Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

25 ago 2020

Montaña Palentina (III): Bisonte europeo, Caballo de Przewalski, Lagartija Roquera, plantas, aves...

Terminado el fin de semana donde compaginamos las 'esperas' para intentar ver al oso pardo, con la observación de aves, el rastreo de huellas y excrementos, las amenas charlas sobre plantas y flores, paseos por el bosque y en general, con el disfrute de cualquier temática que tenga que ver con la naturaleza, contada siempre de forma pedagógica y amena por Tino, tocaba para los compañeros que aún íbamos a seguir unos días más por la Montaña Palentina el cambio de alojamiento, de la casa rural de Cordovilla de Aguilar (de apenas 15 habitantes) al Hotel rural Piedra Abierta, en San Martín de Perapertú, pedanía perteneciente a San Cebrián de Mudá, de unos 30 habitantes, en plena naturaleza, en pleno Valle de Mudá y rodeado de bosques y prados.

En los días siguientes iríamos por libre, y mientras que los compañeros iban a realizar  rutas para aunar paseos-senderismo con observación de aves y del entorno en general (Puerto de Piedrasluengas, la Tejeda de Tosande, la Senda del Bosque Fósil, Cañón de la Horadada y las Tuerces dentro del geoparque de las Loras...)  yo me iría a visitar parte del gran patrimonio de arte románico que atesora toda esta zona, así que durante estos días solo nos veríamos por la tarde-noche y para la cena en común, aunque por las mañanas, antes del desayuno que teníamos concertado a la 9, algunos nos levantábamos antes para ir a dar un paseo corto, de unos 40 minutos, por el camino pista que sale prácticamente junto al hotel rural donde nos alojábamos, y que conduce hasta la pequeña localidad de Mudá, en un corto recorrido lineal de poco más de 5 km, donde se alternan zonas de claros con prados y frondosos bosques, el lugar donde se encuentra la “Reserva del Bisonte Europeo”, situada ésta a la derecha del camino, en dirección a Mudá, con una extensión de unas 20 hectáreas dentro del paisaje antes descrito. Durante el breve paseo de ida y vuelta partiendo de San Martín, las praderas las tenemos a ambos lados del camino y tras éstas el bosque; en las praderas podemos ver diferentes tipos de caballos (includio el caballo de Przewalski) y en las laderas del monte, en un pequeño claro del bosque, en una praderita, se pueden ver a lo lejos, pero muy bien con los prismáticos, al grupo de bisontes, en semilibertad, que leí en algún sitio que era un grupo de diez, aunque desde el camino llegué a ver a seis de ellos en dos grupos de tres. El objetivo de esta Reserva del Bisonte Europeo (Bison Bonasus) se encuentra dentro del proyecto de recuperación de este animal histórico, uno de los mamíferos más amenazados de Europa.



Bisonte Europeo (Bison Bonasus)

Caballo de Przewalski. Foto del compañero José A. Román.

El camino por el que damos este vespertino, entretenido y agradable paseo, se encuentra flanqueado por arbustos y matorrales: endrinos (Prunus spinosa), rosales silvestres repletos de escaramujos, serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia) o con aros, también llamados Tragontino o Flor de Primavera (Arum italicum, el nombre del género: “Arum”, deriva del griego “aron” que significa -calor- y esto se debe al hecho de que estas plantas cuando se encuentran en plena floración emiten calor,  algo que parece ser que es particular de este género) y que si bien es cierto que se utiliza o utilizaba en medicina para la cura de catarros, bronquitis o faringitis, también es verdad que todas las partes de esta planta son tóxicas, especialmente los frutos si se ingieren, con lo que cuidadito de no llevarse esos frutos rojizos y carnosos a la boca, y dejarlos en plan ornamental y vistoso.

Aro o Tragontino o Flor de Primavera (Arum italicum)
 
Endrinos (Prunus spinosa)
 
Rosales silvestres repletos de escaramujos.

Desde el camino que transita por espacios más abiertos, pudimos observar aves como: alcaudón dorsirojo, tarabillas, currucas, ratonero o incluso escuchar al pito negro... pero es que desde el propio patio del hotel rural, la primera tarde que llegamos, mientras tomábamos unas cervezas en él, podíamos ver en el cielo al águila calzada, al  buitre leonado o algún milano, y  más cerca de nosotros, en el propio patio, o sobre los tejados o cables de la luz, o en la arboleda cercana, es fácil poder ver a simple vista a gorriones, al colirrojo tiźón, al papamoscas cerrojillo o al petirrojo, entre otros... 

  

Macho de Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).

Petirrojo europeo (Erithacus rubecula).

 

Papamoscas cerrojilo (Ficedula hypoleuca).

Por último, no podía olvidarme de nuestras amigas las  lagartijas roqueras (Podarcis muralis), a las que estuvimos viendo prácticamente todos los días, independientemente de la zona en la que estuviéramos de la Montaña Palentina, ya sea en el monte, alrededores de los pueblos o entre las piedras de las vetustas iglesias románicas. 



Lagartija roquera (Podarcis muralis)


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