Las ruinas de la antigua ciudad de Lacimurga se encuentran en el "Cerro del Cogolludo", entre los términos municipales de Navalvillar de Pela y Puebla de Alcocer (Badajoz), en la orilla derecha del río Guadiana, encontrándes a sus pies el célebre "Puente de Cogolludo", sobre todo entre los amantes del mundo de la pesca. Parece ser que fueron descubiertas a mediados del siglo XIX, pero no fue hasta los años 90 del pasado siglo, cuando este yacimiento arqueológcio fue excavado, encontrándose vestigios que abarcan desde la época prerromana (aparecieron joyas orientalizantes datadas en los siglos VI-V a.C) hasta el medievo, con predominio de las construcciones datadas bajo la dominación romana de la Península Ibérica.
Diferentes vistas del estrechamiento natural en el embalse de Orellana donde se levanta el Puente de Cogolludo. Las dos de arribas desde el mismo sito, pero la de abajo es al atardecer, de ahí el color rojizo. El peñón que se observa en algunas de las fotos, a la izquierda del puente, es donde se asienta parte de lo que fuera la antigua ciudad romana de Lacimurga.
El oppidum prerromano dio paso a una ciudad romana convertida en municipio, reaprovechando el antiguo asentamiento desde el que se dominaba uno de los vados del Guadiana, un paso natural muy importante para poner en contacto Andalucía con la Meseta, erigiéndose Lacimurga como la ciudad desde la cual controlar una extensa zona rural donde destacaban las villas romanas de La Sevillana y Doña María, muy próximas a esta ciudad. Este enclave por tanto, parece corresponderse con la ciudad de Lacimurga Constantia Iulia, datada por Plinio "el Viejo", en su obra "Naturalis Historia".
Vistas del túnel horadado sobre el peñón a través del cual se accede al puente; por encima del peñón, en una especie de altiplano, es donde se asientan los restos de la antigua Lacimurga.
El Puente de Cogolludo, con el que se salva el estrechamiento natural sobre el embalse, antiguo vado natural y único punto de paso del embalse de Orellana desde su arranque por debajo del embalse de García de Sola hasta su presa ya cerca de Orellana La Vieja.
Es tal la importancia estratégica de este enclave que siglos después volvió a ser utilizado durante la Guerra Civil española para controlar este paso natural, siendo ocupado por el ejército franquista, quien lo protegió fuértemente, creando un citurón o anillo defensivo que rodeaba el "Cerro de Cogolludo" a base de trincheras, pozos de tirador o nidos de ametralladoras (podéis ver más sobre este tema en ESTA ENTRADA de este mismo blog).
Las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo a partir del año 1992 pusieron al descubierto en la zona más meridional del cerro, cuatro sectores diferenciados:
Sector I: Éste es el sector sur, que domina la zona más encajonada por donde pasaba el río Guadiana (la zona donde actualmente se encuentra el "Puente de Cogolludo"). Se trata de una constucción correspondiente a los vestigios romanos más antiguos y que parece corresponderse con un edificio público, de carácter monumental, que podría fecharse entre los s.II-I a.C. Para su construcción se aprovechó una plataforma natural del terreno rodeándose de un fuerte amurallamiento.
Sector II: Se trata del sector oriental, con una extensa superficie con edificios de gran alzado y que podrían ser utilizados como espacios para el almacén y la vivienda:
Sector III: Este es el sector noroccidental, donde se encontraron estructuras realizadas con grades bloques de granito que podrían estar relacionadas con un espacio público, además de un gran depósito de agua de 28x16 metros. En las inmediaciones del propio risco multitud de bancales y muros de aterrazamiento de mampostería, aún por excavar, podrían señalar la presencia de viviendas y sistemas de defensa prerromanos en la parte más elevada del yacimiento.
Sector IV: Este es el sector occidental donde se encuentran los restos más destacados o más importantes, sin duda el "buque insignia" de este yacimiento. Aquí es donde se hallan una serie de estructuras ligadas a un edificio con funciones termales cuya datación estaría comprendida entre los s. I a.C. y I d.C. Puede tratarse de una vivienda con baños o bien un edificio de termas públicas, elevado sobre mampostería, sillares graníticos y ladrillo, y donde destacan el pequeño caldarium, el tepidarium rodeado de banco corrido y el frigidarium o gran piscina para el agua fría.
En las fotos de arriba, vistas desde ángulos distintos de los restos del edificio con termas.
El "caldarium", con pequeña bañera para el disfrute del agua caliente.
El "caldarium" en primer plano, al que le sigue el "frigidarium" y a la derecha casi oculto por el árbol, el "tepidarium".
El "tepidarium" o habitación templada, con banco corrido junto a sus muros.
El "frigidarium", destinada al baño con agua fría.
El problema de estos restos arqueológicos, a fecha en que escribo esta entrada del blog, es que se encuentran en un estado de abandono, rodeados de maleza y vegetación, sin ningún tipo de soporte o techumbre que los consolide y proteja de las inclemencias meteorológicas que poco a poco las van desgastando, deteriorando... de poco sirve el esfuerzo económico y el de investigación y puesta en valor de esta zona para dar a conocer los vestigios de esta antigua ciudad romana, si no se consolida y si además se la deja relegada al abandono... y todo esto por no hablar del tema del expolio... ¡una lástima!... (me viene a la cabeza otro ejemplo parecido, como es el caso las "Termas de la Nava", en Cabeza del Buey).
Es precisamente este lamentable estado de abandono el que ha hecho que la ciudad antigua de Lacimurga haya sido incluida dentro de la Lista Roja del Patrimonio, elaborada por la asociación Hispania Nostra en defensa del patrimonio cultural, así como natural, de nuestro país, como podéis leer en ESTE ENLACE.
Otras fotos de este yacimiento arqueológico...
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NOTA IMPORTANTE: La visita libre al yacimiento arqueológico de Lacimurga NO ESTÄ PERMITIDA y así nos lo indica un cartel que se encuentra en el acceso principal, en la zona vallada que se encuentra antes de llegar al túnel horadado en el peñón. En caso de aventurarnos a realizar la visita, la valla-alambrada no es ningún impedimento porque la verdad no sirve de mucho, incluso se puede acceder también como ya he comentado, por una senda empinada, libre de vallas y cancelas, que sale a la izquierda una vez pasado el túnel. En cualquier caso, si se decide hacer la visita, deberemos comportarnos respetuosamente con el entorno en sí y con este enclave arqueológico, evitando destrozos absurdos, por mínimos que sean y no arrojar ningún tipo de basura.
En la entrada al túnel desde el puente, se puede ver a la derecha una empinada senda por la que se puede subir para visitar los restos de la antigua ciudad romana de Lacimurga (laotra opción es por la puerta de la zona vallada) y también, al anillo de trincheras y pozos de tirador construidos durante la guerra civil por el ejército franquista, rodeando el Cerro Cogolludo.
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Los textos que aparecen en esta entrada están extraídos de las siguientes FUENTES CONSULTADAS:
1. Panel informativo situado a la entrada del recinto (se encuentra algo deteriorado por los agentes meteorológicos y por el vanalismo en forma de pintadas).
2. Blog: "Extremadura, Caminos de Cultura".
3. Lista Roja del Patrimonio, elaborada por la asociación Hispania Nostra.
4. "La ciudad antigua de Lacimurga Constantia lulia y su entorno rural". Autores: Antonio Aguilar Sáenz, Pascal Guichard. Editorial: Diputación Provincial de Badajoz. Departamento de Publicaciones., 1995.
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