Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

28 sept 2020

De ruta por Picos de Europa (macizo central o de los Urrieles) - Día 5: Collado Pandébano - Refugio Vega Urriellu (Naranjo de Bulnes) y vuelta.

Para nuestro último día en Picos de Europa, teníamos previsto realizar la subida al refugio Vega Urriellu, a los pies de la mítica pared del Naranjo de Bulnes (o Pico Urriellu, que es su nombre local, con 2.519 m.), y aunque existían varias posibilidades para llegar allí, finalmente nos decidimos por la ruta más cómoda, aunque esto suponía ida y vuelta por el mismo sitio, pero el personal andaba algo tocado después de las rutas de los días previos en los que prácticamente siempre acabábamos superando  los mil metros de desnivel positivo a lo que había que unir que los pronósticos meteorológicos daban lluvia a partir de las doce del mediodía y con temperatura más bien fresca, sobre todo para esta época veraniega en la que aún estábamos.

La idea era, al igual que la última vez que estuve aquí, ¡hace nada más y nada menos que 22 añitos de ná!, intentar subir en coche hasta Collado Pandébano para quedarnos con una ruta de unos 12 km entre la ida y la vuelta, frente a los 22 km de ida y vuelta si empezáramos desde el mismo albergue de Sotres, que es donde nos quedamos a dormir las dos últimas noches, y así nos quitaríamos la parte más “monótona” para caminar, con un tramo inicial de asfalto para después seguir por una pista amplia y cómoda, aunque bien es verdad que es en subida y desde donde se tienen también buenas vistas, pero es un tramo casi de 6 km entre Sotres y Collado Pandébano (a los que habría que unir la vuelta, por el mismo sitio) que a menos que se esté haciendo alguna travesía puede obviarse, al menos en mi opinión.

La alternativa a esta ruta era la de partir también desde Collado Pandébano, pero dirigiéndonos primero a la aldea de Bulnes, y desde allí subir la canal de Balcosin y la canal de Camburero para llegar al refugio de Vega Uriellu y desde allí a Collado Pandébano por el Collado Valleju para completar la ruta circular, algo más larga en distancia, aunque la dificultad no estaba en los kilómetros sino en la dificultad física a la hora de realizar la subida por las canales hasta llegar al refugio, algo que podía llevarnos mucho tiempo, a lo que habría que sumar que antes o después nos cogería la lluvia y la posible niebla que se suele formar en estos días, con lo que hacer la subida desde Bulnes por las canales podía ser interminable, más cuando algunos compañeros andaban algo tocados y otros no andaban precisamente en su mejor estado de forma, así que nos decantamos por lo cómodo y fácil, y si todo iba bien podríamos estar en el albergue de Sotres a buena hora y darnos un buen homenaje que para eso sería nuestro último día, además de estar más descansados para el largo viaje de vuelta que tendríamos al día siguiente.

Amanece y el sol parece que en esta mañana de verano no muestra ni las mínimas intenciones de levantase a trabajar, ha decidido quedarse  holgazaneando en la cama, acurrucado entre las sábanas y haciendo caso omiso del despertador, así que al asomarnos por las ventanas del albergue vemos que el día despierta totalmente cubierto y con bastante humedad después de la fina lluvia que estuvo cayendo durante la tarde anterior y durante gran parte de la noche; las nubes se afanan en no separarse de las partes altas de la montañas haciendo que éstas no sea vean y si a ello le añadimos los pronósticos de lluvia... pues la cosa no pintaba bien, pero ya que estábamos allí haríamos el recorrido previsto o lo que buenamente pudiéramos, aunque posiblemente no disfrutaríamos de las estupendas vistas que se pueden observar durante la ruta, en fin, ¡al mal tiempo, buena cara, y lo que tenga que ser, será!... 

Cuando iniciamos el viaje los pronósticos eran de prácticamente lluvia para todos los días, pero después y por suerte, fueron cambiando y si bien es cierto llovió prácticamente todos los días, excepto la tormenta en la Canal de Trea, el resto de días comenzó a llover después de llegar a nuestro destino o cuando nos quedaba poco para llegar, aunque después estuviera lloviendo algunas noches enteras... pero al final habíamos podido realizar todas las rutas al completo y disfrutando del recorrido, así que eso que ya llevábamos ganado por si en esta última marcha no pudiéramos regodearnos con las vistas y el entorno en general.

Sobre las 9 más o menos, después de desayunar, partimos desde el albergue de Sotres, más bien tarde, pero para hacer el recorrido de hoy y siempre que no hubiera ningún contratiempo grave, íbamos a andar más que  sobrados...

Hasta las invernales del Texu (las 'invernales' son los lugares donde bajan el ganado en los meses más duros del año en cuanto a frío y nieve) los coches van bastante bien pero después, ya siempre en subida, hay zonas de la pista que están un poco chungas, con muchos socavones y en pendiente, lo que provocaba que no fueran muy aptas para coches bajos o conductores inexpertos, por lo que durante esta subida por pista vamos viendo en diferentes sitios coches parados a un lado porque han decidido emprender la marcha desde allí en lugar de seguir hacia delante. Nosotros vamos subiendo pero por el retrovisor veo que JuanMi está teniendo algunos apuros con la furgoneta.

Al final paramos en un tramo de curva hormigonada, había más coches en ese tramo aparcados, antes de llegar a Collado Pandébano, porque el firme en la recta en pendiente que sucedía a la salida de la curva estaba mal, aunque podía subirse con algo de precaución...

Antes de ponernos en marcha, un vistazo a los alrededores, viendo como las partes altas de las montañas permanecían ocultas por las nubes bajas al tiempo que el valle aparecía ante nosotros a través del fino velo rasgado de la niebla, con jirones  aquí y allá entre los que se podían apreciar las pequeñas construcciones de piedra de las invernales del Texu, allá abajo, al fondo, lo que nos hacía ver lo que habíamos subido con los coches en tan poca distancia por este tramo de pista.



Cogemos las mochilas con algo de comida y ropa de abrigo y tras la foto de rigor, emprendemos la caminata, al principio por pista entre zona boscosa, hasta llegar al que en teoría iba a ser el punto hasta donde deberíamos haber llegado con los coches. Después de hacer este tramo de unos dos kilómetros, tan solo los cien metros o poco más que seguían al punto donde habíamos aparcado son los que estaban mal, el resto, hasta llegar arriba estaba muy bien, pista amplia y cómoda. Arriba vimos que había algunos coches que habían podido subir sin problemas hasta este parking de Collado Pandébano

Inicio de la ruta, donde dejamos aparcados los coches

Con este tramo extra de pista que no contábamos con hacer, al final nos saldrían cuatro kilómetros más de lo previsto, entre la ida y la vuelta, aunque como he dicho es una recorrido cómodo, con buen firme  y con subida progresiva y suave para empezar.

Desde el parking sale la senda que tras un breve tramo por paraje desarbolado, fuera ya del manto protector del bosque, llega al collado, donde a nuestra espalda está la pista por la que hemos subido hasta el parking y frente a nosotros, un poco más bajo, el refugio de la Tenerosa, y mucho más abajo, por detrás de éste, aunque desde este punto no ve, estaría la aldea de Bulnes; al fondo se podría empezar a ver el Naranjo de Bulnes (Picu Urriellu), pero las nubes y la niebla nos vetan hoy estas vistas. En este punto tocaba una nueva foto de grupo.



Continuamos por la senda, en fila india, en recorrido cómodo, llano o en ligero descenso hasta el refugio de la Tenerosa, con buenas vistas, al menos las que las nubes y la niebla nos dejan entrever, si bien es cierto que de vez en cuando sale algún claro de sol y eso me da esperanzas para más adelante poder ver las que para mi son las mejores vistas de este recorrido, desde Collado Valleju. La temperatura es fresca pero caminado y más adelante en subida, se puede ir perfectamente en manga corta.


Desde el refugio de la Tenerosa se inicia un primer tramo de subida bastante llevadera para el que esté acostumbrado a andar por el monte, o a hacer ejercicio y más aún para las ascensiones que habíamos realizado en días previos, lo único es que la buena huella inicial de la senda aquí es más irregular, con zonas de piedra, pero como digo es un trayecto cómodo haciéndolo tranquilamente y en el que se puede ir disfrutando de las vistas, sobre todo a nuestra derecha, en las profundidades, donde aparecen las casitas de la aldea de Bulnes.





Llegamos al Collado Valleju, desde aquí se tienen como he dicho antes, las mejores vistas de la ruta, al menos desde mi punto de vista, con un Picu Uriellu, que se yergue majestuoso sobresaliendo de entre el entorno donde se asienta, mucho más atractivo viéndolo desde este punto (como ya pude ver en mi anterior visita) que desde su base junto al refugio o que desde las diferentes perspectivas que se tienen al ir aproximándonos junto a él, por no hablar de las vistas del enclave donde se encuentra la aldea de Bulnes, al fondo, abajo, rodeada de montañas que hacen que parezca que está inmersa en un abismo, pudiendo observar también la vertical canal que habría que tomar saliendo de Bulnes para subir al refugio de Vega Urriellu,  aunque realmente serían dos canales sucesivas por las que habría que subir la canal de Balcosin y la canal de Camburero que como he comentado al principio de esta entrada, era una alternativa a la ruta de hoy, aunque muchísimo más exigente, ni remotamente parecida en cuanto al esfuerzo físico a la que estábamos haciendo... ¡quién sabe!.. ¡igual toca hacerla en otra ocasión!.

En este punto hacemos un reagrupamiento de la tropa y una pequeña parada para ver si teníamos un poco de suerte y podíamos ver al Naranjo de Bulnes, que aparecía totalmente oculto por las nubes, ni rastro de él, pero esperamos un poco por si el viento que soplaba en las alturas y que hacía mover las nubes y la niebla de un lado para otro, destruyera ese velo opaco, plúmbeo, que ocultaba a este icónico pico, pero no hubo suerte, y tan sólo hubo unos instantes donde se pudo entrever su cima. 


Fotos del Naranjo de Bulnes desde Collado Valleju, envuelto entre la niebla.

Esta foto corresponde al mes de Agosto de 1998, en mi anterior visita, en un día sin niebla... el trío de "los Manolos".

Nos ponemos en marcha de nuevo, quizás a la vuelta tengamos más suerte, pero de momento podemos estar contentos, porque a pesar de la niebla y las nubes agarradas en las partes altas de la montaña cual boina bien ajustada, lo cierto es que estábamos teniendo un buen día, nada de lluvia y temperatura fresca, pero sin sensación de frío, al menos mientras  se estaba en movimiento y a esta altura.

Collado valleju podríamos decir que es la mitad del recorrido comenzando desde Collado Pandébano; desde este punto, se puede ver como la senda continua sin ganar altura, por ladera de la montaña que tenemos enfrente, bordeándola, a media altura, para a continuación comenzar el último  tramo del recorrido donde ya se inicia una subida progresiva hasta el final, mucho más exigente físicamente, yendo de menos a más... aunque haciéndola tranquilamente se hace muy llevadera.



En este último tramo, a medida que ganamos altura, el viento frío y cortante, unido a la presencia de una leve y delgada niebla, hace que la temperatura baje bastante, aunque como el recorrido comienza a empinarse cada vez más, el esfuerzo a realizar también es mayor y mientras uno no se pare no necesita abrigarse mucho más, el problema es el realizar paradas, porque entonces es cuando se siente el frío y la humedad y no queda más remedio que echar mano de la ropa de abrigo, así que al igual que otros compañeros, opto por seguir subiendo tranquilamente pero sin pausas, del tirón, excepto para hacer alguna foto con el móvil en aquellos momentos, segundos tan sólo, en los que el viento barre las nubes de la parte alta y deja entrever al pico, para acto seguido volver a ocultarlo, como si estuviera jugando al escondite con nosotros...


Después de una última parte más exigente físicamente, por fin llegamos al refugio Vega Urriellu, y sentados en sus alrededores, al socuello del viento, bastante gente bien abrigados e intentando captar  el más mínimo indicio de rayo de sol cuando éste se atreve a abrirse paso entre las nubes. Rápidamente, mientras llega el resto de compañeros, lo primero que hago es cambiarme de camiseta y ponerme la chaqueta térmica, porque aquí arriba a parte de que la temperatura es más baja, la sensación térmica por el viento que sopla hace que el frío se note mucho más.

Frente al refugio, en una explanada, muchas y coloridas tiendas de campaña mientras que mirando a la pared oeste del Pico parece que la niebla y las nubes dan un respiro y nos permiten verla en toda su magnitud; con el zoom de la cámara puedo ver que hay cuatro escaladores que están en mitad de la pared, aproximadamente... no sé como pueden estar escalando con este viento frío y envueltos entre la niebla, aunque en el tiempo que estuvimos arriba, junto al refugio, ésta dio un respiro, y pudimos ver a estos escaladores cual lagartijas aferradas a la pared.






Unos frutos secos, algo de chocolate, unas cervezas que compramos allí mismo en el refugio, unos tragos a la bota de vino que llevábamos y unas fotos de grupo junto al refugio, por no hablar de la foto a la Chova piquigualda, porque había muchas en los alrededores del refugio esperando cualquier resto de comida que les echaran por allí para lanzarse prestas a por ellos.



Buenas sensaciones por parte de todo el grupo por poder haber subido hasta aquí en un bonito recorrido en el que si bien no hemos podido disfrutar de unas vistas completas, si que tenemos la satisfacción de haber realizado el recorrido disfrutando del entorno y pudiendo contemplar desde el refugio la célebre pared vertical del Naranjo de Bulnes, más aún porque hemos podido subir sin lluvia, que es lo que pronosticaban para media mañana.

El viento seguía soplando y la sensación de frío después de llevar en torno a una hora allí parados era mayor, al tiempo en que las nubes bajas de nuevo se presentaron sin avisar, cubriendo al pico y rodeándonos la niebla en un visto y no visto,  así que era el momento de  emprender el camino de vuelta, ahora en claro descenso, pero al menos con el movimiento entrábamos en calor, aunque la verdad es que el personal bajó bastante animado y muy bien, más rápido de lo previsto. 

En la bajada, con la niebla de fondo...

Al llegar de nuevo al refugio de la Tenerosa paramos en una de las mesas merendero junto a una fuente aprovechando que otro grupo la dejaba libre. Con los deberes prácticamente hechos, tocaba la parada para comer. El cielo seguía mostrándose completamente cubierto, amenazando lluvia en cualquier momento aunque al perder altura no teníamos la misma sensación de frío que arriba.


¡Qué bien sienta la comida después de una rutita como ésta!, donde todo ha salido bien y donde el personal creo que ha disfrutado y se lleva un buen recuerdo.

Frente a nosotros, una enorme prado donde pacen las vacas a sus anchas, en el que en su parte izquierda, al fondo, sale el camino para bajar a Bulnes.

No nos recreamos mucho con la comida-tertulia por si comenzara a empeorar la tarde, así que recogemos todo y continuamos por el camino que sale desde la fuente, en lugar de subir unos metros y seguir por el camino por el que habíamos venido esta mañana, aunque supuestamente los dos llevan al mismo sitio, a la zona de Collado Pandébano, a unos 10 minutos, pero en los alrededores del collado, entre la niebla, nos hicimos un pequeño lío, sobre todo por no tener visible la referencia de los coches en el parking, menos mal que el compañero Fernando, siempre con el track de la ruta a mano, nos hizo ver que estábamos yendo en dirección contraria, así que retrocedimos unos 500 metros y empalmamos de nuevo con la senda que bajaba al parking, al que  llegamos sin ningún otro tipo de problemas.

Desde el parking, tan solo quedaban los dos kilómetros de pista por zona boscosa hasta donde habíamos dejado los coches. Cuando a penas restaban 300 metros comenzaron a caer unas gotas de agua, una especie de chirimiri que ya no paró en toda la tarde.

En el coche nos esperaba el compañero Luis, que andaba con problemas en las rodillas desde el primer día y no quiso forzar, así que se limitó a dar un paseito mañanero de ida y vuelta hasta el refugio de la Tenerosa, donde habíamos parado para comer.

Dejo a continuación un pequeño pase de fotos con las rutas de los días 4 y 5, o sea, la del sendero Urdón-Tresviso en el macizo occidental (o macizo de Andara) de Picos, y la de la subida al refugio Vega Urriellu, en el macizo central (o macizo de los Urrieles). 


 
¿Por qué me llamais Naranjo?...
si frutos no puedo dar.
Llamarme "Picu Urriellu",
que es mi nombre natural.

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