Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

25 jun 2012

Festival de Teatro Clásico de Cáceres. Obra: "El Buscón", de Quevedo.

  El pasado viernes de nuevo asistimos a la representación de otra obra dentro del Festival de Teatro clásico de Cáceres, en esta ocasión le tocaba el turno al célebre "Buscón" de Quevedo, si bien es cierto que era una adaptación libre del director Alfonso Zurro, y como ya dije en la anterior entrada relacionada con este festival, los cambios de contexto de las obras clásicas no me van mucho, y en este caso, al ser una adaptación libre, iba con un poco de recelo ante lo que pudiéramos encontrarnos, pero la verdad, después de haberla visto, lo único que puedo decir es que estuvo genial...

  El fondo del escenario, el montaje, la escenografía, parecía algo tétrica, lúgrube, todo lleno de trajes colgados y maniquíes, con un entorno donde predominaron los contrastes de luces y sombras que realzaba más ese ambiente si cabe, que es como resultó ser el comienzo de la obra, con unos maniquíes moviéndose hacia delante por los actores que estaban detrás, al ritmo de la música y de los contrastes del claro-oscuros provocados por la iluminación...

Escenario en la plaza de San Jorge, en pleno centro histórico de Cáceres, antes de que la obra diera comienzo.

  En esta representación no se sigue una trama o un patrón que se va desarrollando a lo largo del tiempo que dura la obra, sino que ésta está compuesta por muchas pequeñas obras, o mejor dicho, por muchos sketch que en la mayor parte de las ocasiones no tienen nada que ver unos con otros, exceptuando algunas ocasiones, sino que cada uno de ellos representa a un tipo de picaresca-engaño diferente, porque de eso va la obra, de engaños, embaucadores, pícaros y pillos, y en cada uno de estos sketch las situaciones son distintas y los personajes también, y el único nexo común que tienen son, por un lado, que todos tratan el tema de la picaresca y el engaño, a través del ingenio; y por otro, que en todas ellas sólo hay un personaje en común, que por supuesto es el personaje principal, Pablos, el 'buscón', el pícaro, el pillo, el truhán enfrascado en la difíciles situaciones o contexto que le toca vivir en sus inicios (desde la aparición fantasmagórica de su padre ahorcado por su tío el verdugo, el inicio del aprendizaje del oficio de verdugo con su tío, las novatadas que tiene que sufrir como criado de su amo cuando éste ingresa en la universidad de Alcalá, el hambre y las penurias que pasa en la pensión de su avaro dueño, etc...), pero de las que va sacando partido, de las que va ganando en experiencia, porque como dicen algunos: ”la calle es la mejor escuela”, salvo que él lo aplica todo a la forma de ganarse la vida con la pillería, el engaño y la picaresca, aunque de forma ingeniosa, en el afán de trepar rápidamente, ganar dinero fácil y rápido sin dar palo al agua, y es aquí donde también se enlaza, o el director quiere al menos que reflexionemos o hacernos ver, en cómo a pesar de los años, siglos, seguimos con la picaresca, de formas distintas pero con el mismo fondo, entablando paralelismos entre la picaresca de la época de Quevedo y situaciones actuales, enlazando, engarzando diferentes sketch con situaciones-picaresca a la antigua usanza, con otras contemporáneas y de reciente actualidad (relacionadas con el mundo de la droga, prostitución o inmigración).

  En el tramo final, en los últimos sketchs, el 'Buscón' llamado Pablos, trepa rápidamente pasando de matón de saldo y esquina (como diría la canción “Pedro Navajas” de Rublén Blades, o también como la que hemos visto bien representada en “El Capitán Alatriste”, donde los viejos soldados del tercio de Flandes, malvivían alquilándose a gente de dinero para vengar alguna que otra afrenta, normalmente relacionadas con tema de cuernos) a traficante de armas, y de aquí a político o simulacro de político, o mejor dicho, demagogo de turno, igual que la mayoría de nuestros políticos en campaña, con un final donde se queda el escenario a oscuras, con los focos iluminándolo solamente a él, sobre un atril, y soltando una arenga, un discurso tocando los temas actuales para tocar la fibra a todos que quieran escucharlo, un discurso impetuoso, inflamado, lleno de palabrería que después se quedarán en nada, o sea, como nuestros políticos en plena campaña electoral, donde después de ser elegidos se dedican a vivir del cuento, o al menos la mayoría de ellos, y sino, ¿cómo se entiende que teniendo la mitad de población tengamos el doble de políticos que Alemania, por ejemplo?...

  Por si fuera poco, todos los sketchs, están aderezados con situaciones y actos cómicos, con un sinfín de personajes representados tan sólo por un elenco de seis actores, además del protagonista, que entran y salen por las cortinas de ese fondo tétrico de ropajes y maniquies, convertidos en diferentes personajes, y donde tan sólo, el 'Buscón', Pablos, es el único que se mantiene prácticamente durante toda la obra en escena, cambiándose de cara al público, con tanta agilidad, destreza, transparencia y naturalidad, como quien respira, y todo ello con el fin de representar su papel adecuado a cada situación, a cada sktech, los cuales además son introducidos al público mediante rótulos que van apareciendo en la piedra con la que se forma este casco histórico de Cáceres, con lo que es más fácil al público seguir cada uno de estos skecth, sirviendo a modo de introducción (así por ejemplo están: el asustaviejas, el tirón, el trilero, el anillo, etc, etc...)


  En definitiva un montaje divertido, vertiginoso, entretenido, mezclando situaciones y picarescas-engaños actuales con los de otra época más lejana, que levantó las carcajadas del público asistente, donde a más de uno/a le entró la típica y contagiosa risa floja que no se es capaz de parar (por sacar punta, se hizo alusión desde el tiro en el pie del nieto del rey hasta a Botín, como cuando el trilero decía aquello de que si el don que Dios le había dado en las manos para mover cajitas de un lado a otro y ocultar la bolita para engañar la vista de los pardillos, se lo hubiera dado en el coco, en lugar de mover cajitas movería acciones, valores, de aquí para allá... y de aquí la alusión a Botín). Hora y media muy divertida y entretenida, que se pasa en un suspiro, con esa vorágine y ese ir y venir de personajes y con un 'Buscón' que está genial y que tiene que acabar reventado después de cada representación a juzgar por todo lo que se mueve y por la gran expresión corporal que le imprime a su personaje en las distintas situaciones.

  El público, al final en pie, y aplaudiendo de lo lindo por que se lo pasó en grande con esta adaptación libre dela “Historia de la vida del Buscón, llamado Pablos” y hasta el año que viene...


  Curiosamente, las dos obras que hemos elegido para ver este año ("La hermosa fea" y "El Buscón"), junto con la inaugural de Rafael Álvarez, el Brujo, son las tres obras que han registrado un lleno absoluto (si bien es cierto que el aforo es reducido, quizás unas 500 personas en la plaza de San Jorge, a ojo de buen cubero), aunque también otras obras representadas en este Festival han tenido una buena acogida de público, según se comenta en este artículo.

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