Son ya varios los años que comienzo el resumen de la campaña comentando que los inicios de éstas no auguraban nada bueno, principalmente por el tema de la sequía y de las altas temperaturas (porque como ya he comentado en resúmenes anteriores, éstas provocan siega anticipada para heno, adelanto de las cosechas o una cobertura del cereal más baja, lo que supone más facilidad para los depredadores, la pérdida de su hábitat, etc..) y sin embargo, a pesar de todo esto, campañas como la del 2020 o la del 2021 fueron “relativamente buenas” o “bastante aceptables”, no sólo en el número de nidos localizados sino también en la productividad (o sea, la media de pollos volados por nido controlado/localizado), que es lo más importante, pero al final, a la larga, si esta situación se sigue manteniendo no cabe duda que afectará a la supervivencia del aguilucho cenizo (elegida ave del año en el concurso que organiza SEO anualmente mediante votación popular y abierta, con el fin de dar cada año mayor visibilidad a una especie en concreto que pueda encontrarse amenazada), pero ya la campaña anterior fue “mala”, con una productividad prácticamente de un pollo volado por nido, el el umbral de la supervivencia de la especie y eso por decir algo, porque la realidad es mucho más cruel, ya que algunos de los pollos que se dan por volados, acaban muriendo antes de realizar su viaje migratorio definitivo y esto lo sabemos ahora, a partir de la implantación hace unos años de las nuevas técnicas de marcaje con GPS para su seguimiento, por no hablar de lo que pueda suceder en los cuarteles de invernada en África (por lo que marcar con GPS varios ejemplares cada año resulta muy importante para darnos información al respecto, tanto de las zonas donde pasan el invierno, como del recorrido premigratorio y migratorio que siguen, o de las fechas en que lo realizan, etc.)… y si la campaña anterior fue “mala”, ésta del 2023 ha sido nefasta, horrible, con una tasa de productividad de 0,71, ni si quiera de un pollo por nido, con lo que esta situación o cambia mucho, que no tiene pinta, o la supervivencia de la especie se antoja complicada… y aquí surge la pregunta que muchos se hacen y que ya salió a relucir también en los últimos “congresos ibéricos sobre aguiluchos”, o sea, si a pesar del gran esfuerzo de los voluntarios, asociaciones y administraciones pública (éstas solo en algunos casos y en una zonas/comunidades más que en otras), no se está consiguiendo que el aguilucho cenizo remonte el vuelo, con un declive notable en la península en términos globales, entonces cabe preguntarse si lo único que estamos haciendo es simplemente “alargar la agonía de esta especie”.
Tabla comparativa de los datos de las campañas de salvamento de Aguilucho cenizo en la zona de "La Serena y Vegas Altas" por años: 2011-2023.
¡¡Haz clic sobre la tabla para poder ampliarla!!.
ZONA |
PRODUCTIVIDAD |
Don Benito - La Haba |
1,61 |
Villanueva - La Haba |
0,35 |
La Coronada |
1,5 |
Campanario |
0,78 |
Castuera |
0,36 |
Benquerencia |
0,69 |
Cabeza del Buey |
0,45 |
Como se puede ver en esta última tabla, las únicas zonas dentro del área de "La Serena y Vegas Altas" con buen resultado han sido "Don Benito - La Haba" y "La Coronada", el resto por debajo o muy por debajo de 1, o sea, del umbral de supervivencia de la especie, y si a esto le añadimos que en las zonas con más nidos como Cabeza del Buey o Campanario (aquí además se había batido el récord de nidos localizados, con 46, si bien el número de parejas es menor puesto que algunos de estos nidos fueron puestas de segunda reposición) la productividad ha sido muy baja pues acaba arrastrando y mucho, en la productividad a nivel global de toda el área.
Si bien es cierto que en los artículos de este blog relacionados con la campaña de salvemento del aguilucho cenizo, están centrandos principalmente en la zona de "La Serena y Vegas Altas", comentar también y por desgracia, que la situación en el resto de zonas de Extremadura donde se hace campaña, los resultados han sido igual de malos y es que si bien algunos de los problemas, como la depredación pueden ser más localizados en una zona que otra, el resto de factores son más generalizados, más globlaes: "la climatología, la intensificación de la agricultura, los plaguicidas, las cosechas tempranas, la pérdida de hábitat por el aumento de cultivos leñosos (olivos principlamente, seguidos de almendros y pistachos) y la eliminación de linderos y barbechos, afectan gravemente a esta especie catalogada como Vulnerable en el Libro Rojo de las Aves de España".
Tabla comparativa de datos de la campaña 2023 en Extremadura por zonas.
¡¡Haz clic sobre la tabla para poder ampliarla!!.
Aguilucho cenizo (Circus pygargus)
[NOTA: Tanto esta foto como la del inicio de este artículo son de Juanjo Benítez, compañero de ANSER y voluntario durante la campaña de salvamento de este ave].
En cuanto al esfuerzo de los voluntarios (tanto españoles como extranjeros) de ANSER (Asociación Naturalista de Amigos de La Serena) una vez más hay que decir que es elogiable, admirable las horas de campo que realizan, algunos utilizando incluso días de sus propias vacaciones o echando horas después de su jornada laboral, o quitándoselas de estar con sus familias, pasando fatigas y soportando altas temperaturas, ya sea a la hora de localizar nidos, de hacer cercados (soldando y colocando posteriormente la malla), de proteger los nidos colocando lso cercados o a la hora de recogerlos al finalizar la campaña… y todo de forma totalmente altruista, por amor a estos bichos y a la naturaleza en general, sin pedir nada a cambio... por eso da mucha rabia e impotencia, cuando algunos al verlos en el campo comentan, con cierto desdén, que si están ahí es porque “pa’eso les pagan”.. ¡qué equivocados están!…
En las dos fotos de arriba, voluntarios de ANSER tranportando y colocando un cercado, en el mes de mayo.
Compañero de ANSER tras colocar un cercardo en la zona de Campanario.
El proceso contrario al de las fotos de arriba, ya avanzado el mes de julio, iniciando la recogida de un cercado en la zona de Campanario.
Prueba del gran esfuerzo que hacen los voluntarios es que el número de nidos localizados sigue siendo importante, incluso en los tres-cuatro últimos años ha habido un repunte… pero claro, después están los otros factores que influyen en que la productividad sea tan baja y con los que intentamos luchar para minimizar los daños en la medida de nuestras posibilidades: colocando cercados para proteger los nidos lo máximo posible de la depredación terrestre, pero no podemos evitar la aérea (como la de búhos o milanos, principalmente) o colocando mallas de sombreo en el exterior o cajas de madera en el interior del nido para dar sombra a los pollos y cobijo frente a posibles intentos de depredación aérea, pero aún así, es imposible evitar las muertes causadas en los pollos por temperaturas extremas mantenidas consecutivamente durante días, acompañadas de sus tórridas noches, o por no hablar de las fuertes tormentas que provocaron grandes trombas de agua y granizo en poco tiempo, que no solo es que no remitieran el problema de la sequía sino que provocaron muchos daños, con zonas completamente anegadas, incluyendo muchos nidos de aguiluchos, como ocurrió en la última semana de mayo y en la primera de junio, y que a nivel de la campaña, afectó gravemente a la zona de Cabeza del Buey, con una de las mayores colonias y en donde gracias a las cámaras de fototrampeo, pudimos ver como los nidos quedaron anegados, con huevos o pollos pequeños flotando en el agua, muertos, ya fuera por ahogamiento o por hipotermia… sin duda fueron días muy duros, muy tristes para todos los que participan en la campaña, al ver que tanto esfuerzo realizado y tantas horas de campo se van al traste por los fenómenos meteorológicos extremos (que en los últimos años se van repitiendo con más frecuencia) o por una cada vez mayor depredación… y entonces, es cuando me viene a la cabeza eso que una vez me dijeron: “unas veces se gana, otras veces se pierde y otras veces… otras veces se pierden las ganas”.
Fotos de cámaras de fototrampeo donse se puden ver nidos anegados tras una tormenta en la zona de Cabeza del Buey en la tarde del 27 de mayo.
Cercado convertido en un amasijo de hierros... son los estragos de las fuertes rachas de viento en Cabeza del Buey... por si hubiéramos tenido bastante con la sequía, las temperaturas extremas, las tormetas y la depredación, además rachas de viento que arrastraban los cercados a mucha distancia de donde estaban colocados y los convertían en un amasijo de hierros.
Por si fuera poco, con las tormentas caídas la tierra se reblandeció, lo que provocó que la depredación por zorros, que más o menos estaba controlada con los cercados, se intensificara, ya que al estar la tierra más blanda en algunas zonas, podían excavar túneles por debajo de los cercados y predar los nidos, en otras ocasiones lo intentaron pero la tierra no estaría suficientemente blanda y desistieron, pero las marcas de los intentos de excavar túneles, incluso en algunos casos en distintos lados del nido, lo constatan… en definitiva, toda una combinación de factores que provocaron que la campaña fuera desastrosa, lo que implicaba una desolación e impotencia total entre todos los voluntarios y toda la gente que en menor o mayor medida ha colaborado en ella, teniendo el único consuelo de pensar que si la campaña ha sido mala, si la productividad ha sido paupérrima, ¿qué hubiera pasado si no se hubiera intervenido? ¿que hubiera pasado sin el trabajo realizado para intentar salvar al aguilucho?… la respuesta es clara, simple y llanamente ¡¡todo hubiera sido mucho peor, mucho más catastrófico!!… pero también la pregunta consiguiente es clara, la misma que he planteado antes ¿no será que lo único que estamos consiguiendo es alargar la agonía de esta especie?… lo que está claro es que conociendo a las personas que trabajan es estas campañas de salvamento de aguilucho cenizo, como en la defensa de la naturaleza en general, seguirán luchando en mayor o menor medida, en función de sus posibilidades, por intentar salvar esta especie.
En esta foto de arriba, se puede ver como el zorro ha excavado por debajo del cercado para acceder a su interior y predar completarmente el nido.
En esta foto, una 'solución sobre la marcha' para evitar que los zorros excaven por debajo del cercado, ya que en este caso es como si hubiera un doble cercado colocado, lo que obligaría al raposo a hacer un túnel mucho más largo o dos excavaciones. Cuando digo que es 'una solución sobre la marcha, improvisada', es porque se han aprovechado 'alerones-extensiones' de otros nidos que ya habían sido predados en esa misma zona, para ponerlos en la parte baja, en lugar de en la superior que es para los que habían sido diseñados. Lógiamente esta solución no se podría aplicar para todos los nidos porque ni hay suficientes piezas para tantos nidos ni porque logísticamente es viable, ya que en el caso de la foto, el cercado tiene las 4 piezas base + 4 alerones-extensiones en la parte superior + 4 alerones-extensiones en la parte inferior, en total 12 piezas, lo que aparte del trabajo en tiempo y esfuerzo en colocarlo, supone que para tres nidos necesitaríamos 36 piezas, con lo que llenaríamos el carro utilizado para su transporte y tendríamos que estar haciendo multiud de viajes y desplazamientos, para lo que se necesitaría disponer de mucho tiempo, material y personal... pero como en este caso, si hay algún cercado en los alrededores que ya no sea útil porque el nido haya sido depredado, pues se puede utilizar parte de él para reforzar otros (esto solo aplicable para el caso de terreno blando que puedan excavar los zorros, porque en circunstancias normales no sería necesario).
Como único apunte positivo de este año, resaltar que a raíz de colocar en la campaña anterior “cajas de protección” en el interior del nido, a modo de túneles de madera, combinada con el uso de la paja, colocándolas en algunos “nidos pilotos” para probar su efectividad y tras comprobar al término de la campaña, la buena y rápida acogida que tuvieron por los pollos que no las extrañaron en ningún momento y que en esos nidos la muerte por calor disminuyeron y que a la vez podrían servir como protección frente a las amenazas por depredación aérea, en esta campaña, se han redoblado los esfuerzos para hacer más "cajas de protección" (elaboradas con madera “tricapa”, que creo que es la misma que se utiliza en las colmenas de abejas), intentado colocarlas en el mayor número de nidos posibles, recubriéndolas con paja, observando durante el seguimiento de los nidos y al igual que en la anterior campaña, la buena acogida que tienen por parte de los pollos que rápidamente la utilizan para buscar sombra y refugiarse del sol directo, sin extrañarlas en ningún momento.
Colocando "cajas de protección" en el interior del nido. Arriba antes de echarle la paja por encima y en la foto de abajo ya con la paja.
En estas dos fotos vemos como los pollos aprovechan las cajas tanto para protegerse del sol como de posibles amenazas. En ambas se pueden ver pollos que han sido anillados en esta campaña.
Por otro lado, como ya he comentado antes, paralelo a la campaña de salvamento y desde el año 2016, se intenta también marcar con GPS algunos ejemplares adultos de aguiluchos, así como pollos (aunque a estos solo desde hace unos años hacia acá y gracias a los adelantos tecnológicos que permiten dispositivos más pequeños y menos pesados), para poder saber más sobre ellos. Se han marcado a lo largo de estos años 19 ejemplares adultos y 22 pollos, si bien es cierto que tal y como he comentado al principio de esta entrada, muchos de estos pollos murieron en su etapa inicial, al abandonar el nido o en sus viajes premigratorios a lo largo de todo la península, pero en cualquier caso, estos marcajes con GPS nos han arrojado mucha información que aún no se ha podido analizar por completo, pero de la que ya se pueden extraer algunas conclusiones, como se avanza en la revista Quercus en un artículo en su edición del mes de noviembre de este año, en relación a la campaña del aguilucho cenizo en Extremadura, escrito por: Brigitte Berger, Manuel Calderón y Daniel Merino, pertenecientes a la asociación ANSER (Asociación Naturalista Amigos de La Serena) con la que realizan la campaña de salvamente en La Serena y Vegas Altas, además de pertenecer, colaborar y hacer labores de coordinación dentro del GEA (Grupo Extremeño de Aguiluchos) y del GIA (Grupo Ibérico de Aguiluchos) respectivamente. En este artículo salen a la luz algunas de las conclusiones que se van sacando del resultado del análisis de los datos que se han ido obteniendo a lo largo de estos años, como pueden ser:
- “Los aguiluchos cenizos inician su migración hacia las zonas de invernada desde finales de julio hasta primeros de septiembre. Algunos hacen descansos de varios días, mientras que otros migran todo el tiempo casi sin interrupción.
- Un juvenil realizó una etapa de más 1.100 kilómetros sin escala volando sobre el mar, partiendo del Cabo de San Vicente (Portugal) y hasta las costas del Sahara Occidental.
- Todos realizan grandes distancias (3.600-4.000 kilómetros) en un tiempo que oscila entre 7 y 31 días (promedio 16 días).
- Una vez en África, los aguiluchos cenizos se establecen en zonas de Senegal, Mauritania y Mali, a veces a distancias de más de mil kilómetros unos de otros.
- Con respecto a los viajes prenupciales (la migración de primavera), comienza a partir de finales de febrero y hasta primeros de marzo. Al contrario de la migración de otoño, muchos más ejemplares realizan pausas de algunos días en la ruta. De esa forma, hacen el viaje en etapas que van de los 13 a los 33 días (promedio de 27 días). Muchas veces son rutas tortuosas en lugar de rectas, lo que les llevan a cubrir distancias de 7.000 a 8.000 kilómetros.
- Como curiosidad, una hembra marcada con GPS ("Zora"), antes de llegar al lugar de nidificación, realizó unos vuelos prenupciales de nada menos que unos 3.540 kilómetros por Extremadura, Portugal y el centro peninsular. Finalmente volvió a un lugar muy cercano al del año anterior para nidificar”.
- “Los aguiluchos cenizos inician su migración hacia las zonas de invernada desde finales de julio hasta primeros de septiembre. Algunos hacen descansos de varios días, mientras que otros migran todo el tiempo casi sin interrupción.
- Un juvenil realizó una etapa de más 1.100 kilómetros sin escala volando sobre el mar, partiendo del Cabo de San Vicente (Portugal) y hasta las costas del Sahara Occidental.
- Todos realizan grandes distancias (3.600-4.000 kilómetros) en un tiempo que oscila entre 7 y 31 días (promedio 16 días).
- Una vez en África, los aguiluchos cenizos se establecen en zonas de Senegal, Mauritania y Mali, a veces a distancias de más de mil kilómetros unos de otros.
- Con respecto a los viajes prenupciales (la migración de primavera), comienza a partir de finales de febrero y hasta primeros de marzo. Al contrario de la migración de otoño, muchos más ejemplares realizan pausas de algunos días en la ruta. De esa forma, hacen el viaje en etapas que van de los 13 a los 33 días (promedio de 27 días). Muchas veces son rutas tortuosas en lugar de rectas, lo que les llevan a cubrir distancias de 7.000 a 8.000 kilómetros.
- Como curiosidad, una hembra marcada con GPS ("Zora"), antes de llegar al lugar de nidificación, realizó unos vuelos prenupciales de nada menos que unos 3.540 kilómetros por Extremadura, Portugal y el centro peninsular. Finalmente volvió a un lugar muy cercano al del año anterior para nidificar”.
En esta campaña, el sábado 17 de junio se realizó un jornada de anillamiento y colocación de GPS en la zona de Campanario y Benquerencia. Se instalaron dispositivos de seguimiento a cuatro pollos y a tres hembras adultas, una de las cuales tenía una marca alar, la P56 (creemos que se trata de una de las hembras cuyo huevo fue incubado en cautividad por AMUS en 2021 y criada posteriormente en un hacking).
Por desgracia, cuatro días más tarde ya se detectó que uno de los pollos de Benquerenica al que se le instaló un dispositivo de seguimiento, no registraba movimientos de cambio de posición, comprobando posteriormente que había sido predado, aunque al menos se pudo recuperar el transmisor GPS. Por desgracia, no fue el único pollo que perdimos, ya que el 11 de julio (24 días después de instalarle el dispositivo de seguimiento), otro de la zona de Campanario, que había recorrido 1.100 kms en cuatro días, y que se encontraba en la provincia de Burgos, también dejó de registrar movimientos de cambio de posición.
Más tarde, el 26 de julio, una de las hembras adultas radiomarcadas apareció muerta y curiosamente, también en la provincia de Burgos.
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NOTA: Todas las fotos que aparecen en esta entrada están realizadas por los compañeros y voluntarios de ANSER que trabajan en la campaña de salvamento del aguilucho cenizo en la zona de "La Serena y Vegas Altas". Gracias a todos.
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Podéis consultar el resumen de campañas anteriores en ESTE ENLACE.
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