Desde 2016, “El Sitio” forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO como “un bien cultural en serie”, adoptando la Declaración de Valor Universal Excepcional por los siguientes motivos:
“Es una de las más antiguas y originales formas de monumentalización paisajística mediante la integración de arquitectura megalítica y naturaleza que se conoce en la Prehistoria mundial, un gran centro ritual cuyo origen se remonta a la primera mitad del IV milenio a.C. Las estructuras megalíticas parecen un paisaje natural (enterradas bajo túmulos de tierra) orientadas a dos monumentos naturales: La Peña y El Torcal. Los megalitos se caracterizan por la utilización de grandes bloques de piedra que forman cámaras y espacios cubiertos de forma adintelada (Menga y Viera) o de falsas cúpulas (El Romeral). Los tres conservan todos sus elementos constitutivos y su carácter unitario”.
Se encuentran en buen estado de conservación y la estructura original está casi intacta.
Las comunidades constructoras de estos megalíticos expresaron su vinculación simbólica con elementos terrestres y el cosmos a través de los alineamientos que establecieron a partir de los ejes de sus corredores.
Así, el dolmen de Menga se orienta hacia un hito geográfico como La Peña. El Romeral se situará en la trayectoria del eje Viera-Menga-La Peña y su corredor se orientará hacia otro accidente geográfico, El Torcal. Finalmente, Viera se dirige al orto solar equinoccial, o sea, hacia el amanecer en los equinocios.
La investigación reconoce estas correspondencias a partir de Louisa Tenison, quien en 1851 visita Menga y percibe su relación con La Peña. Más tarde, en 1905, Manuel Gómez-Moreno describe el eje Menga-Romeral-La Peña. Por su parte Michael Hoskin, cuyas investigaciones sobre miles de megalitos de Europa y África han puesto de relieve la excepcionalidad de los tres monumentos antequeranos, será quien las confirme en 2002.
DOLMEN DE MENGA.
Cada uno de los laterales está formado por 12 ortostatos (piedras verticales), mientras que la cabecera lo está por uno solo. La cubierta la integran cinco losas (cobijas), estimándose el peso de alguna de ellas en más de ciento ochenta toneladas, de ahí que en el interior de cámara aparezcan pilares intermedios, algo que constituye un recurso constructivo muy raro en el megalitismo europeo.
Su valor universal excepcional estriba en su monumentalidad y su orientación anómala a la Peña de los Enamorados, una singularidad detectada por el arqueoastrónomo Michael Hoskin.
No se sabe con exactitud cuándo se construyó Menga, aunque existen datos que sugieren que pudo haber estado construido en una fase temprana del Neolítico Final, entre 3800 y 3400 a.C. Posteriormente fue utilizado de forma continuada como espacio sagrado o lugar funerario hasta el medievo.
El dólmen de Menga está declarado como Monumento Nacional desde 1886.
DOLMEN DE VIERA.
Es un sepulcro de corredor, formado por un largo corredor de 21m., segmentado en dos tramos, al final del cual se dispone una cámara cuadrada (de 2,10 m. de alto por 1,80 m. de ancho), a la que se accede por una puerta abierta en una gran losa de piedra, con forma cuadrangular. Al igual que el de Menga, está cosntruido con técnica ortostática y cubierto por un túmulo de 50 m. de diámetro.
Cada lateral del sepulcro debió estar formado por 16 ortostatos, de los que se conservan 14 en el lateral izquierdo y 15 en el derecho, mientras que la cabecera está compuesta por una sola losa. Algunos ortostatos del tramo norte exterior del corredor, aparecen decorados por “cazoletas” muy típicas del arte esquemático.
Está orientado ligeramente hacia el sureste, por lo que en este aspecto sigue la norma convencional del megalitismo ibérico, o sea, orientado hacia el amanecer del sol en los equinoccios.
Plano - Croquis del Dolmen de Viera [Fuente: SpanishArts.com]
La fecha de construcción es desconocida, aunque probablemente se erigió en una fase avanzada del Neolítico Final, con posterioridad a Menga, siendo luego utilizado como lugar de culto y enterramiento durante la Edad del Cobre, la Edad del Bronce y la Antigüedad.
Fue descubierto en febrero de 1903 por los hermanos José Viera Fuentes y Antonio Viera Fuentes, funcionarios del Ayuntamiento de Antequera, quienes lo llamaron inicialmente la Cueva Chica, en contraposición a la cueva de Menga, de mayores dimensiones; posteriormente el arqueólogo Manuel Gómez-Moreno Martínez la denominará “dolmen de Viera” en honor a estos hermanos.
THOLOS DEL ROMERAL.
La cámaras son de planta circular y la principal, la de mayor tamaño, tiene 5,2 m. de diámetro, con cubierta abovedada realizada en mampostería, utilizando la técnica de “aproximación de hiladas”, y rematada en su parte superior por una gran losa horizontal. Al fondo de esta cámara principal, se abre un vano que da acceso a un pequeño corredor que termina en otra cámara más pequeña, reproduciendo, a menor escala, la morfología y la técnica constructiva señaladas anteriormente.
Solo las puertas de acceso a las cámaras están construidas con técnica ortostática y el túmulo que cubre el tholos tiene un diámetro de 75 m.
La construcción del tholos del Romeral se puede corresponder con la Edad del Cobre (3200-2200 a.C.), pero dado que este monumento no ha sido nunca excavado de forma científica, es difícil precisar más la fecha de su construcción.
Su construcción es más reciente que la de sus dos "hermanos", el dolmen de Menga y el de Viera, con los que conforma el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, pero además de esta "diferencia de edad", existen a nivel constructivo DOS grandes diferencias:
- La primera es que mientras los dólmenes de Menga y Viera tienen una construcción ortostática o adintelada (tradicción atlántica), o sea, que en su construcción se utilizan piedras verticales (ortostatos) que soportan las losas (cobijas) con las que se obtiene un techo recto, lineal, tanto para la cámara como para el corredor, en el caso de El Romeral, las cámaras son circulares y tanto en éstas como los corredores que acceden a ellas, los muros no están construidos con ortostatos sino que son de mampostería, o sea, creados utilizando piedras de pequeño y mediano tamaño encajadas entre sí, sin usar ningún tipo de argamasa, o lo que es lo mismo, utilizando la técnica de "piedra seca".
- La segunda gran diferencia constructiva, es que si bien el corredor, en el caso de El Romeral, tiene el techo formado a base de losas (cobijas) que se apoyan en los muros o paredes de mampostería, las cámaras tienen un techo abovedado, o sea, una falsa cúpula construida con mampostería (tradición mediterránea) y la técnica de "aproximación de hiladas" (una cubierta abovedada sobre planta circular creada a base de colocar hiladas concéntricas de piedras que van creando círculos más pequeños conforme van subiendo en altura, que en este caso concreto, acaba siendo cerrado por una losa horizontal).
Interior de la cámara principal, abovedada, con la
puerta de entrada y la gran losa en la parte superior cerrando la falsa
cúpula.
Su valor universal excepcional estriba en su orientación anómala, apuntando hacia la sierra de El Torcal. Esta singularidad fue detectada por el arqueoastrónomo Michael Hoskin.
El corredor se orienta hacia el octante S-SO de horizonte, siendo uno de los poquísimos ejemplos de orientación occidental en la península ibérica. Su eje apunta exactamente al Camorro de las Siete Mesas, el punto más alto de El Torcal.
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Fuentes Consultadas:
- Guía oficial del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera.
- Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera - Wikipedia.
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