Este domingo en el calendario ASTOLL estaba marcada una de las rutas clásicas y la más larga de todas las que hace la asociación (30 km), y como estos carnavales al final no he ido a ningún lado, en parte porque no he tenido tiempo de preparar nada y en parte porque no he tenido a nadie que me haya arrastrado para hacer algo, he acabado haciendo esta ruta que para mi supone un buen madrugón, porque el tren sale de Llerena a las 7 de la mañana, con lo que tendría que salir de casa a las 6 y levantarme aún antes, menos mal que al menos la ola de frío ya ha pasado y las temperaturas no tienen nada que ver con la del fin de semana anterior.
Llego a Llerena a las 6:50, aparco cerca de la estación de tren y en el corto trayecto me encuentro con algunos que regresan a casa después de una noche de marcha en un estado lamentable, así que por si acaso, los intento evitar a toda costa.
Ya en la estación, a la hora de sacar el billete, somos muy poquitos, creo que ocho, algo que por un lado me extraña ya que es una ruta cercana, y de las clásicas, pero por otro lado, también es cierto que eso de madrugar no le va mucho a la gente, ni tampoco pasar frío, y sobre todo si es una ruta conocida que ya no tiene tanto aliciente, además de que es carnaval y algunos pueden disfrutar de cuatro días y estarán de puente y otros de marcha. En los últimos minutos aparecen cinco más, así que al final saldríamos 13 desde Llerena, mal número, mejor lo dejamos en 12 + Una, porque Lucía era la única representante femenina inicialmente, porque más tarde, a mitad de ruta, a la altura de Fuente del Arco, se unen al grupo la hija de Javier y un amigo, así que finalmente finalizaríamos quince personas la ruta.
El tren salió cinco minutos pasadas las siete, y a las 7:30 estábamos en la estación de Guadalcanal, cuando ya empezaba a amanecer. Aquí se divide el grupo, porque cuatro de nosotros parten por la vía del tren dispuestos a comenzar la ruta, directamente, sin anestesia, mientras el resto bajamos hasta el centro del pueblo para desayunar, y eso que yo ya había desayunado en casa, pero la mañana iba a ser larga, y además me apetecía un café.
Me quedé atrás hablando con Javier, y ya dentro del pueblo nos encontramos con algunas chicas disfrazadas que regresaban a casa después de pasar una larga noche de carnaval. En unos de los bares del centro, tomamos el desayuno reglamentario, y algunos también una “copita de red bull”, antes de disponernos a comenzar la ruta (a las 8:15 salimos del bar), aunque antes hay que salvar de nuevo cerca de kilómetro y medio desde el centro del pueblo hasta llegar a la ermita-humilladero del Cristo de la Salud, desde donde se continua por una senda paralela a una pared de piedra a la izquierda, hasta cruzar la carretera, donde ya están los paneles informativos de la subida al cerro de "La Capitana", de 960 metros, dentro de la Sierra del Viento, que a su vez forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, y que constituye el punto más elevado de éste.
Ermita y humilladero del Cristo de la Salud
Vista de Guadalcanal desde la ermita del Cristo de la Salud
Para cuando nosotros comenzamos la ruta, los que la empezaron directamente, desde la estación, ya nos sacan casi uno hora de ventaja, que es la que nosotros hemos perdido entre bajar al pueblo, desayunar y volver a subir.
La subida a "La Capitana" es larga, casi cinco kilómetros de subida, aunque nosotros ya venimos subiendo uno y medio más, desde el centro del pueblo y pasando por la ermita.
La subida la hacemos a muy buen ritmo, se nota que muchos de los que vienen hoy son “los galgos de ASTOLL”. Durante la subida disfrutamos de buenas vistas: a nuestra izquierda, o sea, hacia el sur, la sierras suaves y onduladas del P.N. De la Sierra Norte, y a nuestra derecha, hacia el norte, los llanos de la Campiña Sur, con los pueblos de Azuaga, Valverde, Berlanga y Ahillones.
"Este camino discurre por una antigua vía pecuaria, el cordel de Los Molinos, partiendo desde el descansadero, zona usada por los pastores como lugar de parada para dar de beber al ganado o pasar la noche".
Subimos en algunos tramos rodeados de cultivos de olivar, y con la vista puesta en nuestro primer objetivo, en un observatorio que está arriba a la izquierda (no sé si es privado, pero tiene muy buena pinta, ¡ya me gustaría a mi disponer de uno así!), y donde se puede decir que finaliza la parte más dura de la subida, la que no da tregua, porque a partir de aquí, aunque se sigue subiendo, lo hace a base de subir y bajar, como se puede ver en el perfil, con lo que disponemos de algunos tramos para reponernos.
Poco antes de llegar al cerro de "La Capitana", cogemos a Javier y a Antonio que habían salido del bar un rato antes que nosotros. Javier no subiría arriba, a la cima, sino que la bordearía y seguiría la encuentro de su hija con la que ya había estado hablando por teléfono y que lo esperaría a la altura de Fuente del Arco.
El resto subimos todos a la cima del cerro de “La Capitana”, donde hay un vértice geodésico, y una especie de refugio al estilo de un chozo de pastor, de los de piedra, además de paneles informativos que indican que es lo que se puede ver desde allá arriba, tanto de la vertiente norte como de la sur.
Salimos del bar a las 8:15 y hemos llegado aquí a las 9:20, o sea, una hora y cinco minutos en hacer 6 o 6,5 km y en subida, lo que da idea del ritmo al que hemos subido.
Como curiosidad, comentar que a esta sierra se la llama Sierra del Viento porque es precisamente éste un elemento climatológico claramente presente en su cumbre, debido a que el corredor que configuran las estribaciones de esta sierra con la Sierra de San Miguel, produce un encajonamiento de los flujos de aire, que tiene como consecuencia una aceleración de los vientos y una ondulación vertical de los mismos, y esto, junto a la elevación respecto a la penillanura extremeña, expone a esta zona a merced de los vientos acelerados que le han dado el nombre.
Por suerte, mientras nosotros estuvimos arriba, si bien es cierto que soplaba un poco de viento, no fue nada del otro mundo, así que pudimos disfrutar tranquilamente de las magníficas vistas que se tienen desde aquí, comprobando las diferencias en el paisaje, totalmente distinto el de la zona norte que el de al zona sur. Como ya he dicho en la subida, hacia el sur, las suaves sierras y colinas, de bosque mediterráneo, formando parte del P.N. Sierra Norte de Sevilla, y hacia el norte, los llanos, la campiña con todos los pueblos que hay desde Azuaga (al este), hasta Llerena (al oeste).
Al noroeste, las vistas son más espectaculares, porque la Sierra del Viento donde nos encontramos, es como si se prolongase hacia el noroeste, como una línea que separa claramente la parte norte de la parte sur, la llanura a una lado, y las sierras del otro, y al fondo, en el horizonte, sobre la sierra, se levanta el castillo de Reina, con su pequeño pueblo abajo, y por detrás de éste, Llerena, y por delante, Fuente del Arco.
Nos hacemos una foto y nos disponemos a bajar por una estrecha senda, entre retamas, piedras y encinas, hasta que salimos a un camino que continúa en bajada, donde de nuevo comenzamos a ver los olivares, y también el pueblo de Fuente del Arco, que lo tenemos a tiro de piedra, aunque nosotros seguiremos bajando por el lado sur de la sierra, con lo que acabaríamos perdiendo de vista las casas blancas de este pueblo que quedaría en el lado norte.
Llegamos a una casa-cortijo, saltamos una alambrada y tomamos un camino en muy buen estado en dirección oeste, con la sierra ahora a nuestra derecha. Un poco más adelante vemos en el camino a Javier, con su hija y un amigo de ésta, así que seguimos hacia delante todos juntos.
Poco después, al camino que llevamos se une otro que viene directo desde Guadalcanal, sin tener que subir a la Capitana, y que por las indicaciones que veo es el de la ruta que estamos haciendo nosotros: Guadalcanal-Llerena, salvo que nosotros en la primera parte subimos a la Sierra del Viento, pero a partir de aquí, ya seguiríamos el recorrido marcado, donde en algunos tramos coinciden hasta tres rutas: la que estamos haciendo, la ruta de los Pueblos, y la ruta del Rey Jayón.
Seguimos hacia delante, y cogemos a Benito, que era uno de los cuatro que partieron directamente desde la estación de tren.
Seguimos andando y hay zonas donde el paisaje es más abierto, nos alejamos más de la sierra que tenemos a nuestra derecha, pasando por algunas casas de campo y zonas de retama alta, tanto a derecha como izquierda, dentro de un recorrido que se extiende por un largo llano.
Antes de una bajada que a primera vista parece muy larga, paramos a tomar un tentempié, en la misma zona donde se suele parar siempre, viendo hacia abajo, por donde discurre el camino, a José Manuel y a Lucía, que van por delante, y algo más retrasado, a Juan, que son tres de los cuatro que salieron a hacer la ruta directamente desde la estación de tren y que de momento no han parado para comer. Javier, su hija y el amigo de ésta, tampoco paran aquí a comer, porque como los otros dos han empezado tarde a caminar, prefieren hacer la parada más adelante, en la “dehesilla”, o al menos eso creo o eso entendí. Desde este punto también tenemos una clara visión del imponente castillo de Reina, allá arriba, al fondo.
Terminado el descanso y el tentempié, continuamos de nuevo, en bajada, aunque no hay que seguir todo el camino hacia delante, como se podría pensar en un principio, y así, unos metros más tarde hay unas indicaciones que marcan el desvío hacia la izquierda, siguiendo en bajada por una senda medio perdida, que supone un gran ahorro de tiempo y distancia a recorrer, hasta llegar al camino por el que un rato antes habíamos visto desde arriba, a los otros tres compañeros que iban por delante.
Desde que bajamos de “La Capitana” tomando el camino en dirección oeste, y hasta la parada para comer, es un largo tramo que es prácticamente llano, pero a partir de aquí, se irá en ligero ascenso en un tramo que termina en el cruce donde está la “huerta Pérez”, y donde el camino que tenemos a la izquierda es el que viene desde de la ermita de la Virgen del Ara, dentro del recorrido por el que transita la ruta multitudinaria organizada por ASTOLL, un recorrido por el que seguiremos nosotros ahora, siguiendo de frente.
Comienza a partir de la “huerta Pérez” un tramo bonito de senderos, con tablones a modo de puentes para salvar los arroyos, que este año están más bien secos, entre sierras y zonas de jaras. En este tramo siguen coincidiendo las dos rutas: la ruta del rey Jayón y la ruta de Guadalcanal-Llerena, hasta llegar al punto donde se bifurcan las dos rutas, por un lado la del rey Jayón, que sigue de frente, subiendo por un callejón empedrado por el que se acaba llegando al pequeño pueblo de Reina, para después subir al castillo, y por otro lado, hacia la izquierda, el camino con buen firme que va rodeando las sierras.
Andar por esta zona de camino y pista, más abierta, después de venir por la zona de senderos y caminos de hierba, que para mi es uno de los tramos más bonitos de la ruta, hace que uno pierda interés o motivación, aunque no mucho después, acabaríamos abandonándola al coger otro sendero a la izquierda, primero en bajada y después en subida, mucho más entretenido, por donde poco después acabaríamos accediendo a la casa-cortijo de la “Dehesilla” que es como creo que la llaman, y donde nos encontramos al señor Nieto con su hija, y el amigo de ésta, y a Juan, que era otro de los tres que todavía iban por delante, así que ya sólo están delante Lucía y José Manuel, y de éste no me extraña nada, pero en cuanto a Lucía, ¡vaya ruta que se está marcando!, porque si bien es cierto que ellos salieron antes y que no han parado a comer, también es cierto que hasta aquí hemos venido a muy buena marcha, de seis km/h, pero no hemos llegado a cogerlos.
Nosotros seguimos hacia delante, y quedamos a Juan, Javier y compañía, en esta zona. Desde aquí nos pueden quedar 6 ó 7 km, con tramo de pista ancha y en ligero ascenso, entre bosques de pinos (zona de níscalos, según me comenta Antonio) que nos van dando sombra, y con las cunetas que en otros años están repletas de agua y que ahora o no tienen o apenas corre un hilito de agua por ellas, porque debe haber algún venero por aquí, ya que hasta un arroyo que vemos tiene agua, con el tiempo que hace que no llueve.
Es en esta zona donde Tino y David imprimen un poco más de ritmo, y Ramón les va siguiendo, haciendo la goma, yo por mi parte, me quedo detrás, con Antonio y Práxedes, y así seguiremos ya hasta el final de la ruta.
Terminado el tramo de pinares, siempre el ligero ascenso, comienza un tramo más feo y aburrido, de campo abierto y donde la pista de tierra llega a convertirse en camino de hormigón, mucho más duro y penoso para caminar, y en subida hasta llegar a la carretera que llega a Trasierra. En este punto tenemos a este pueblo a nuestra izquierda, pero nosotros seguiremos recto, siguiendo en ligero ascenso, con el pueblo siempre a nuestra izquierda.
Es en este tramo y hasta el final de la ruta, cuando realmente disminuimos el ritmo que habíamos traído hasta ahora y nos dejamos llevar, así que desde este momento perdemos el contacto visual con los otros tres que teníamos por delante, que siguen a muy buen ritmo y que finalmente nos acabaran sacando 20 minutos, mucho tiempo para tan poca distancia.
Vamos andando por el “camino de los leñadores”, por donde en otras épocas las gentes de este pueblo llevaban la leña a Llerena, y es en su parte final se hace más bonito, aunque no tan fácil de caminar por él, hasta que desemboca el camino nuevo y en mejor estado que viene directamente desde el pueblo, mientras que por el que venimos ya va quedando en desuso.
Desde que se fusionan los dos caminos, dejando el pueblo ahora a nuestra espalda, comienza un último tramo de subida, que nos lleva a la cima del cerro, encontrándose de nuevo en ese punto, con la ruta del Rey Jayón, que viene desde Casas de Reina, cruzando la sierra.
Ahora yo sólo queda bajar, por camino con muchas piedras, y zona de senderos, en una tramo que también me gusta, y que acaba desembocando en el último y corto tramo de pista desarbolada, insulsa y aburrida, que tomamos a la derecha para adentrarnos en Llerena y llegar al bar Soga (punto de partida y de concentración para las rutas de la asociación), donde ya están los que han ido llegando, además del señor Boceta que ya está allí con el jamón 'patanegra' que había encargado, cortándolo y llenando el plato de buen jamón del que vamos dando cuenta, mientras tomamos la primera cerveza que es la que mejor sienta.
Finalmente he completado el trayecto en cinco horas y media, desde las 8:15 hasta las 13:45 , para completar los 30 km de la ruta, aunque si se cuenta desde el centro de Gudalcanal, puede que salga alguno más.
Finalmente he completado el trayecto en cinco horas y media, desde las 8:15 hasta las 13:45 , para completar los 30 km de la ruta, aunque si se cuenta desde el centro de Gudalcanal, puede que salga alguno más.
Mientras llegan el resto de compañeros, aprovecho para ir a buscar el coche que había dejado cerca de la estación de tren.
Una vez todos juntos, comenzamos a dar buena cuenta de los platos de jamón (en cuyo corte iba relevándose el personal), de la comida con los típicos surtidos de ibéricos que llevamos en los tapes, y de la carne que el señor Boceta había traído preparada, todo ello regado de cervezas y vino.
El ambiente se fue caldeando, y en pleno auge se fueron nombrando los nuevos “Caballeros de la Orden de ASTOLL de la Cruz Campo” , que es el nombramiento que se le otorga a todos los miembros de la asociación que hacen y terminan por primera vez esta ruta, por aquello de ser la más larga.
El ambiente se fue caldeando, y en pleno auge se fueron nombrando los nuevos “Caballeros de la Orden de ASTOLL de la Cruz Campo” , que es el nombramiento que se le otorga a todos los miembros de la asociación que hacen y terminan por primera vez esta ruta, por aquello de ser la más larga.
El señor Boceta (que para eso estuvo de joven en el seminario) leía en latín de un librillo-misal que no sé si le había entregado Ramón, por aquello de dar más pompa a la ceremonia, mientras el nuevo caballero se arrodillaba y uno de los grandes maestres de la orden, que en este caso fue el señor Benito, con un bastón de senderismo en lugar de espada, dándole un toque en cada hombro y sobre la cabeza, lo nombraba “Caballero de la Orden de ASTOLL de la Cruz Campo”, terminando la ceremonia rociando una cerveza sobre la cabeza del nuevo caballero, que para eso el título lleva la coletilla: “... de la Cruz del Campo”. El primero en adquirir el nuevo título fue Ramón, al que le siguió Tino, y no me acuerdo si hubo alguno más...
El Ilustrísimo Maestre Benito, nombrando "Caballero de la Orden de ASTOLL de la Cruz Campo" a Ramón... y a la izquierda, el tubo de cerveza 'Cruz campo' preparado para echárselo en la cabeza y bautizarlo...
Y así termina un buen día de ruta, con sol y temperatura muy agradable, nada fría, estupenda para caminar y terminando con una fiesta y con la visita de otros miembros de la asociación que no han podido estar de ruta.
[Las fotos del recorrido de este ruta, tanto las que aparecen en esta entrada, como otras, podéis verlas pinchando AQUÍ. Podéis tambien ver/descargar el track de esta ruta desde ESTE ENLACE]
[Las fotos del recorrido de este ruta, tanto las que aparecen en esta entrada, como otras, podéis verlas pinchando AQUÍ. Podéis tambien ver/descargar el track de esta ruta desde ESTE ENLACE]
Maricona extrem, dejate de patear y de filosofía y ven ha hacerte un hombre con los Toritos!!
ResponderEliminar¡Uffff! miedo me da salir con vosotros; con el "núcleo duro" del grupo más duro, o sea, más fuerte que nunca, y para colmo con "er_Tala" que está 'recaulchitao', con la pata de titanio que le han puesto y ligerito de peso... Un saludo para toda la familia de los TOROS BIKERS, y espero que nos veamos, aunque últimamente la bici de montaña la tengo abandonada, y lo poco que salgo en estas fechas es con la de carretera. Os hecho de menos y os sigo el hilo en los correos disfrutando cada semana con las crónicas, los piques sanos y los vídeos del Spielberg...
EliminarSe está preparando una ruta en flaca... ya sabes siempre para arriba, esto del llano no tiene mucho sentido para los TBK, dejate ver hombre que nosotros nos acordamos mucho de tí. Saludos
ResponderEliminarEmilio
Buenas, ¿Sabes donde podría conseguir todo el itinerario, y si la ruta está señalizada?
ResponderEliminarMuy buenas. Pues con respecto al itinerario yo particularmente no tengo información detallada, pero todo el recorrido está señalizado con carteles o con postes, indicando la distancia y el tiempo estimado al siguiente punto (no es todos los casos) pero no está al detalle, con esto te quiero decir que hay puntos concretos en los que puedes perderte, aunque en general el recorrido es sencillo. Pero es que además, el recorrido tiene tramos en los que coinciden hasta tres tipos de recorrido: La ruta de Guadalcanal-LLerena, la Ruta de los Pueblos y la Ruta del Rey Jayón, todos tienen sus señales y cada uno de un color, pero puede ser un poco lioso. Si está señalizado (aunque no al detalle) supongo que también estará documentado, así que puedes intentar pedir documentación en los ayuntamientos de LLerena, o en el Ceder de la Campiña sur, o en la oficina de información y turismo de Llerena, por ejemplo, para ver si te pueden dar la información que buscas, y sino, dentro de un mes mándame un correo o pon otro comentario como el que has puesto, e intento buscarte lo que pides, porque ahora me voy de vacaciones.
EliminarEl inicio de la ruta nosotros lo hicimos subiendo al cerro de la Capitana (esto también está señalizado) y después bajamos hasta un camino-pista donde enlazamos, y ya hasta el final, con el camino de la ruta que estamos comentando.
Un saludo y gracias por leer algo de este blog.