Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

Aquí mis batallitas sobre cicloturismo, senderismo, montaña, viajes, naturaleza, música, teatro, ...

"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

30 ago 2012

La Ruta del Danubio en Bici: Amargo Final...

Bueno, pues ya estoy en casa de regreso de este viaje cicloturista que este año me ha llevado por tierras de Hungria, Croacia, Serbia y Rumania, y como algunos de vosotros ya sabéis, el final no ha sido para nada el esperado, ya que ha falta de unos 90 km de nuestro punto y final de la ruta, en Tulcea, en pleno Delta del Danubio (reserva de la biosfera), nos robaron las bicicletas...

Nuestro primer objetivo en este viaje era llegar a Constanza, en el Mar Negro, y lo conseguimos ganando un día extra, ya que viendo el recorrido monótono que llevamos por Rumania, como he comentando en otra entrada anterior, decidimos aumentar el kilometraje de cada etapa con el fin de ganar un día extra y emplearlo en el Delta del Danubio, en un recorrido más interesante, donde además podríamos observar aves, como los  pelícanos.

En Constanza nos dimos el baño en las aguas del Mar Negro y poco más, es una zona turística, de costa, que no nos atrae mucho, por no decir nada, así que al día siguiente emprendimos rumbo norte, por la costa, y tardamos 17 km en salir del enjambre de pueblos, edificios, hoteles, y coches característicos de las zonas de costa y playas. El siguiente tramo hasta el pueblo de Sinoie, donde teníamos prevista la parada para comer y para preguntar por la alternativa que nos habíamos propuesto, fue un tramo también para olvidar, y lo único a resaltar es que hoy sí, hoy el puñetero dios Eolo ha estado a nuestro favor, porque en la etapa del día anterior, cuando llegamos a Constanza, en lo que fue la etapa más exigente de la ruta a nivel físico, Eolo nos castigó de lo lindo, siendo bastante cruel con nosotros, así que hoy teníamos la compensación, al menos hasta ese momento en que llegamos a Sinoie, en donde conocimos a una pareja de mochileros eslovaca que estaban haciendo autoestop para llegar a Jurilovca, y posteriormente ir en barco justamente hasta donde nosotros también queríamos llegar.

Desde este pequeño pueblo, Sinoie, la ruta según la guía que llevábamos seguía hasta Jurilovca, y es ahí donde dejaríamos el itinerario marcado en el libro, ya que éste seguía hacia el norte, y nuestra idea era salirnos del recorrido, y emplear el día extra que habíamos ganado en visitar la "Grindul Cosa Nature Preserve", aunque para llegar allí tendríamos que coger un barco. En cuanto al alojamiento, existe allí un camping del que nos habían hablado muy bien. Esta zona a la que queríamos llegar, está formada por estrechas y largas franjas de tierra, con grandes lagos hacia el oeste y el Mar Negro hacia el este, e incluso dentro de estas largas franjas de tierra, hay también muchos canales y pequeñas lagunas, además de contar también con zonas de playa, y todo esto hace que algunas ocasiones, se formen como pequeñas islas, engarzadas tan sólo por pequeños puentes o esclusas.

Habíamos pensado hacer este recorrido, fuera del itinerario marcado por la guía como ya he comentado antes, porque queríamos emplear el día extra que habíamos ganado, en visitar esta zona, y después seguir con el itinerario alternativo marcado por la guía, más próximo al Delta del Danubio y por carreteras locales, en lugar de seguir por el itinerario principal, más directo hasta Tulcea, pero más alejado del Delta y por carreteras con más tráfico, aunque en un recorrido con menos kilómetros.

Por tanto, por un lado teníamos la opción de llegar a Jurilovca por un recorrido por carretera aburrido, y después, coger allí el barco hasta Gura Portitei, ya en la Reserva Natural (que está dentro de la zona protegida del Delta de Danubio, considerada como Reserva de la Biosfera, en su límite inferior, y creo que en total son más de 500.000 hectáreas protegidas). Por otro lado, nuestros planes eran en Sinoie, desmarcarnos de la ruta, y llegar hasta el camping de Gura Portitei atravesando las estrechas y largas franjas de tierras, sin utilizar el barco, pero teníamos dudas de si se podría ir en bicicleta, o lo que es lo mismo, de si habría puentes o barcas para conectar una zona con otra, y esto es lo que teníamos que preguntar a los lugareños, y nos dijeron que si se podía llegar en bici o caminando, pero no en coche.

Comprobamos provisiones, además de cuatro litros de agua, por si nos quedábamos tirados, ya que en este tramo no teníamos ningún tipo de referencia, estábamos fuera de los itinerarios marcados por la ruta, y nos dispusimos a emprender estar aventurilla.

Primero fuimos por pistas asfaltadas que con más agujeros que un colador, por zonas llanas de barbecho y todo con un aspecto desolador, parecía que estábamos en medio de la nada, carretera al infierno. Después comienzan a verse algunas pequeñas lagunas a la derecha y el poco asfalto que tiene la pista desaparece, aunque casi mejor, porque vamos por pista de tierra pero sin tantos agujeros. Poco a poco la pista se transforma en camino y por éste llegamos al primer puente, donde hay pescadores y un cartel informativo de la zona protegida en la que nos vamos a meter, y la zona dentro del delta, que ocupa, tanto su situación como el espacio en hectáreas que ocupa.

En medio de la nada...

Cartel anunciador de la zona protegida, y primer puente a pasar sobre uno de los canales.

Seguimos por el camino que traíamos, pero poco a poco se va volviendo dificultoso avanzar por él porque nos encontramos con muchos bancos de arena que hacen penoso nuestro avance, además del viento que ahora nos pega de costado, y todo en una zona de estepa, de pastizales más bien secos, y eso que estamos rodeados tanto a derecha  como a izquierda de agua, con dos enormes lagos que apenas llegamos a divisar durante parte de este recorrido.


Con forme pasan los kilómetros nos vamos adentrando en un túnel de vegetación, una galería formada por árboles silvestres por la que pasa el camino que sigue siendo dificultoso por los bancales de arena.


Llegamos así a una esclusa, no hay puentes, pero vemos a un par de pescadores que la cruzan, y nosotros tenemos que hacer lo mismo pero trabajando en equipo, ya que pasar la bici cargada con las alforjas es algo complicado, e incluso uno de estos pescadores se ofrece también a ayudarnos.


Pero al pasar la esclusa, desde donde sí se tienen amplias vistas de los lagos, nos encontramos con un problema, sólo vemos canales y lagunas, y mucha hierba alta, como en las marismas, y ni rastro de por donde anda el camino. Al final decidimos seguir por un simulacro de camino, paralelo a un canal y a unos postes de luz, pero tenemos que ir arrastrando las bicis, porque el camino está cubierto  de maleza y hace mucho que no se transita, y muchas rodadas están ocultas lo que hace que si montamos podamos meter la rueda en una de estas rodadas o surcos que no se ven y caigamos al suelo, así que durante unos 3 km marchamos andando, arrastrando nuestras burras, mientras vemos a la otra orilla del canal, muchos árboles repletos de nidos de cormoranes, los cuales van moviéndose de uno a otro árbol con forme nos vamos acercando a ellos.

 ¿Dónde está el camino?

Durante unos tres kilómetros tenemos que seguir andando y arrastrando las bicis...

Árboles cargados de nidos de cormonaranes.

El camino mejora algo y nos permite montar de nuevo en bici, aunque son otros 2 km en los que tenemos que ir con cuidado, hasta que finalmente damos con un camino limpio por el que avanzamos cómodamente hasta llegar al camping, sorprendiéndonos de no haber atravesado más puentes o esclusas...

Dejo aquí un pequeño vídeo de cinco minutos para resumir esta parte del recorrido:



Llegamos al camping, mi bici está pinchada, suerte que ha sido al final, así que aunque se puede hacer acampada libre en la playa y utilizar previo pago los servicios y duchas del camping, nosotros decidimos que para un día, mejor es que paguemos los 3 euros por tienda y así además estamos más protegidos, además de colocarnos cerca de una zona de servicios y duchas, y tener también a unos metros una playita.

Mientras Iñaqui paga en recepción yo voy montando la tienda de campaña, después colocamos las burras sobre la pared de los servicios y duchas, las quedo amarradas, nos pegamos una ducha, damos una vuelta por este bonito camping, con embarcadero incluido, y tomas unas cervezas en las zonas de bares y restaurantes, mientras comentamos que hoy la jugada nos ha salido bastante bien y que mañana podríamos emplear todo el día en recorrer toda esa zona, o en hacer algún viaje en barca por los canales, marismas o lagos, con el fin de ver aves, etc... y por la tarde ya veríamos si nos quedábamos allí y al día siguiente seguir hacia Tulcea, o movernos por la tarde en barco hacia Jurilovca, para después aprovechar unas tres horas de pedaleo y seguir la ruta, algo más larga, por el borde del delta, de forma que al día siguiente pudiéramos llegar también a Tulcea.

 Puesta de sol desde el camping de Gura Portitei.

Zona del embarcadero del camping, desde donde se coge el barco hacia Jurilovca, y donde están las zonas de bares y restaurantes.

Bueno, pues estos eran los planes previstos, pero a la mañana siguiente, cuando me levanto a las 7 (una hora menos en España) para arreglar el pinchazo y así tener ya toda la mañana libre, me encuentro cuando  salgo de la tienda que las bicis no están donde las dejamos, y por más que busco por los alrededores no veo nada, ni si quiera las marcas en la arena, así que o bien las han cogido entre dos (porque estaban amarradas y pinchada la rueda trasera mía) y las han escondido en medio de aquella marisma o las han subido a algún vehículo del camping y después la han escondido. Cuando Iñaqui se levanta le comento que nos han robado las bicis, y mientras el va a recepción yo sigo buscando entre las hierbas altas. 

En el camping avisan a la policía que tiene que venir en barca, pero no saben cuanto tardaran, y poco más, esa fue la única preocupación del jefe del camping, nada más, pasaron de nosotros totalmente, así que para no estar de brazos cruzados, seguimos buscando los dos, por separado, para cubrir más espacio, durante unas 3 horas, hasta que llegó la policía por fin, y después con ellos, seguimos buscando, incluso nos abrieron algunas naves del camping que les dijimos, por si acaso estaban por allí, y por último, sobre las dos o tres de la tarde, Iñaqui se fue con la policía de Jurilovca y con la policia fronteriza, que tiene allí un todoterrero, por la zona de los pescadores, donde sólo se puede acceder con vehículo  con tracción. 

Pero las bicicletas siguieron sin aparecer, y el personal del camping sin interesarse lo más mínimo por nuestro problema, tan sólo el jefecillo de allí dijo que desde el 2006 no había habido ningún otro robo y que no parecía tener mucho sentido robar dos bicis que no podían salir de allí a menos fuera en barca...

Por la tarde, después del cabreo e impotencia de la mañana, nos relajamos un poco, no podíamos hacer más, nos tumbamos en la arena e Iñaqui aprovechó también para un baño, estábamos sin desayunar y prácticamente sin comer, así que por la noche preparamos toda la 'pasta' que nos quedaba, estábamos hambrientos después del puñetero día que llevábamos.

Al día siguiente en lugar de utilizar el barco 'oficial' para llegar a Jurilovca, empleamos una pequeña barca (se utilizan mucho por aquí, a modo de taxi), que en lugar de una hora hacía el recorrido en menos de media hora y además pudimos ajustar un precio más barato, después a buscar de nuevo a la policía, y ya en la oficina, con un intérprete (un rumano que había estado seis años en Zaragoza trabajando en la construcción y que ahora llevaba cuatro meses en paro y por eso se había vuelto a su país) se pusieron a redactar la denuncia, tomando declaración a Iñaqui y a mí, pero nada de ordenador, aunque lo tenían, sino a mano, con lo cual todo se fue dilatando en el tiempo, hasta más de dos horas.

Terminada la burocracia, los agentes nos llevaron a la parada de bus, agredeciéndoles el detalle porque con las alforjas y demás, nos costaba bastante movernos. Sobre las tres de la tarde cogimos el minibus hasta Constanza, y desde allí enlazamos (por suerte, sin tener que hacer otra noche en Constanza) con otro bus hasta Bucarest, donde llegamos sobre las 21:30, y donde Javier, un madrileño que trabaja en una ONG en Bucarest desde hace varios años, y que conocimos a nuestro regreso del festival de Guca, donde el también había estado, nos había buscado un sitio para alojarnos, el "Midland Hostel" (nueve euros por persona con desayuno incluido, eso si, con habitación compartida, que para eso es una albergue), un lugar acogedor, con buen trato a cargo de la pareja que lo regenta, que además hablan español y buen ambiente.

Tomamos unas cervezas allí mismo con Javier, que él mismo se había encargado de traernos, y poco más, porque al día siguiente por la tarde creo que el volaba para España, aunque antes habíamos quedado con él por la mañana para ver un espectáculo que hace con los chavales con los que trabaja, es uno de los parques cercanos a donde nos alojábamos.

Los supermercados están abiertos 24 horas, así que bajamos a comprar algo, cenamos en el albergue, y cuando terminamos ya eran las una de la noche, así que nada de salir, yo al menos estaba reventado, así que a la cama.

Al día siguiente a las once, nos acercamos al parque donde habíamos quedado con Javier, para ver el espectáculo de la gente con la que trabaja con su ONG.



Finalizado el espectáculo corto que tenían previsto, nos despedimos de Javier, que cogía un vuelo a España antes que nosotros y posteriormente empleamos el resto del día en la visita al centro de Bucarest, incluida una visita guiada gratuita: "Walking tour free". Mientras, Iñaqui siguió insistiendo con el tema de las bicis, volvió a llamar al máximo responsable del camping, que pasó de nosotros, y después a la embajada, donde nos dijeron que llamarían a la policía de Jurilovca y al del camping para meter un poco de presión, aunque poco más podían hacer.

En Bucarest, con el Arco del Triunfo al fondo.

Después de estar todo el día pateando por Bucarest, con bastante calor, y después de tomarnos unas cervezas en una especie de patio interior o cochera que habíamos visto el día antes, donde había puestas unas terrazas y había un ambiente relajado, nos llevamos de nuevo la cena para el albergue. Caímos rendidos en la cama, y al igual que ayer, sobre la una de la noche...

Un pequeño vídeo aquí sobre nuestro particular "Walking tour free" por Bucarest:



Al día siguiente, teníamos el vuelo a las 17:45, así que sobre las tres cogeríamos el bus que iba hacia el aeropuerto y que podíamos cogerlo cerca de donde nos alojábamos. La mañana la emplearíamos en visitar el museo del pueblo, por recomendación de la parejita que regenta el Hostel. Se trata de una zona abierta, junto a varios lagos, donde han ido reproduciendo distintos poblados de diferentes regiones de Rumania, trayéndose las antiguas casas, pozos, puertas, cercados e iglesias, desde sus lugares de origen hasta aquí, teniendo en un mismo sitio, una representación de la arquitectura típica de diferentes regiones.

Estando en la visita a este museo, nos llama Luis, de la embajada de España, y nos dice que ha estado hablando con la policía y que después iba a intentar localizar al responsable del camping para intentar meter algo más de presión, y en el hipotético caso de que aparecieran las bicis, que no habría problema en enviárnosla a España...

Y poco más, por la tarde cogimos el vuelo a España, con trasbordo en Frankfurt y después en mi caso, tocaba un largo viaje en bus desde Bilbao para llegar a casa.

Así termina este viaje, con la amarga realidad del robo de nuestras bicis, que no creo que vayamos volver a ver, aunque la única esperanza es que no es fácil sacarlas de allí, a no ser que sea en barca, y en ese caso esperandoque alguien las pueda ver, porque estaban avisados por la policía los de las barcas que hacen viajes de una a otra orilla, así como los pescadores... En fin que esto es lo que tienen estos viajes....

Esta foto es un homenaje a Bucéfalo, mi fiel compañero en tantos viajes durante estos últimos nueve años. La foto es en uno de los diferentes puntos en los que tuvimos que atravesar el Danubio, en este caso cruzándolo para llegar a Ram, en Serbia.



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