El género de orquídeas "Ophrys" está especialmente -diseñado- para engañar sexualmente a los insectos, y para ello poseen las flores más evolucionadas y complejas. Ofrecen a los machos la posibilidad de una cópula empleando mecanismos de atracción sexual, como son formas y coloridos que recuerdan a abejas y abejorros, y sustancias olorosas similares a las segregadas por las glándulas mandibulares de algunas hembras, y todo con el fin de que los insectos, al visitar la flor, se lleven pegados los polinios, y así fecundar a otras plantas a las que vayan más tarde, al facilitar su contacto con el estigma.
Otras adaptaciones de este grupo vegetal para atraer a los insectos son la simetría y la presencia del labelo, cuya funcionalidad no es otra que la de facilitar que se poseen los polinizadores.
Las fotos que aparecen en esta entrada corresponden a la Ophrys fusca, subespecie dyris, en una bonita población que crece, de momento, en la Sierra de Castuera, comarca de "La Serena", sureste de Badajoz. Este taxón es muy similar a la subespecie tipo, de la que se diferencia por su espéculo indiviso, contorneado por una franja blanquecina en forma de "W", además de por presentar los márgenes del labelo muy convexos.
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