículos particulares y había que madrugar algo más con respecto a los horarios habituales de “quedadas”de las rutas de ASTOLL.

La ruta a realizar era circular, de unos 21 km, pero la idea era hacer el recorrido en sentido inverso al track que teníamos que seguir, para evitar terminar con una fuerte subida.

Comenzamos el recorrido callejeando por el pueblo, en subida,  para dar con la salida al camino que desemboca en el parque periurbano y área recreativa al que llaman “la Pisá del Caballo”. 

El nombre del lugar, “la Pisá del Caballo”, obedece a una leyenda en la que se cuenta que: “estando guerreando Santiago contra los musulmanes, su caballo pisó en una roca junto al arroyo de los Linos, brotando de la huella de la herradura un manantial de aguas ferruginosas”… el parque tiene una una superficie de 20.000 m2 en la que se unen tres de los más importantes ecosistemas: vegetación de ribera, dehesa y bosque mediterráneo, en este último crecen encinas y alcornoques, castaños, pino piñonero y pino resinero.

Después de dejar atrás las últimas casas del pueblo no tardamos en iniciar la primera bajada, por un camino a la antigua usanza, estrecho, flanqueado por vetustas paredes de piedra que a su vez delimitan pequeños olivares tradicionales o zonas de encinas y alcornoques, con un firme donde aflora la piedra de forma muy irregular, y aunque hay algo de humedad y la primera parte de la ruta la haremos transitando por la umbría, es una suerte que la piedra esté seca, evitando así algún que otro resbalón en una mañana fresca a primera hora, aunque al terminar nos hizo hasta calor, literalmente, para la época del año en la que estamos.

En una bonita bajada para los que gustan de estos tipos de camino y buscan algo más que caminos y pistas anchas y cómodas, la lástima es que es un trayecto corto, aún así, lo hacemos tranquilamente partiendo que éramos un grupo numeroso y el camino es estrecho.

Ya en el parque periurbano de la “Pisá del Caballo”, donde además del área recreativa hay también una pequeñita presa/charca/laguna con una caseta de observación para aves y un aula de la naturaleza que parece estar cerrada.

En este punto hacemos el primer reagrupamiento y la foto de grupo, antes de cruzar el parque y coger el camino a la derecha, pasando por el “aula de la naturaleza” antes comentada y que quedará a nuestra izquierda,  disponiéndonos a comenzar la primera de las dos subidas más largas que teníamos que afrontar hoy, si bien es cierto que no son subidas pronunciadas, tienen algunos descansos y en general  se hacen llevaderas.

[Foto de grupo cedida por un compañero de ASTOLL].

Comenzamos la subida por camino en buen estado, donde se alternan tramos de tierra con tramos hormigonados que deslucen el atractivo de la ruta desde el punto de vista senderista, así que en esos tramos insulsos de hormigón nos podemos deleitar con las vistas del valle por el que transitamos, en completa umbría a esta hora de la mañana, rodeados de sierras suaves y redondeadas recubiertas de alcornoques principalmente, surcadas por hilos de agua a modo de regatos y arroyos, como el que nos acompañará durante el primer tramo de subida, llevándolo paralelo unas veces a la derecha y otras a la izquierda, es el “Arroyo de los Linos”.

Llega un momento en que el cómodo camino, hormigonado en algunos tramos, desaparece y da paso a una estrecha, retuerta, irregular y bucólica senda por la que caminamos a veces por tierra y a veces por zonas empedradas para evitar el barrizal en épocas de lluvias, rodeado de vegetación, cruzando pequeños regatos y siempre de la mano del “Arroyo de los Linos”, que a veces transita a apenas unos centímetros de la senda y en el que a pesar del exiguo caudal que lleva, sus translúcidas aguas bajan cantarinas pendiente a bajo en su entrechocar con las piedras, amenizando la jornada y poniendo el hilo musical a esta mañana de domingo.

Una gozada de senda, que resulta muy corta  y que concluye cuando vemos un desvío a nuestra izquierda, que obviamos para continuar haciendo un rápido zig-zag en el que a su salida la senda que traíamos se transforma en camino que continua en subida, con algún que otro repecho y donde pronto comenzaremos a ver los primeros rayos de sol bañar el valle y a algunos de los almendros en flor que se encuentran junto al camino.


Unos metros más adelante, dejaremos de nuevo a la izquierda otro desvío por un callejón y continuaremos en línea recta por el cómodo camino hasta llegar a una intersección señalizada, donde a la izquierda es la dirección a seguir para subir al Pico de la Buitrera (unos 1.020 m. de altitud) y al que ya hemos subido en otras ocasiones y es que, a pesar de que este recorrido circular es la primera vez que lo hacemos, sí es verdad que algunos de sus tramos son conocidos de otras rutas que hemos realizado partiendo desde Cabeza la Vaca o entre Arroyomolinos de León y Cabeza la Vaca.

En esta ocasión nuestro objetivo no era subir a la Buitrera, así que tras un nuevo reagrupamiento, porque en la subida cada cual va a su ritmo, nos ponemos de nuevo en marcha. Hasta aquí, poco más de 3 km recorridos.

Ahora y hasta llegar a la carretera que sube al Monasterio de Tentudía, toca un tramo de 2 km por camino cómodo, amplio, en llano o ligera bajada, que nos permite ir más distendidos, charlando tranquilamente por una zona con vistas más amplias, más abiertas.

Un pequeño repecho al final y llegamos al collado Garrido, donde se encuentra un pequeño merendero junto a la carretera (a la derecha a Cabeza la Vaca, a la izquierda hacia el Monasterio de Tentudía). En este punto el grupo se dividirá entre los que van a realizar la ruta corta y los que harán el recorrido completo.

Para los que se deciden por hacer la ruta corta, tienen que seguir unos metros por la carretera, hacia la derecha, en dirección hacia Cabeza la Vaca, hasta llegar al Puerto de la Media Legua, ahí abandonan la carretera para incorporase de nuevo al recorrido marcado con el track, ahorrándose la larga bajada y la no menos larga segunda subida, al final de la cual es donde enlazarían ellos.

Yo me sumé a los que iban a hacer el recorrido completo, siguiendo en línea recta, cruzando la carretera y emprendiendo la larga bajada por cómodo camino, conocida de otras rutas que hemos realizado por la zona, aunque en otras ocasiones ha tocado subirla hasta el merendero para ir en dirección a la Buitrera.

Caminamos entre espléndidos alcornocales y en ocasiones se abre algún claro a nuestra derecha, entre la espesa masa boscosa que permite ver a lo lejos, el conocido por nosotros “Castillo del Cuerno” y a su lado un pueblo que no se muy bien si se trata de Cañaveral de León o de Hinojales (éste último destino de otra de las rutas programadas por ASTOLL esta temporada).

En ocasiones se abre algún claro entre la espesa masa boscosa que permite ver a lo lejos, el conocido por nosotros “Castillo del Cuerno”.

En una curva pronunciada que hace el camino, cuando parece que la bajada ya ha terminado, abandonamos el camino amplio y cómodo para continuar bajando por la derecha, por un camino de piedra, muy irregular, un camino olvidado, casi desaparecido, que acaba desembocando en una senda muy bonita de recorrer, en el fondo del valle, que permanece aún en umbría, acompañado por paredes de piedra a la derecha y el arroyo a la izquierda. Tramo bonito, divertido, entretenido, fuera de los tramos monótonos de andar por andar.

El tramo de bajada acaba llegando a una pequeña y bonita charquita que sirve para que algunos se hagan unas fotos con ella de fondo.

Al dejar atrás la pequeña charca, enlazamos con un ancho carril-pista, que sigue en umbría, con el arroyo a nuestra derecha, el Arroyo del Abismo, aunque hay un momento en que parece que dejamos la pista para continuar un pequeño tramo por lo que parece más bien el cauce de un arroyo seco que un camino en sí, encajonado entre altas paredes de piedra recubiertas de un verde y almohadillado musgo.


Esta zona se encuentra salpicada de ruinas de antiguos molinos y es justo al poco de dejar a la derecha las ruinas de unos de estos molinos, cuando abandonamos este tramo de casi dos kilómetros de pista en ligero descenso, para enseguida coger una estrecha senda que nos conduce en pocos metros hasta al arroyo, cruzándolo y continuando en fuerte repecho por un callejón de paredes y viejas construcciones de piedra, situado entre dos antiguos molinos de cubo, el más cercano y visible el que está a nuestra derecha, mientras que el otro está unos metros más abajo, a nuestra izquierda.



Ruinas de antiguos molinos de cubo que recuerdan a los de Arroyomolinos de Montánchez, aunque en este punto estábamos a tiro de piedra de otro pueblo con el mismo nombre pero con distinto apellido, Arroyomolinos de León.


Ruinas de los antiguos "Molinos de Cubo".

Este corto repecho pronunciado junto a las ruinas de unos de los molinos, enlaza con una pista ancha, cómoda e insípida, es el “Camino de Cabeza la Vaca”, el que comunicaba a este pueblo con Arroyomolinos de León.

Al coger esta pista-carril se puede decir que es cuando comenzamos la segunda y más larga subida del día, aunque también y por desgracia, la más insulsa y aburrida. Tramo de subida por pista ancha de gravilla en algunos tramos y hormigonada en otros, de subida constante, con pocos falsos llanos y como era de esperar y por las horas que iban siendo ya, el sol haciendo acto de presencia, con lo que sube la temperatura coincidiendo con el tramo de más esfuerzo y en un tramo donde no hay muchas zonas de sombra.

Hasta llegar al Puerto de la Media Legua, justo en una curva que hace la carretera y donde enlazaron los que optaron por el recorrido corto, poco que contar, andar por andar, envuelto en zonas de alcornocales, pero es que estos tramos de amplias pistas y carriles aderezados con tramos de hormigón, no me gustan nada, me resultan super-monótonos, aburridos, pero en recorridos tan largos es normal hacer algunos de estos tramos para poder  enlazar las zonas más agraciadas…

En el puerto, giramos a la izquierda, dejando atrás la carretera, y continuando recorrido por un camino más estrecho y algo más atractivo, en ligera bajada que hace que vayamos más reagrupados, charlando tranquilamente, pasando por algunas zonas de castaños y por otras donde a alguien le ha dado por adornar algunos árboles con esqueletos/huesos de animales, no se si simplemente a modo decorativo, o como ‘atrapasueños’ o ‘espanta-espíritus’… a saber… yo ni quito ni pongo, pero sirve para hacer un alto en la caminata y que algunos hagan algunas fotos.

[Foto cedida por un compañero de ASTOLL].

Este tramo ameno acaba en un cruce de cuatro caminos, en la intersección con una ancha y aburrida pista, donde se encuentra un pequeño mirador con una plataforma de piedra circular con un panel informativo donde se hace referencia al castañar. En este punto es donde algunos tiraron por la pista hacia la derecha, los que estaban más cansados, directos al pueblo; otros tiraron por ella a la izquierda, siguiendo el recorrido marcado por el track, en subida, por la aburrida pista por la que pegaba el sol, al menos durante el primer kilómetro, después un tramo entretenido de senda entre zona boscosa antes de enlazar con el Camino del Regido que ya los llevará al pueblo; y otros, entre los que me encontraba, seguimos rectos, cruzando la pista y dejando atrás el mirador para introducirnos por el Camino del Castañar, con lo que nos ahorraríamos un par de kilómetros, aunque el motivo no fue éste sino el de evitar la insulsa pista.

Camino bonito, sombreado, rodeado de arboleda, sobre todo alcornoques y castaños, estos últimos con sus troncos y ramas desnudos, desprovistos de su típico y colorido manto otoñal, de firme irregular, envuelto entre antiguas paredes de piedra elaboradas con la técnica de la “piedra seca”, y ahí están, aún perduran.

El viejo Camino del Castañar es ya conocido por alguno de nosotros, de ahí que optáramos por hacer éste en lugar de dar el rodeo de unos dos kilómetros marcado por el track. Este camino desemboca en el Camino del Regido por donde vendrán los que siguieron el track completo, con lo que un poco más tarde tendrán que acabar pasando también por este punto.

A partir de aquí, continuamos ya por este Camino del Regido, más cómodo, con mejor huella, para tras un último repecho incorporarnos a la pista por la que deberían haber pasado ya los que en la intersección de caminos del mirador del Castañar, optaron por ir directos al pueblo.

Los últimos 800 metros de pista hasta llegar a las primeras casas del pueblo y a las escuelas, resultan monótonos  y aburridos, con temperaturas rozando los 20 grados en este comienzo del mes de febrero.

Ya en el pueblo, toca callejar por sus calles para llegar al punto de partida, a la plaza, donde terminaríamos la jornada con una cervezas acompañadas de las típicas viandas, entre las que no podían faltar el queso, el chorizo, el salchichón o la patatera…. ¡todo bajo en colesterol!…

En definitiva, una ruta bastante entretenida, con alternancias en el recorrido y en el entorno, con subidas y bajadas, con tramos de caminos, sendas, pistas, zonas de sierra de alcornocales, zonas de castañares, olivares en las cercanías de los pueblos, arroyos y ruinas de antiguos molinos… pero también un recorrido con algunas sombras, como puede ser normal en un recorrido largo de más de 20 km y para mi particularmente, lo peor sin duda, los pequeños tramos de camino hormigonado y la segunda larga subida, toda por pista amplia de gravilla o de hormigón en sus inicios, por lo demás una ruta muy entretenida, con tramos no muy largos y diferentes que hacen que no se caiga en la monotonía de andar por andar, además, esta ruta en otoño, con el típico colorido de tonos ocres de los castaños puede darle un plus.

El track de la ruta que seguimos, aunque en sentido contrario, es el que podéis consultar en ESTE ENLACE.

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