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" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

3 jul 2021

Patrimonio en Ruinas: La ermita de San Jorge (Dehesa de Las Seguras-Mogollones, Cáceres).

La conocida como ermita de San Jorge es un edificio extraurbano situado en la Dehesa de Los Segura-Mogollones, a unos 300 m. de la atalaya o torre medieval de Los Mogollones y a unos 12 km de Cáceres capital.

Al fondo la torre medieval de Los Mogollones, a la izquierda parte de la estructura de la ermita de San Jorge, precido por la charca-abrevadero cuyas aguas se adentran en el interior de la ermita y llegan hasta la altura del coro en épocas de lluvias.
 
Torre medieval de Los Mogollones.
 
 
 
Dos fotos tomadas en diferentes épocas, en una de ellas se puede ver la Ermita de San Jorge anegada hasta la mitad de su altura, precedida por un charca-abrevadero, en la otra en cambio, sin nada de agua después de un período de sequía.

[Los textos que aparecen a continuación en relación a la descripción de la ermita de San Jorge, están extraidos de la publicación: "Informe histórico-artístico y descriptivo sobre el estado actual de la ermita de San Jorge (Dehesa de Las Seguras-Mogollones, Cáceres)", elaborado por José Julio García Arranz, profesor Titular del Dpto. de Arte y Ciencias del Territorio, Universidad de Extremadura].

El conjunto arquitectónico consta esencialmente de un amplio espacio diáfano de planta rectangular o nave principal (zona “A en el croquis de la planta del edificio), que en el interior mide unos 9’10 m. de longitud por 5’50 m. de anchura; la altura interna alcanza, desde el nivel de suelo actual hasta la cubierta, los 4’10 m. Es una nave semisubterránea, de modo que sólo la mitad superior de la misma sobresale sobre el nivel superficial del terreno circundante.

Croquis de la planta de la ermita de San Jorge: A - Nave principal; B - Coro; C - Nartex y D - Capilla.

Los muros laterales de la nave son de sillarejo en la mitad inferior, situada bajo el nivel del suelo y mampostería y ladrillo en el nivel más elevado, con refuerzo de sillares en esquinas, soportes, arcos y vanos, manteniendo aún el revestimiento de cal en diversas zonas altas y de la cubierta, donde la humedad no ha actuado con tanta intensidad. Sobre este espacio voltean cuatro grandes arcos diafragma de medio punto, de cantería granítica bien labrada, que sustentan una cubierta plana formada por grandes losas graníticas monolíticas que se extienden de arco a arco. Estos arcos arrancan directamente de los muros laterales de sillarejo (cuyas piedras irregulares, que presentan un tamaño decreciente conforme ascendemos, se instalan sobre la roca madre de pizarras, constituyendo la cimentación de toda la nave) en el que se embuten sus primeras dovelas. Esta estructura se refuerza lateralmente, en la parte del edificio que sobresale sobre el terreno, mediante anchos contrafuertes laterales de mampostería y sillares graníticos en el borde exterior, a modo de prolongaciones exteriores de los cuatro arcos indicados.




Sobre este espacio voltean cuatro grandes arcos diafragma de medio punto, de cantería granítica bien labrada, que sustentan una cubierta plana formada por grandes losas graníticas monolíticas que se extienden de arco a arco.


En estas dos últimas fotos se ven como "los arcos arrancan directamente de los muros laterales de sillarejo, cuyas piedras irregulares, que presentan un tamaño decreciente conforme ascendemos, se instalan sobre la roca madre de pizarras, constituyendo la cimentación de toda la nave en el que se embuten sus primeras dovelas".

Esta nave permanece también abierta al exterior, en la actualidad, a través de los huecos existentes entre los contrafuertes en el nivel superior de la misma que sobresale sobre el terreno (quedan algunos restos de muros que posiblemente cerraban originalmente estas aberturas), a excepción de la crujía situada más al norte, cerrada hasta el techo con muros de mampostería que protegen la zona del coro alto, y sirven de soporte a sus pinturas murales.


En la actualidad la nave permanece abierta al exterior a través de los huecos existentes entre los contrafuertes en el nivel superior de la misma que sobresale sobre el terreno...

En el extremo norte se eleva una especie de coro (zona “B en el croquis de la planta del edificio), formado por dos arcos escarzanos de cantería que descansan sobre pilares pétreos de sección rectangular (en el momento de mi visita estaban anegados, con lo que no pude verlos), sustentando una decena de losas monolíticas, también de granito, que conforman el solado del coro superior. Los huecos intermedios entre las piezas de cantería se rellenan con ladrillo. En el extremo contrario, el sur, la nave se encuentra totalmente abierta al exterior, como si estuviera inconclusa, actuando como límite de la misma el cuarto arco fajón, que conforma una gran abertura que hoy constituye el único acceso posible a la parte inferior de este espacio. A pesar de que quedan restos del arranque de un muro en el lado izquierdo del actual frente del edificio, este arco parece constituir parte de la fachada original de esta construcción, que probablemente, dada su amplitud, permanecería abierta en esta zona (al menos, no quedan vestigios de cerramiento en esta parte del edificio).

Al coro alto se accedía originalmente desde tres puertas, dos de ellas (que daban al exterior en el extremo occidental y el muro norte) se encuentran semitapiadas en la actualidad, y convertidas en “ventanas”; el tercer acceso se abre en el extremo oriental, comunicando con una especie de nártex (atrio o distribuidor) de planta rectangular, al que a continuación nos referiremos.

Acceso al coro alto desde el nártex y como se puede ver su enlosado está completamente anegado.

Pinturas murales en el muro norte de la parte alta del coro. En la parte inferior se puede ver el agua y las marcas de hasta donde había llegado este año...
 

Foto tomada desde la ventana del muro norte del coro alto, donde como se puede ver, el interior de la nave está completamente anegado, como si de una laguna se tratara. al fondo se puede ver parcialmente levantarse la tore de los Mogollones.
 
Foto tomada desde el interior, desde la parte baja del coro, en otra época totalmente distinta, después de una sequía persistente, donde se puede ver la diferencia con respecto a la foto anterior donde está totalmente anegada de agua.

En la cubierta de la nave, entre los dos arcos diafragma centrales, existe una abertura de forma rectangular, sobre la que se dispuso una pieza labrada monolítica, de granito, que aún permanece in situ, formada en un extremo por una pequeña pila rectangular que se prolonga por medio de un canalillo que llega justo hasta el arco diafragma exterior, donde, enrasando con la posible fachada meridional del edificio, adquiere la forma de caño de forma semicónica. Se trata de un elemento clave para poder interpretar correctamente la naturaleza de esta construcción: es evidente que esta pieza está vinculada a una probable función de extracción de agua de la nave descrita, y sería el elemento superviviente de un mecanismo –probablemente una pequeña noria– destinado a elevar el agua del depósito inferior, y trasladarla hasta el frente del edificio, donde sería vertida sobre los recipientes adecuados, probablemente transportados en carros. Por tanto, como ya apuntó Juan Rosco Madruga, nos encontramos, en esencia, ante un colector de agua, con posibles tomas del arroyo que discurre justo a su lado.


A este espacio o nave principal se adosan en el ángulo nororiental dos pequeñas estancias, a las que vamos a denominar “nártex” (zona “C en el croquis de la planta del edificio) y “capilla” (zona “Ddel mismo croquis). El nártex, habitación de planta rectangular que funciona a modo de distribuidor, permitiendo simultáneamente el acceso a la capilla y al coro alto de la nave; es una pequeña cámara de planta cuadrangular que en origen tenía una cubierta con bóveda de aristas (en marzo de 2021, tanto la bóveda como el lado norte, que tenía una pequeña ventana cuadrangular de perfil abocinado y el lado este del nártex, estaban ya completamente derruidos). Este nártex o distribuidor presenta tres puertas: una que estaría abierta al exterior (actualmente este lado como he comentado antes está completamente derruido) y otras dos que comunican con los dos lugares indicados (capilla y coro).

En primer plano estaría la estructura cuadrangular que constituiría el nártex o distribuidor, del que como se puede ver, tiene la cúpula que lo cubría y dos de sus ladaos completamente derrumbados, quedando solo visibles los lados que contienen las puertas con las que se accede a la capilla (la puerta de la izquierda) y al coro alto (la puerta de la derecha).

La capilla es otro espacio de planta cuadrangular, y de dimensiones aún más reducidas que el nártex, cubierta con cúpula semiesférica sobre pechinas que se manifiesta igualmente al exterior. El único acceso actualmente es el que comunica con el nártex. En la base del muro oeste de esta capilla se observa una especie de nicho horizontal de fábrica, actualmente vacío, que, a juzgar por su forma, disposición y la iconografía de su entorno inmediato, probablemente cobijó una pequeña imagen escultórica de un Cristo yacente. La fábrica de ambas estancias es de mampostería para los muros y ladrillo para las cubiertas, todo ello revestido con una capa de cal como soporte de las pinturas murales.


Vista exterior de la zona donde se encuentra la pequeña capilla de esta ermita.

Además de esta singular arquitectura, uno de los aspectos más llamativos y valorables de este edificio son las pinturas murales que recubren los muros y cubiertas de algunos de los espacios descritos: la capilla, el nártex y el coro alto, aunque, a juzgar por los restos que persisten, también se decoraban con frescos las superficies frontales de los arcos diafragma, y la techumbre de losas de piedra de la nave principal.

Coloreadas, las tres estancias decoradas con pinturas murales: A - coro alto; B - nártex y C - capilla
 
Al fondo, en la parte norte, se puede ver el añadido para el coro, donde en la parte alta de éste se encunetran sobre el muro, pinturas que representan escenas del Antiguo Testatemento.

La presencia de estas interesantes pinturas al fresco, de temática sacra, conservadas en algunos de sus muros y estancias y fechadas en el s. XVI, ha llevado a la consideración generalizada de que se trata de un edificio de carácter religioso, siendo la teoría más plausible que se tratara de una ermita de uso privado al servicio de los señores de la finca en la que se ubica (lo que explicaría la proximidad de la torre señorial), sin embargo, presenta diversos aspectos y detalles muy llamativos que entran en colisión con estas posibles funcionalidades religiosas, apuntando al menos en su origen  a un uso diferente, aunque posteriormente el edificio fuera reconfigurado como lugar de culto, incorporándose las mencionadas pinturas murales.

El hecho de que se trate de una construcción semisubterránea, con aproximadamente la mitad del alzado de la nave o espacio principal del edificio situándose por debajo del nivel del suelo de su entorno inmediato, hace que resulte muy extraña para una construcción convencional de carácter religioso, exceptuando las criptas abiertas en el subsuelo de algunos templos cristianos. Por otro lado, su morfología y contexto apuntan a que que se trata más bien de una construcción vinculada a la gestión del agua, ya que tenemos a escasos metros del edificio el cauce de un arroyo estacional y  en la esquina nororiental del edificio hay restos de una possible conducción de cantería que lo comunicaba con dicho cauce, además, en la cubierta de la nave, entre los dos arcos centrales, existe una abertura de forma rectangular sobre la que se dispuso una pieza labrada monolítica, de granito, que aún permanece allí, formada en un extremo por una pequeña pila rectangular, que se prolonga por medio de un canalillo que llega justo hasta el arco diafragma exterior, donde enrasando con la posible fachada meridional del edificio adquiere la forma de caño de forma semicónica, lo que nos lleva a pensar sobre el origen de este edificio, ya que estos restos parecen estar vinculados con la extraccion del agua del interior de la nave donde se recolectaría y con el mecanismo situado en su parte superior (quizás una pequeña noria) la trasladarían hasta el frente del edificio, donde sería vertida sobre los recipientes adecuados, probablemente transportados en carros. Por otro lado, la orientación del edificio: SW-NE,  nada tiene que ver con la indicada para los santuarios cristianos.


Fotos tomadas en diferentes épocas, de ahí que unas se vea la ermita prácticamente anegada y en otras sin nada de agua.

De todo esto se puede sacar como conclusión que el edificio fue inicialmente concebido como colector o depósito de agua, que la captaría del arroyo próximo en momentos de afluencia, a través de una canalización de la que actualmente sólo quedarían visibles algunos sillares en el ángulo nororiental de la construcción, a los que se superpuso posteriormente el muro de mampostería del nártex, con lo que la canalización quedó interrumpida (y además, muy probablemente, desmontada en ese momento). El agua de este depósito se extraería desde la abertura en la cubierta superior a través un mecanismo tipo noria, y se conduciría por la pila-conducto que persiste sobre el techo hasta la fachada del edificio, donde sería vertida en los recipientes para su posterior transporte.

Tiempo después, se decidiría transformar este edificio de carácter funcional en otro de culto. Para ello se añaden dos nuevas estancias en el ángulo nororiental de la anterior construcción –el nártex y la capilla–, así como el coro que se eleva en el extremo norte de la nave, decorándose estos nuevos añadidos con los frescos pintados en todas su paredes, pasando a utilizarse o convertirse el edificio original y funcional, en una ermita o santuario al servicio de los señores del lugar, o del campesinado del entorno vinculado a este señorío.

En rojo, alguno de los añadidos que se realizaron en este edificio de carácter funcional, como recolector de agua,  en otro de culto. En este caso aparecen los añadidos de los muros para el lado norte del nártex, para la capilla y el acceso al coro, que aunque no aparece en rojo, también sería uno de los añadidos.
 
En la parte norte, se puede ver el añadido para el coro, donde en la parte alta de éste se encunetran sobre el muro, pinturas que representan escenas del Antiguo Testatemento.
 

La calidad constructiva de los añadidos para convertir el edifio original en ermita (como el nártex y la capilla) son manifiestamente inferiores a la del resto de la edificación (parecen haber sido levantados de manera precipitada, con materiales de acarreo), algo que queda patente en las grandes fracturas verticales que se abrieron  en  la zona de unión entre los muros añadidos y los contrafuertes de la fábrica inicial, que acabaron provocando el derrumbre del muro norte del nártex así como de la zona de entrada y la bóveda de éste.

Lo más seguro es que la construcción en origen de este edificio, como colector de agua, estuviera vinculada a la Torre de los Mogollones, posiblemene en las primeras décadas del XVI, y que el la torre fuera constrida por Diego García de Ulloa, “el Rico”, a finales del s. XV como dote del matrimonio de su hija Isabel Álvarez de Ulloa, ya que el blasón que timbra la puerta del torreón lleva las armas de los Ulloa, así que tanto la tipología de la torre como la del propio blasón corresponden con la cronología antes indicada de finales del gótico. Por otro lado, a mediados del del s.XVI (sabemos que en los frescos aparecía una inscripción atribuyendo las pinturas a Juan Ribera en 1565) que sería cuando se decidiría prescindir del servicio del edificio cercano como depósito de agua, transformándolo en un lugar de culto, adaptando para ello, en la medida de lo posible, su estructura y su decoración pictórica. La ubicación y características hacen pensar que el edificio no permitiría su mantenimiento como ermita o santuario durante mucho tiempo, pues las humedades afectarían sin duda al inmueble desde su transformación.


LAS  PINTURAS MURALES DE LA ERMITA DE SAN JORGE:

[Los textos que aparecen a continuación, en relación a las pinturas murales de la ermita de San Jorge, están extraídos de la publicación: "Estudio histórico-artístico de las ermitas y oratorios de la tiera de Cáceres", por José Antonio Ramos Rubio y Óscar de San Macario Sánchez. Editado por la Asamblea de Extremadura. Estos textos hacen referencia más concretamente, a las páginas de la 301 a la 315 de esta obra, que son las relacionadas exclusivamente con la ermita de San Jorge].

El mayor repertorio de pintura mural del pintor Juan de Ribera lo encontramos en esta ermita de San Jorge. La rica iconografía de este conjunto se inicia en el coro con escenas del Antiguo Testamento, acompañadas de inscripciones góticas en tres renglones, que contienen versículos del Génesis y continuan por el nártex y por la capilla (formada por una celda con bóveda de arista totalmente decorada al fresco con pinturas que se encuentran en lamentable estado de conservación), con escenas de los Evangelios  y sobre la Vida de Cristo, además de representar y acercarnos a diversos santos personajes, bíblicos y mártires principalmente. La cara norte de unos de los cuatro arcos de la nave central, concretamente el más próximo al coro, también tiene pinturas murales, con angelotes, prinipalmente.
 
Las pinturas del coro muestras escenas referidas a pasajes del Antiguo Testamento, mientras que las pinturas de la capilla y el nártex están dedicadas a capítulos de los Evangelios.
 

Escenas del Antiguo Testamento en el muro norte del coro alto.

En el coro destacan varias inscripciones como: “Sume arma tua, pharetram et arcum, et affer ut comendad, et benedicat tibi anima mea \ caput XXVII” (que traducido junto al resto del texto sería: “..Toma tus saetas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y me cazas alguna pieza. Luego me haces un guiso suculento, como a mí me gusta, y me lo traes para que me lo coma, a fin de que mi alma te bendiga...”). Se trata de los párrafos de la Bíblia pertenecientes al Génesis (XXVII,3-4), correspondientes  a la conversación que Isaac mantiene con su hijo Esaú al que, como primogénito, se disponía a bendecir para transmitir sus bienes y poderes, pero Rebeca, mujer de Isaac, tiene predilección de Jacob, hijo menor, y suplantará a Esaú por Jacob cuando el primero, obedeciendo a su padre, se va a cazar al campo. 
 
Escena donde por un lado aparece Isaac indicándole a Esaú que le trajese una pieza de caza antes de darle su bendición y por otro lado a Esaú, en la parte superior, como de fondo, cazando, ejecutando las órdenes de su padre.

Bendición de Isaac a Jacob por intercesión de su madre Rebeca, esposa del primero, a la que vemos a la derecha de la imagen observando su logro.
 
En esta foto, el lienzo de pared donde se recrearn las dos escenas bíblicas antes descritas, aunque el sol incidiendo sobre él hace que se creen muchos claros-oscuros. Esto es debido porque el nartex que está a la derecha de esta foto, se encuentra ya completamente derruido, por lo que el sol entra directamente por la puerta de acceso al coro e incide directamente sobre las pinturas, lo que unido a la humedad cuando el agua anega la ermita, provocan el deterioro cada vez más rápido de las pinturas murales. En la foto, en la parte baja, se pueden ver las marcas de hasta donde llega el agua...
 
Próxima a esta inscripción y escena está  la de la bendición de Isaac a Jacob. Los versículos que discurren sobre el tema corresponden al Génesis (XXVII, 28-29) y dicen : “Det tibi deus de rore caeli, et serviant tibi/ populi et adorent te tribus, esto dominus/ fratrum tuorum” (que traducido sería: “Dios te dé el rocío del cielo. Sirvante pueblos, y te adoren naciones, se señor de tus hermanos”).

Por último, tenemos un tercer epígrafe que recorre la parte superior de toda la mitad izquierda del coro, a la que corresponden dos escenas que relatan lo sucedido a Abraham en Mambre. La leyenda correspondiente a Génesis (XVIII, 3-4):Domine si inveni gratiam in oculis tuis, ne transeas servum/ tuum, sed afferam pauxillum aquae, et laventur pedes ves- tros/ et requiscite sub arbore... tres vidit et unum adorayit” (“Señor, si he hallado gracia a tus ojos no pases de largo junto a tu siervo. Que traigan un poco de agua y lavaos los pies y tendeos bajo el árbol (...) tres vio y uno adoró”).

En la primera de las escenas de esta mitad izquierda se nos ofrece la llegada de los tres caballeros a los que Abraham, rodillas en tierra y juntas las manos, parece haber reconocido como emisarios divinos y los adora. En la segunda escena nos ofrece la hospitalidad de Abraham hacia sus huéspedes a los que agasaja con comidas. 

La hospitalidad de Abraham hacia sus huéspedes a los que agasaja con comidas.
 
 Detallede la escena anterior.
 
Panel muy deteriorado donde se muestra a Abraham arrodillándose frente a Yahvéh, aparecido ante él bajo la forma de tres hombres que le visitan en el encinar de Mambre. 
 
Los dos paneles con las dos escenas antes descritas, juntas en el mismo lienzo de pared.
 
El recorrido iconográfico continúa en el nártex, distribuidor o antecapilla, en donde cabe destacar la complejidad de la decoración, dividida por el autor en fases, en escenas de la vida de Cristo, de las que sólo perduran dos en sendas partes superiores de los muros: la Anunciación y Cristo en el Huerto de los Olivos, en un sincretismo que señala vida-muerte; mientras que en la parte inferior de los muros destacan figuras de santos mártires, de los que únicamente perduran muy deterioradas las de Santa Lucía y Santiago (que aparece como peregrino, no matamoros). La bóveda del nártex, en la actualidad completamente derruida, estaba decorada por los Cuatro Evangelistas. 

En el centro, la puerta de acceso a la capilla, y por encima de ella la escena de la "Anunciación". A la derecha, la puerta de acceso al coro alto, y encima de ella la escena de "Jesús en el Huerto de los Olivos".
 
Lado del nátex que da acceso a la capilla. Arriba la escena de la "Anunciación"; abajo a la derecha: Santa Lucía.
 

 
Detalle de la escena de la la escena de la "Anunciación".
Escena que repreenta la Anunciación a María del nacimiento de Jesús donde resalta la belleza del Arcángel San Gabriel que de momento se conserva, todo lo contrario de la imagen de María, que quedría a la izquierda y que está muy deteriorada, casi desaparecida.
 
Lado del nátex que da acceso al coro alto. Arriba la escena de "Jesús en el huerto de los olivos".

Escena de "Jesús en el huerto de los olivos".  Aparece Jeśus recibiendo a un ángel que desde el cielo lo confortaba en su agonía, tal cual lo describe San Lucas en su evangelio. A la izquierda aparecen los tres apóstoles escogidos por Jesús para que le acopañasen en sus oraciones.
 
En la última fase del recorrido nos aproximamos al lugar más sagrado iconográficamente hablando, la capilla. En ella el artista ha representado las dos escenas sublimes del Evangelio “el Bautismo y la Piedad”. Estas escenas se completan con el “Padre Eterno” en la bóveda y la “Estigmatización de San Francisco de Asís”. "Dios Padre" ocupa el centro de la bóveda de la capilla y las cuatro pechinas que la circundan están decoradas por cuatro figuras que representan a los cuatro Padres de la Iglesia Latina. El sistema de la representación está centrado sobre la concepción del "Dios Justiciero",con la mano diestra levantada arengando y señalando con el índice; en su mano izquierda sostiene una esfera, símbolo de la totalidad y la alegoría del mundo, que, como atributo del Dios-Padre viene a resaltar su poder y su dignidad imperial.

"Dios Padre" ocupa el centro de la bóveda de la capilla.
 


Imágines de las tres de las
las cuatro pechinas que  circundan la bóveda, decoradas por cuatro figuras que representan a los cuatro Padres de la Iglesia Latina.
 
Estigmatización de San Francisco de Asís. En esta escena aparece San Francisco preparándose para recibir en su cuerpo los cinco estigmas.

Detalles de la escena de la
Estigmatización de San Francisco de Asís.

A la izquierda de San Francisco y muy cerca de él, aparece una figura dormida, sentada, vestida con  hábito similar al del santo, por lo que puede que se trate de Fray León de Asís, compañero de San Francisco y único testigo del milagro.
 
"El bautismo", pinutas representadas dentro de la capilla.
 
La fecha de su ejecución viene determinada por la firma del autor y fecha: sobre una columna pequeña y tosca que separa la antecapilla (nártex) del coro se encuentra escrito en letras góticas: “JUAN DE RIBERA PINTO MDLXV" (1565) (en la actualidad solo aparece el nombre del autor, el año no se ve por el deterioro de estas pinturas). Por tanto, se pueden fechar estas pinturas en el s.XVI.

..sobre una columna pequeña y tosca que separa el nártex del coro se encuentra escrito en letras góticas: “JUAN DE RIBERA PINTO MDLXV" (en la actualidad solo aparece el nombre del autor, el resto de la inscripción no se ve por el deterioro de estas pinturas)...

Los modelos de representación han sido tomados de los Evangelios Apócrifos (como es el caso de Santiago peregrino), de modelos flamencos del siglo XV ("la Piedad") e incluso modelos de influencia bizantina como es el caso del Bautismo de Cristo, que nos recuerda a las concepciones abstractas del espacio en los mosaicos.

Con respecto a Santiago, el pintor nos lo presenta ostentando el hábito de peregrino con una serie de atributos que lo caracteriza, como el bordón o bastón de peregrino en el que se apoya, la esclavina o vestidura de cuero que tiene sobre los hombros, así como los adornos que lleva sobre el turbante que le cubre la cabeza: venera o concha y espinas. La iconografía de los atributos que presenta como el turbante en la cabeza nos dan la clave de la representación; el turbante o gorro es propio de los que utilizan los pueblos orientales en los que Santiago desarrolló sus primeras actividades apostólicas; las espinas que lo adornan son símbolos de “sufrimiento, tribulación y pecado” y la concha simbolizaba a los que marchaban a Compostela. Es Santiago en su peregrinar de Oriente a Compostela.


Santa Lucía nos representa el triunfo de la virginidad sobre el pecado, con postura hierática, bello rostro y larga cabellera, acompañada de sus atributos característicos. El considerarla como Virgen está sacado de su leyenda, según la cual se arrancó los ojos y los envió en un plato a su desposado, mientras que con la mano izquierda sostiene una palma que hace referencia al martirio. 
 
Santa Lucía.
 
Detalle de Santa Lucía, con los ojos en el plato.

La facilidad pictórica del artista para concebir escenas y desarrollarlas en un planteamiento iconográfico de fuerte sentido místico, nos lleva a pensar en un buen conocimiento de la temática religiosa en temas bíblicos, o en su caso Ribera podría haber seguido un programa preestablecido por algún personaje religioso de la obra Franciscana.

Desde el punto de vista de la técnica el autor asume con facilidad la composición y el colorido, sin embargo carece de proporción y perspectiva adecuada para las figuras, tratándolas desde el punto de vista arcaico, próximo a la concepción de iconos en cuanto a figuras aisladas y con mayor sensibilidad en cuanto al ritmo y movimiento en las escenas bíblicas, no olvidándose del sentido dramático de algunas de ellas, como es el caso de «Cristo en el Huerto de los Olivos», «la Piedad» o la «Estigmatización de San Francisco».

Escena de "Jesús en el huerto de los olivos".

Una de las escenas más impresionantes es la del Descendimiento. Se trata de una composición claramente renacentista, simétrica, inscrita en un semicírculo teniendo a la Virgen como eje central de la obra y el cuerpo ensangrentado de Cristo, en los extremos, José de Arimatea, que sostiene en sus brazos el cuerpo muerto de Cristo y San Juan, que limpia sus lágrimas con un pañuelo en la mano. La Virgen, con las manos entrecruzadas en el pecho con rostro de dolor ante el cadáver de su Hijo. Esta composición está ubicada sobre un altar pequeño que existe en la capilla. Las figuras resaltan la ternura y el dolor.

El Descendimiento.

Escasos restos quedan de otras escenas en la capilla, como la del “Bautismo de Jesús” recibiendo las aguas del Jordán de manos del Bautista. Aparecen como símbolos parlantes el agua y la concha de bautizar. En las pechinas están los cuatro Padres de la Iglesia Latina con sus atributos: capelo, mitra, pequeña iglesia, etc...

A la derecha de la escena central del Descendimiento, se ve parcialmente la escena del “Bautismo de Jesús”, donde si bien la figura de Jesús recibiendo las aguas bautismales aún se conserva, no ocurre lo mismo con las de San Juan Bautista que ha desaparecido por completo por la humedad que alberga esta pequeña capila u oratorio.

Otras pinturas que podemos encontrar como decoración en la puerta de acceso a la capilla o en el interior de la capilla o en uno de los cuatro arcos de la nave central, concretamente el más próximo al coro.




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