Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

12 sept 2012

La Ruta del Danubio en Bici: El tramo más bonito e interesante, el tramo fronterizo entre Serbia y Rumania, las "Iron Gates".

  Esta entrada está escrita a destiempo, después de terminar la ruta cicloturista, y la razón de este desfase es porque revisando algunas de las entradas que había escrito durante el viaje cicloturista por el segundo tramo del Danubio, me di cuenta que no había hablado nada de la zona más interesante de todo el recorrido, en parte porque desde que salimos de Belgrado y hasta que llegamos al Mar Negro, no pudimos acceder a un ordenador con conexión a internet, y en el mejor de los casos, hemos podido tener en algunos sitios zona wifi, pero sin ordenador es como si no tuviéramos nada, así que coloco esta entrada aquí, junto a algunas fotos, y a la espera de que haga una selección de las fotos del viaje para colgarlas y publicarlas en este blog.

  A nivel paisajístico y en cuanto a naturaleza se refiere, el tramo más bonito e interesante es sin ninguna duda, al menos para mi, el tramo de frontera entre Serbia y Rumania, un recorrido de unos 140 km entre Ram y la presa sobre las aguas del Danubio, que además sirve como paso fronterizo, y una zona a la que globalmente se la llama con el nombre de las “Iron Gates” (Puertas de Hierro). El recorrido comienza comienza en Ram, a los pies de su fortaleza otomana, y después de un fuerte repecho y de algunos cambios de rasantes, el itinerario sigue, a partir del pequeño pueblo de Zatonje, enteramente paralelo al Danubio, primero por unos primeros kilómetros llanos, por carretera local o pista ciclable, con el río a nuestra izquierda, y algunas lagunas a la derecha, con muchísimos pescadores en esta orilla del río, y bien parece que éste es el deporte nacional, a juzgar por lo que hemos vistos durante el recorrido; este tramo inicial termina de Veliko Gradiste, donde antes se encuentra un 'Centro de Recreación', una especie de centro de ocio, con un pequeño puerto deportivo, zona de restaurantes y alojamiento para vacaciones.

Atardecer sobre el Danubio en la cercanías de Ram (Serbia).

  Desde Veliko Gradiste seguimos acompañando al río en su recorrido, prácticamente sin perderlo de vista, siguiendo la gran curva que va trazando, pasando por algunas zonas arboladas, tranquilas y bonitas, hasta llegar a Golubac, donde a la entrada ya podemos disfrutar de una zona de baños, mientras al fondo podemos ver el Castillo de Golubac, situado justo donde el Danubio comienza a estrecharse después de haber unido los dos brazos que hacen que se cree una gran isla en medio.

  En Golubac, disfrutamos del baño, de un rato de descanso, y aprovechamos también para comprar fruta (en algunos de los puestos que hay en la calle), provisiones, y de paso, comer un poco antes de afrontar la parte con más subidas desde que iniciamos esta ruta en Budapest.

  Es a partir de Golubac cuando realmente comienza lo más interesante, primero porque nos metemos de lleno en en el Parque Nacional Djerdap, y de él sólo saldremos cuando crucemos de nuevo el Danubio por las Iron Gates, para dejar Serbia y adentrarnos en Rumania.

En el centro de la foto, al fondo, se levanta un cerro sobre el que se asienta el castillo de Golubac, camuflado por la montaña que tiene detrás, y entre ellas comienza la zona donde el río comienza a estrecharse, a diferencia de la gran extensión a lo ancho que ocupa previamente, como se puede ver en esta foto, tomada desde la zona de baños de Golubac.

  Los 4 o 5 km entre Golubac y su castillo, son muy chulos, un preludio de lo que nos esperaba. Vamos paralelos al río, que lo tenemos a nuestra izquierda, mientras a la derecha tenemos un terreno que cada vez se vuelve más escarpado, con paredes verticales en las que se ha tenido que hacer una 'muesca', 'meterle un bocao' para que puedan pasar por la carretera vehículos más altos que un simple coche, viendo en algunas de las curvas serpenteantes que hace el recorrido, a través del 'bocado' que le han metido a la pared rocosa, por debajo de la cual pasa la carretera, el castillo de Golubac al fondo, levantándose airosas sus 9 torres, como surgiendo o elevándose del agua, y nunca mejor dicho, porque algunas quedan ahora sumergidas, en parte, en el agua, debido a la subida del caudal como consecuencia de la construcción de la presa aguas abajo.

  Como siempre que se construía un castillo, se elegía siempre un punto estratégico, y en este caso, el castillo que se eleva hasta las cima de los acantilados, utilizando parte de estos como murallas, y situándose justo en el punto donde se produce la entrada o salida de la zona más estrecha del río, controlando todo el tráfico que se produzca por el río y constituyendo un sitio casi inexpugnable, aunque realmente no lo debió ser tanto, porque esta fortaleza del siglo XIII pasó de mano en mano hasta que finalmente cayó bajo el dominio serbio en 1815. Pero además, este castillo, donde algunas de sus torres se elevan hasta 25 metros, tiene la curiosidad de que la carretera estrecha pasa a través de él, a travesando dos de sus puertas, y saliendo de la fortaleza por un túnel abierto en la roca del acantilado, una pasada, sobre todo porque a la izquierda estamos prácticamente a ras del río, viendo algunas de sus torres casi anegadas, mientras que si miramos hacia la derecha vemos la verticalidad con la que se elevan algunas de sus torres, que dan vértigo de sólo mirarlas.

'Muesca' en las paredes rocosas verticales para facilitar el paso de vehículos. Al fondo y en la parte central, ya se comienza a ver el castillo de Golubac.



En esta foto, y en la siguiente, el castillo de Golubac. En la de abajo se puede ver como la carretera atraviesa el castillo, entrando en él por una de sus puertas de entrada. La salida es a través de un túnel hecho en la propia roca.



  El recorrido sigue por pleno parque nacional, con subidas y bajadas, nada pronunciadas, más bien constantes, sin grandes desniveles, donde por primera vez comenzamos a ver un terrero más montañoso, es más, hay que atravesar hasta un total de 21 túneles, de longitud variable, en algunos no se ve la salida, con lo que debemos poner luces delante y atrás en nuestras burras, además de en mi caso, ponerme el chaleco reflectante.

  Al final de un cuesta, a unos 10 km de donde acabamos haciendo noche, Donji Milanovac, es donde se encuentra la subida más larga y pronunciada de la jornada, y al término de ella se encuentra un grupo de alemanes que están descansando, porque ya la han subido en bici por el otro lado (van haciendo la ruta en sentido contrario al nuestro). Cuando llegamos a su altura se ponen en fila y se ponen a aplaudirnos y a darnos ánimo, pero la curiosidad está en que varios de ellos van con las bicicletas invertidas, esas con las que se pedalea tumbado, como si estuvieras recostado en el salón de casa.

El grupo de alemanes, algunos con sus 'bicis invertidas', emprendiendo la bajada, aunque para nosotros fue un tramo de subida ya que ellos iban realizando la ruta en sentido contrario.

  Detrás de nosotros llegó otro chico alemán, en solitario, pero en la bajada hasta el pueblo siguiente, le sacamos algo de ventaja, aunque al final coincidimos en Donji Milanovac, donde los tres haríamos noche, una acampada libre por nuestra cuenta en una zona de césped junto a una pequeña zona habilitada como playa, donde además había unas duchas, como las de cualquier playa, y que son las que usamos para darnos nuestra ducha particular, además del baño que algunos se pegaron previamente en el río. Las tres tiendas las pusimos por la noche, para evitar problemas, y a las 7 de la mañana ya las estábamos recogiendo, aunque el alemán salió zumbado hora y media antes (por esta zona amanece muy temprano).

En la zona de baños de Donji Milanovac, donde nos quedaríamos esa noche, y justo en este mismo sitio. Junto a Iñaqui, el tubo gris que se ve es una de las duchas de esta pequeña playita y al fondo, y por la izquierda, se puede ver parte del recorrido por estas montañas que realizamos por la tarde antes de llegar a esta localidad...

  La etapa siguiente que hicimos entre Donji Milanovac, e Hinova (éste último un pequeño pueblo ya en Rumanía) también fue una pasada, al menos hasta cruzar la frontera e introducirnos en Rumanía, donde acabamos haciendo unos 30 km más, pero ya el recorrido por esta otra orilla del río no fue el mismo, además de ir por una carretera nacional con mucho tráfico, hasta los últimos 10 km, donde por fin la acabamos dejando para adentrarnos en una zona más tranquila.

  Como digo, los casi 55 km hasta la frontera, que se pasa utilizando la presa construida sobre el río, y a la que en un sentido más estricto o reducido se la conoce también como las “Iron Gates”, fueron también para el disfrute, aunque a primera hora de la mañana tuvimos aire en contra, pero tuvimos a favor las bonitas vistas y una temperatura fresca a primera hora, por carretera estrecha sin apenas tráfico, con las vistas del Danubio y en plena naturaleza, por zonas de bosques y por tanto de mucha arboleda, pero sin lugar a dudas, las mejores panorámicas de toda la ruta están justo cuando comienza la zona más estrecha del río en todo su recorrido (más de 2.800 km), cuando éste se intenta abrir paso entre las montañas, entre las estribaciones de los Montes Cárpatos, que llegan también hasta este Parque Nacional del Djerdap, divido en cuatro cañones (en uno de ellos hay un centro turístico y en otro es donde el río alcanza la máxima profundidad) y contanto con tres gargantas, además de tener este área protegida, hasta 10 reservas naturales de gran valor, tanto histórico como monumental, y todo ello lo convierte en el Parque Nacional más grande de Serbia.

En esta zona desaparecen las grandes llanuras donde el río fluía mánsamente abarcando grandes espacios, ahora en cambio, se estrecha y se retuerce para abrirse paso entre las montañas y sus acantilados, mientras nosotros comenzamos una larga subida en la que cada vez vamos tomando más conciencia del entorno que nos rodea, al tener desde arriba una vista privilegiada. Además, es esta zona en la que debido a la construcción de la presa, el río alcanza también su máxima profundidad, a la vez que su máxima estrechez.

El Danubio abriéndose paso entre la zona sur de los Montes Cárpatos, dentro del tramo más estrecho de su recorrido.

Uno de los puntos en los que el río se abre paso entre acantilados rocosos que se elevan en ambos márgenes. Lo que aparece en el centro es un barco, un 'carguero'...

  También tenemos que pasar en esta jornada por algún que otro túnel, y a la salida de uno de ellos es cuando tenemos a nuestra izquierda, en la otra orilla, abajo, al fondo, en la parte rumana (nosotros vamos pedaleando en subida por el margen derecho del río, por el lado serbio), el típico monasterio ortodoxo que hemos visto en bastantes fotos, el “Monastirea din Valea Dunarii” (“Monasterio del Valle del Danubio”), y un poco más adelante, hacia la derecha de este monasterio, se encuentra la talla gigante de un rostro cincelado en la roca, y que corresponde al monumento "Decebalux Rex"  que representa la estatua del rey dacio Decébalos, de 40 metros de altura, lo que la convierte en la escultura de roca más alta de Europa. Está emplazada en una orilla rocosa del Danubio y justo debajo de ella se encuentra una inscripción en latín en la que se lee "DECEBAL REX - DRAGAN FECIT" ("Rey Decébalo - Esculpido por Drăgan", siendo Drăgan el  historiador rumano que trabajó en dicha escultura durante 10 años). Justo enfrente de esta escultura en roca, pero en la otra margen del río, en la orilla serbia, se encuentra otro monumento, una antigua placa o losa, la  “Tabula Traiana” (Tabla de Trajano), mandada a construir por el emperador romano Trajano para conmemorar la terminación de la vía romana que llegaba hasta la Dacia desde Belgrado, y que incluía la construcción de un puente (Puente de Trajano) para cruzar el Danubio, todo para transportar a las tropas romanas, junto con la logística necesaria, a esta zona con el propósito de conquistarla. La curiosidad estriba en que actualmente esta losa tuvo que recortarse de la roca y subirla unos 50 metros más arriba, para evitar que quedara sumergida bajo las aguas del Danubio, una vez que se terminó de construir la presa sobre el río, aguas abajo.

  Durante este tramo de recorrido podemos realizar varias paradas en cada uno de los miradores que existen a la izquierda de la carretera, para regodearnos con las vistas, además de tomar un descanso, hasta llegar al punto más alto, junto a la aldea de Tejika, donde se toma conciencia de las montañas, de no demasiada altura, que forman parte del sur de los Montes Cárpatos, y unos 500 metros antes, en el último mirador de este recorrido, se tienen también unas vistas impresionantes de una de las 'calderas' que se forman entre las partes más estrechas del río, en la cual se encuentran el monasterio ortodoxo y el gigantesto rostro esculpido en roca de "Decebalus Rex", en la orilla rumana del río, y el monumento “Tabula Traiana”, frente a estos dos, en la orilla serbia, como ya he comentado anteriormente.

En la subida más larga y pronunciada de este tramo de 140 km por las 'Puertas de Hierro' ("Iron Gates"), justo antes de introducirnos en uno de los túneles por el que pasa la carretera, tenemos el primer contacto visual con el Monasterio ortodoxo del Valle del Danubio, que se encuentra en la otra orilla, en la parte rumana (el río hace de frontera entre Rumanía y Serbia). El monasterio (Monastirea din Valea Dunarii) es que se encuentra justo en la orilla del río, entre la bandera y las piernas de Iñaqui.

Desde la misma posición que la foto anterior, pero ampliando la zona, con el monasterio ortodoxo en la parte izquierda de la foto, en la orilla rumana del Danubio.

'Decebalux Rex', el monumento que representa una cara gigantesca cincelada en la roca, el rostro corresponde a Decébalo, el rey Dacio. Tiene 40 metros de alto y es la escultura en roca más grande de Europa, y está situada en la orilla rumana del Danubio. Frente a ella, en la orilla serbia, se encuentra otro monumento, la "Tabula Traiana", una losa con inscripción en latín dedicada al emperador Trajano para conmemorar la terminación de la vía, calzada, entre Belgrado y la Dacia, con la culminación del Puente de Trajano, por el que cruzarían el río las tropas romanas antes de conquistar y unir a su imperio estas tierras.

A la derecha 'Decebalux Rex', y a la izquierda el Monasterio ortodoxo del Valle del Danubio.

  El término de “Iron Gates” o Puertas de Hierro, hace referencia a la zona de las gargantas, desfiladeros o cañones que forma el río Danubio a su paso entre las montañas, haciendo de frontera en Rumanía al norte y Serbia al sur, y siendo toda esta zona la que separa la parte sur de los Montes Cárpatos de la parte norte de los Montes Balcanes. De aquí también deriva el nombre del Parque Nacional que estamos atravesando, ya que Djerdap en serbio significa 'garganta', y con el nombre en plural de Puertas de Hierro se hace referencia, hablando globalmente, a la totalidad de las gargantas o desfiladeros de esta zona, que sin lugar a dudas, es lo mejor en cuanto a paisaje, entorno natural y vistas panorámicas, de toda la ruta entre Budapest y el Mar Negro, al menos para mí, y también para mi compañero en esta aventura, Iñaqui.

En esta foto, junto a mi compañero Iñaqui, en uno de los miradores que se encuentran en la subida de este tramo de las Iron Gates.

  Desde el final de subida en Tejika, todo es bajada agradable hasta la frontera Serbia-Rumana de Slip, donde se cruza el río por encima de la presa, porque si bien es cierto que a toda esta zona que estoy comentando en esta entrada del blog, se le suele llaman de forma global, las Iron Gates (un tramo de más de 100 km), en un sentido más estricto o reducido, este término hace referencia a la zona de la presa o embalse, donde existen además dos centrarles hidroeléctricas, y exclusas para el paso de los barcos.

Las Iron Gates, en sentido más restringido, hace referencia a la zona donde se construyó una gran presa sobre las aguas del Danubio (además de dos centrales hidroeléctricas), donde de un lado está Serbia y del otro Rumania. En este caso, la propia presa sirve como paso fronterizo.

  Otros cicloturistas optan por hacer la ruta justo por la otra orilla, por el lado rumano, pudiéndose unir ambas rutas justo en la presa, aunque también cabe la posibilidad de seguir por el lado serbio y después por Bulgaria, aunque la guía que llevamos nosotros está desfasada, es del 2008, y no tiene tantas variantes, además de meter la pata en más de un sitio, sin embargo, sabemos que esta misma guía está más actualizada, con hojas plastificadas y con más variantes y detalle, porque se la hemos visto a varios cicloturistas alemanes, la pregunta es ¿estará también traducida ya al inglés esta versión o sólo esta en alemán?.

  Una vez cruzado el río, pasada la frontera, y ya en el lado rumano, cambian las tornas, con un paisaje más desolador en esta orilla (aunque el tramo anterior por la parte rumana también discurre por otro parque nacional) y donde se transita por carretera ancha con mucho tráfico, incluyendo muchos camiones, y a toda velocidad y llegando a Drobeta-Turnu Severin, la primera localidad grande rumana a la que llegamos. Allí hicimos una parada porque no estábamos seguros de si nos quedaríamos allí o seguiríamos un poco más adelante; compramos provisiones, comimos, descansamos un rato en un parque en las horas más calurosas, y después de dar una vuelta y en vista de que no nos gustaba para nada esta ciudad, que no podíamos acceder a internet en ningún sitio (para solventar algún que otro problemilla en mi caso y para contactar con amigos en el caso de Iñaqui), donde casi todo estaba cerrado por ser fiesta, excepto un pequeño 'carrefour' en el centro, y que es donde compramos las provisiones, y viendo que el tema del alojamiento podía estar chungo, decidimos seguir hacia delante, con viento en contra y de nuevo con carretera con mucho tráfico (es la que va en dirección a la capital, Bucarest)... en definitiva, poca motivación para pedalear... hasta que por fin nos quitamos este asqueante tramo de carretera, desviándonos hacia la derecha y comenzando nuestro periplo por zonas rurales, profundas y pobres del sur de Rumanía....

  Os dejo un pequeño vídeo de parte de este tramo:

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