Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

31 oct 2022

El Convento del Palancar (Pedroso de Acim, Cáceres), fundado por San Pedro de Alcántara en el s.XVI.

De camino a Plasencia para ver la exposición de las Edades del Hombre,hicimos un desvío entre Cáceres y Plasencia para visitar el "Convento Franscicano de la Purísima Concepción", conocido popularmente como el "convento del Palancar". Fue una recomendación y sin duda, una sorpresa gratificante e inexperada y sinceramente no tenía ni idea de su existencia... ¡cuántas cosas desconocemos de esta tierra nuestra... y de todo en general!... pero bueno, la inquietud por saber y conocer hacen que poco a poco uno vaya descubriendo cosas nuevas...

En lugar apartado, en medio de la nada, en el término de Pedroso de Acim (Cáceres), se encuentra enclavado este convento, al que hasta hace poco solo se podía subir por un camino-pista de tierra y ahora una carretera asfaltada llega hasta él facilitando su visita.

 El convento visto desde fuera, no da la impresión de que sea tan pequeño. En el centro la puerta de acceso a la iglesia.
 
A la derecha, la puerta da acceso a la iglesia. A la izquierda la puerta por la que se accede al inerior para las visiitas.

Llegamos un poco antes del inicio del primer turno de visitas, así que tuvimos tiempo para merodear por sus alrededores y por su jardín donde se respira paz y tranquilidad, como suele ser habitual en estos entornos aislados donde se enclavan conventos y monasterios y al estar dispuesto a modo de terraza en la ladera de la sierra, desde allí se tienen unas espléndidas y vastas vistas hacia el norte. Pero quizás, lo que llama la atención una vez que bajamos de los coches, es que aquello no parece tan pequeño y es que si por algo es peculiar el convento del Palancar es porque posiblemente sea el más pequeño o uno de los más pequeños construidos por la iglesia en todo el mundo... pero como digo, así de primeras, sin conocer más de su historia, viéndolo desde fuera, parece que hay algo que no encaja, que aquello no parece tan pequeño y que a lo mejor esa etiqueta es un reclamo, por si no fuera ya suficiente reclamo el ser uno de los cinco conventos y el único que aún queda pie, de los que fundara San Pedro de Álcantara, patrón de Extremadura y lugar donde vivió los cinco últimos años de su vida.



Comenzamos la visita accediendo a la iglesia, cuyas proporciones no nos hacen pensar precisamente en algo minimalista, pero en seguida el fraile encargado de las visitas y uno de los cuatro que creo son los que actualmente se encuentran en este convento, nos saca de dudas, aunque antes nos habla de su fundador, San Pedro de Alcántara.

En el interior de la iglesia, se encuenta este talla del crucificado del s. XVII procedente del Convento de San Buenaventura de Sevilla.

La explicación a todo lo que habíamos visto desde fuera, tanto la fachada desde la que se accede a la iglesia como todo lo que vimos al pasear por el jardín, es que no es el convento original que fundó San Pedro de Alcántara en el siglo XVI (año 1.557) sino que se trata de una ampliación posterior, del siglo XVIII (año 1.762) y la iglesia donde tenemos la primera charla y donde se celebran las misas, también es posterior, del s.XVIII pero anterior a la ampliación del convento (año 1.710). Toda esta ampliación fue debida al auge creciente de peregrinos que hizo que se tuviera que agrandar el convento original, al que llaman de forma cariñosa el "Conventito" (S.XVI).

Tras la primera charla en la iglesia cruzamos una puerta que nos conduce, por un pasillo con bóvedas de ladrillo y soportadas por columnas, al claustro del convento actual, resultado de la ampliación, aunque antes de llegar a él, a nuestra izquierda hay un pequeño patio lleno de macetas y otro pequeño pasillo cubieto también de bóvedas de ladrillo y con dos arcos sonstenidos por sendas columnas que lo abren hacia el pequeño patio; este corto pasillo finaliza en unos peldaños que terminan en una muy estrecha puerta,  que es la puerta por la que se accedia al convento original, el del s. XVI fundado por San Pedro de Alcántara.

Pasillo que conduce al claustro actual del convento.


Pequeño patio y pasillo cubierto de bóveda de ladrillos abierto al patio a través de dos arcos sostennidos por columnas de granito.

"El claustro más actual tiene su patio central con suelo de granito que se adorna alternando cantos rodados y está sostenido por ocho columnas graníticas y una galería con bóvedas de arista".



Volvemos hacia atrás para acceder por la estrecha puerta antes comentada al "Conventito" (el orgininal del s.XVI), denominado así porque tan solo tiene una extensión de 72 metros cuadrados de planta, pero a pesar de su reducido tamaño tenía todo lo que cualquier convento de tamaño normal solía tener: portería, claustro alto y bajo, celdas para los frailes, capilla, aljibe, cocina, refectorio, despensa, enfermería, ropería... pero no hay nada de refinado, de motivos decorativos, todo en él es sencilllez, austeridad extrema, pobreza. Pasillos estrechos y puertas aún más estrechas para acceder a las celdas.


Las celdas de los frailes son minimalistas, con camas formadas por tablones de madera que levantan unos centímetros del suelo para evitar la humedad y un taburete de corcho como único mobiliario... y eso la de los frailes, porque la celda de San Pedro de Alcántara aun es más austera por decir algo, poco más de un metro cuadrado, en lo que es el hueco de la escalera que sube al claustro alto, imposible dormir tumbado o estar de pie, por lo que San Pedro dormía siempre sentado y con la cabeza apoyada en un maderillo hincado en la pared, a la altura de los hombros... pero es que además era una persona de 1,90 m. de estatura, por lo que prácticmente tendría que hacer ejercicios de contorsionismo para poder entrar/salir en esa celda... y lo de celda por decir algo.... ¡normal que se dijera que durmiera tan poco!... lo que me estraña es que no hubiera muerto más joven, descansando tan mal y comiendo tan poco, hasta el punto que se decía de sus manos huesudas y sus venas muy marcadas que bien parecian  las raíces de un árbol, e incluso la propia Santa Teresa de Jesús, de la que fue coetáneo y al que visitó en alguna ocasión en este convento, se asombraba de cómo vivía y cómo podía dormir en aquel habitáculo... 

Celda de San Pedro de Alcántara, con el poyete de cantería donde dormía sentado con la cabeza apoyada sobre el maderillo que aparece hincado en la pared.

San Pedro de Alcántara llevó a cabo la reforma de los franciscanos en España y ayudó a Santa Teresa, de la que fue consejero, a realizar la reforma del Carmelo.

Como he comentado antes, nada más atravesar la puerta de acceso a este "Conventito" uno comprueba que la pobreza y austerirdad que promulgaba San Pedro en sus ordenanzas eran practicadas con el ejemplo diario, tanto en el vivir dia a dia como en las cosas que le rodeaban: paredes y canterías sin refinar, labradas tóscamente, columnas y barandas de madera en el claustro alto en bruto, sin lijar, sin ningún tipo de adornos, y es que San Pedro de Alcántara disponía que "ninguna pared de las casas sean de cantería labradas y toda madera sea tosca y no labrada a cepillo paa que en nuestas casas resplandezca toda pobreza y aspereza"... y así lo único que difiere algo en este convento minimalista, en cuanto a decoración  es la capilla, pero claro, es que la capilla actual no tiene nada que ver con la capilla original que construyó el santo, donde según dicen fue lo primero que construyó y sólo daba cobijo al santo y al único fraile que le acompañaba en los comienzos del “Conventito” (posteriormente creo que llegaron a ser nueve hermanos).

La capilla actual que vemos es fruto de una reforma del s.XVII, donde parte de la portería actual, que en los orígenes del conventito tenía otro uso, se anexionó a la capilla, de forma que actualmente ésta tiene un tamaño de poco más de 6 metros cuadrados y está adornada con una decoración hecha a base de mosaico de vidrio para evitar que la humedad lo deteriorase con el paso de los años, aunque en un principio se pensó en hacerla al fresco; en dicha decoración se hace alusión además de a San Pedro de Alcántara, a Francisco de Borja y a Santa Teresa de Jesús, con los que tuvo bastante relación y que también visitaron en algún momento de sus vidas este "Conventito".


Detalles de la capilla, con una decoración donada en 1962 por Magadalena Lerroux, esposa del escultor de Hervás (Cáceres) Enrique Pérez Comendador, donde se conmemora el IV centenario de la muerte del Santo.

Esta decocarión es mucho más actual, ya que fue donada en 1962 por Magadalena Lerroux, esposa del escultor de Hervás (Cáceres) Enrique Pérez Comendador, donde se conmemora el IV centenario de la muerte del Santo.


En la foto de arriba, San Pedro de Alcántara junto a Francisco de Borja. En la foto de abajo, Santa Teresa de Jesús.

Tras cruzar la portería lo primero que encontramos es el claustro minimalista, desde donde se distribuyen el resto de dependencias (cocina, aljibe, refectorio, capilla, la celda del hermano portero, la celda del santo en el interior del hueco de la escalera...) excepto las celdas de los frailes y la enfermería, que se encontraban en la parte alta del claustro, el cual se sustenta con cuatro columnas y sus correspondientes vigas de madera, sin labrar.


 
En la foto de arriba, el claustro alto, con las celdas de los frailes y la enfermería. En las dos fotos de abajo, parte del claustro bajo, con los accesos a la celda del hermano portero y la puerta por la que se accede a la capilla.

El claustro es un cuadrado de unos 9 metros cuadrados, aunque el patio donde se recoge el agua de lluvia que posteriormente irá al aljjibe situado entre la cocina y a celda del santo, es de un metro cuadrado aproximadamente... todo super-mega-reducido...

Al tener un espacio tan reducido, el refectorio que quizás sea la estancia más "amplia", actuaba también como sala capitular y en ella se reunían para organizar la vida del convento. "No existían mesas y los frailes hacían de este comedor un lugar de penitencia, de forma que comían arrodillados, aunque en los días de fiesta comían sentados colocando las escudillas sobre sus rodillas". Cómo único mobiliario están dos asientos corridos de manposteríaen en los laterales.

Al fondo de esta sala, en uno de sus laterales, una puerta da acceso a la despensa o trastero que "se utilizaba para guardar el ajuar del comedor y la cocina, así como los escasos alimentos que existían en el convento".

Despensa

La relevancia de San Pedro de Alcántara fue tal que "acudieron a él reyes, obispos y grandes. Carlos V y su hija Juana le solicitaron como confesor, negándose a ello por humildad y por desagradarle el género de vida consiguiente. Los reyes de Portugal fueron muy devotos suyos y le ayudaron muchas veces en sus trabajos".

El "Conventito" comenzó a construirse sobre un terreno que tenía el señor Rodrigo de Chaves sitiaudo en el lugar «que se dice del Berrocal a la Fuente del Palancar». Es precisamente esta fuente la que da nombre posteriormete a la zona y al Convento. En este terreno Rodrigo de Chaves tenía una pequeña casita y una huerta y en 1557 lo donó todo a "Fray Pedro de Alcántara" en agradecimiento a sus consejos espirituales. Fue sobre la casita que había edificada donde comenzó a construirse el "Conventito", según reza en la placa situada en la puerta por donde se accede a las visitas.

Dejo a continuación un pequeño vídeo, de unos 3 minutos, de lo que este convento en miniatura. Disculpas por anticipado por la calidad de la imagen pero es que la luz en el interior es muy pobre, de acorde al resto del conventito...

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