Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

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"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

2 oct 2011

TRANSERENA 2011

  Esta mañana de domingo tenía varios eventos entre los que elegir, pero finalmente se impuso la pereza y opté por lo más cómodo, tanto en lo que se refiere al desplazamiento en coche como a la actividad física en sí, y de esta forma poder tener toda la tarde libre, sin estar hecho polvo.

  Por un lado estaba la opción de una ruta senderista: “Las Cascadas del Huéznar”, con el grupo de Llerena, para abrir la temporada de este año, sin dificultad física, pero que suponía un largo desplazamiento en coche en relación a las otras opciones, además de llegar a casa a media tarde. Por otro lado, estaba la “V Marcha cicloturista de Carlos Cuadrado”, en la que el desplazamiento en coche era menor (90 km entre la ida y la vuelta), podría estar más que de sobra en casa para la hora de comer y en donde tampoco acabaría muy machacado porque era una marcha de 85 kilómetros con un pequeño tramo libre, “pa'que corran los galgos”, pero como he dicho antes, estaba con “perritis aguda”, no sé, quizás estuviera así por la salida de ayer por la mañana con la bici, donde el aire me castigó bastante. La última opción que barajaba y que al final fue la que acabé haciendo, fue la ruta senderista de la “Transerena 2011”, que este año transitaba un tramo del Camino Mozárabe (Camino de Santiago desde Córdoba, enlazando en Mérida con la Ruta de la Plata), entre Monterrubio y Castuera, de unos 19 km en total.

  Elegí finalmente hacer la Transerena porque el desplazamiento era muy corto, al lugar donde trabajo habitualmente,  el recorrido era sin dificultad física alguna y además, es un tramo por el que paso habitualmente, tanto en bicicleta, como en coche por motivos de trabajo, o sea, bastante conocido para mi, así que esto me valdría para hacer un poco de actividad física (la ruta tenía un recorrido de unos 19 km aproximadamente), empezar de nuevo con las caminatas ante la nueva temporada que empieza, y estar en casa perfectamente para la hora de la comida, pudiendo tener toda la tarde para realizar otras tareas que tenía pendientes.

  Como he dicho, sólo me incliné por hacer esta ruta por el estado de “perritis” en el que me encontraba desde ayer por la tarde-noche y esta mañana de domingo al levantarme, porque lo que es la ruta en sí, no me motivaba demasiado,  primero porque el recorrido es por asfalto (años atrás era una pista de tierra pero acabó asfaltándose) exceptuando los 3 últimos km de pista; segundo por la época del año, en la que después del verano, y a la espera de las lluvias, el campo está muy seco; y por último, porque el recorrido me lo sé prácticamente de memoria, lo que le quita aliciente.

  Quizás en otra época del año, por ejemplo invierno, con el campo verde, y pudiendo deleitarnos mientras caminamos, con la vistas de las grullas comiendo por estas dehesas, la ruta hubiera sido más interesante, porque el recorrido en general está bastante bien, transitando por un amplio valle, con las vistas siempre de las sierras de Castuera, de Benquerencia, de la Buitrera y la de Tiros, a nuestra derecha, y a la izquierda, la sierra entre Monterrubio y Puerto Hurraco, con un zona inicial dedicada al cultivo del olivo que posteriormente deja paso a una zona de dehesas, que como he comentado antes, en invierno sirve de comedero para las grullas. Lo único negativo a la hora de practicar senderismo por esta zona, es que se chupa mucho asfalto, aunque para un recorrido en bicicleta está de lujo, porque apenas pasan coches y es muy tranquila y relajante.

Benquerencia, su castillo y su sierra. A la derecha, Sierra de la Buitrera y la de Tiros, más al fondo.

  Desde el museo del turrón de Castuera, comenzaba la salida en autobús al punto de inicio de la ruta, Monterrubio, de forma escalonada, un bus a las 8 , otro a las 8:30, que es donde intenté ir, pero al juntarme en el parking con Mati, mi compañera de trabajo, y unos amigos suyos, no había plazas suficientes para todos, así que tuvimos que esperar al último autobús, el que salía a las 9.

  En Monterrubio, primero visitamos el museo del aceite, donde pasaríamos el primer control y nos harían entrega de un detallito, para después pasar a otro local donde nos darían un 'desayuno molinero', o sea, café y tostada con aceite de oliva, que para eso Monterrubio es una localidad señera  en el cultivo de olivares (el desayuno corrió a cargo del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Aceite Monterrubio).

  A las 9:40 nos pusimos en marcha, los últimitos de todo el grupo, atravesando primero la localidad de Monterrubio, para después coger la pista asfaltada, prácticamente una larga recta con algunos cambios de rasante, que a travesando el valle nos llevaría a nuestro destino, Castuera,  donde llegaríamos a la una. Durante todo el trayecto fui con Mati y amigos, charlando entre nosotros, con lo que se me hizo bastante corto el camino, para el cual, y sabiendo como era el firme, fui preparado con las zapatillas de deporte en lugar de las típicas botas de senderismo.

  El tramo final, después del último  avituallamiento, cuando comienza la pista de tierra, es cuando hizo algo más de calor, el resto de la ruta, a pesar de salir tarde, se hizo con unta temperatura agradable.

  Durante el trayecto un par de controles – avituallamiento, y al final, en el museo del turrón de Castuera, bocata y agua, cerveza o refrescos. Allí coincidí con algunos “Perrunos”, con los que estuve hablando de la ruta para el fin de semana del 15 al 16 de este mes, para hacer el Camino Mozárabe entre Córdoba y Castuera en bicicleta, y donde me insinuaron una mala noticia, quizás un cambio de fechas que a mi particularmente me vendría mal, puesto que el cambio que proponen es cuando yo tengo previsto pasar el fin de semana en la comarca de la Vera, en Cáceres, y hacer la Ruta de Carlos V, pero como aún no está confirmado, tocará estar a la espera de qué hacen finalmente. También me encontré con Jesús y con Isabel, su mujer, con los que estuve el domingo pasado en Guadalupe, en la marcha cicloturista.

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